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México

La reforma de Peña no responde a lo que querían las trasnacionales: The Wall Street

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Lawrence Iliff, The Wall Street Journal. 13 agosto.- ¿México está privatizando su industria petrolera? No. El Presidente Enrique Peña Nieto está proponiendo cambios constitucionales que abrirían la puerta a empresas privadas, incluyendo a las principales petroleras extranjeras con el fin de explorar para Petróleos Mexicanos y producir petróleo en sociedad con el gobierno y su compañía petrolera. La empresa, conocida como Pemex, ha tenido el monopolio de producción durante 75 años, y seguiría siendo propiedad del Estado.

México conservará la propiedad de las reservas y compartirá las utillidades con las empresas petroleras que encuentren y produzcan el petróleo. Esto es un gran cambio con relación al pasado, cuando Pemex sólo pagaba a las empresas una tarifa por contrato de trabajo, pero se queda corto en cuanto a compartir el petróleo en sí, que es lo que muchas empresas petroleras querían. Los cambios hacen a las leyes de México más similares a las de Iraq, pero menos receptivas que las de Brasil o Noruega.

–¿Por qué los cambios?
La producción de crudo en México ha caído a 2.5 millones de barriles diarios, de los 3.4 millones que producía en 2004. A medida que las reservas de “petróleo fácil” de las aguas someras del Golfo se van agotando, Pemex necesita desarrollar recursos más complejos que son mucho más costosos y difíciles de aprovechar. Los promotores de la reestructuración afirman que Pemex no tiene ni el dinero ni la experiencia para explotar y producir petróleo de las aguas someras rocosas o en las aguas profundas del Golfo de México, donde empresas petroleras internacionales han tendio mucho éxito.

– ¿Cómo repercutirá en los consumidores en el corto y el largo plazos? ¿Será más barata la gasolina?
Los expertos afirman que una producción más robusta de México contibuirá a la seguridad energética de Norte América e impulsará el crecimiento económico al tener abasto de combustible relativamente barato para la industria, incluyendo los servicios eléctricos, y para los consumidores en forma de combustibles como gasolina y dísel.

– ¿Qué podría significar esto para el resto de la industria petrolera?
A pesar del decenso en la producción y las exportaciones México, que no es miembro de la OPEC, sigue estando entre los principales abastecedores de petróleo crudo a los Estados Unidos, junto con Canadá y Arabia Saudita. Un mayor rendimiento le daría más petróleo para exportar después de satisfacer su demanda interna. Al mismo tiempo, un posible crecimiento de la capacidad de refinación de México podría reducir su dependencia de las importaciones de gasolina, mucha de la cual le viene de los Estados Unidos.

– ¿Tiene todo esto algo que ver con el gran auge energético de los Estados Unidos?
Directamente, no. México ha estado debatiendo durante años la necesidad de involucrar empresas privadas en las actividades más difíciles, como una manera de asegurar nuevas tecnologías así como para compartir el riesgo en proyectos costosos como la perforación en aguas profundas y el esquisto. México ya ha perdido demasiado al desaprovechar el gas natural barato que se genera al explotar el gas de esquisto en Estados Unidos, pues carece de los ductos suficientes para importar volúmenes suficientes del gas.

elarsenal.net

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