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México

Amenaza radioactiva en México

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En diciembre de 1983, Vicente Sotelo Alardín, encargado de mantenimiento en el Centro Médico de Especialidades de Ciudad Juárez, desmanteló a golpes una fuente radioactiva para el tratamiento del cáncer, contenida en una bomba de cobalto.

El equipo lo desarrolló la compañía Piquer ubicada en Cleveland, Ohio y se vendió al Centro Médico de Especialidades el 25 de noviembre de 1977, en ese entonces la importación de equipos de esa naturaleza requería la autorización del Instituto Nacional de Energía Nuclear, no obstante, nunca fue avisado de la intención de adquirir tal unidad.

Desde que se compró, el material estuvo almacenado en una bodega del Centro Médico de Especialidades de Ciudad Juárez, nunca se le colocaron señalamientos ni advertencias de su peligrosidad.

El técnico desarmó el cabezal de la unidad y extrajo un cilindro en el cual estaba el cobalto 60; una intensa fuente de radiación gama capaz de provocar la muerte o mutación en seres humanos.

Después el técnico, junto con un amigo colocaron el material radioactivo en una camioneta para después venderlo como chatarra a la empresa Yonke Fénix.

Según un reporte del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares el cilindro llegó a la empresa de chatarra intencionalmente perforado, por donde escaparon pequeñas partículas de material contaminante.

Fénix era proveedor de Aceros de Chihuahua, que fabricaba varilla para la construcción y bielas para vehículos automotores.

Para el 14 de diciembre de 1983, Yonke Fenix ya había reutilizado en productos de acero previamente fundidos. Durante dos meses la empresa Aceros de Chihuahua y la Maquiladora Falcón de Juárez, exportaron a Estados Unidos varilla para construcción y bases metálicas; todo fabricado con material contaminado.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, en Samalayuca, Ciudad Juárez, el material radioactivo se colocó en tambos con blindaje de concreto y posteriormente se enterró en nueve fosas de concreto.

Pero el daño ya estaba hecho, en Ciudad Juárez aumentó el número de personas y viviendas contaminadas. Las primeras víctimas fueron los habitantes de la colonia Altavista en donde vivía Vicente Sotelo y donde llevó la camioneta contaminada, se comprobó que los habitantes de doce manzanas alrededor del vehículo estuvieron expuestos a la radiación.

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