Agandalle por sobrevivencia; bancada del PRD desaparece

Agandalle por sobrevivencia; bancada del PRD desaparece

Emmanuel Cervantes

La historia cierra círculos. Qué une a políticos como Julieta Gallardo, Mónica Valdez y Guadalupe Díaz Chagoolla con, por ejemplo, Fidel Urbano, Francisco Lunar o Víctor Corona. Que estos fueron de los primeros diputados que tuvo el PRD en Michoacán, mientras que las legisladoras pasarán a la historia como las últimas en el Grupo Parlamentario de ese partido, ello por su decisión de conformar un bloque silvanista, más que perredista.

La llamada mega Representación Parlamentaria en el Congreso local -si se llega a consolidar, pues aún tiene detalles jurídicos- sí tendrá peso, es innegable, pero más bien es una cortina de humo para desviar un hecho histórico: en Michoacán, cuna del perredismo, ese partido deja de tener bancada legislativa. Es el penúltimo clavo en el ataúd.

El anuncio de que Víctor Manríquez controlará esa mega RP es parcial. No puede haber dos RP, lo que sí hicieron fue desaparecer al Grupo Parlamentario del PRD y del PES para unirse los silvanistas.

La Ley Orgánica del Congreso michoacano solo prevé una representación y la constituida legalmente es la que está integrada por Marco Polo Aguirre, Eréndira Isauro y Fanny Arreola. Es decir, reglamentariamente, el que es primero en tiempo es primero en derecho: los silvanistas podrá inscribirse a la RP ya conformada, regresar a sus partidos o agandallarse la representación. Veamos si Marco Polo lo permite.

La asonada a RP y a Movimiento Ciudadano es un sálvese quien pueda. El cascarón amarillo ya no es redituable y tienen que buscar asaltar otros espacios.

Hablan de cardenismo, de historia, de defensa de sus ideales, pero ya es lejanísimo los orígenes de ese partido: el PRD tuvo un grupo parlamentario en Michoacán desde 1989 hasta hace unas horas. 

Michoacán fue uno de los estados donde la oposición derrotó al PRI en el 88; la corriente cardenista – a la postre PRD- no solo ganó la mayoría para Cuauhtémoc Cárdenas como candidato presidencial, sino las dos senadurías y 12 de las 13 diputaciones federales y así se originó un proceso de masas que hacía asambleas distritales constitutivas que culminaron con la creación de ese instituto.

Fue una insurgencia cívica que provocó, por ejemplo, la salida de Luis Martínez Villicaña de la gubernatura después de irse degradando su poder tras el fraude cometido, pero también un aislamiento del régimen. 

El sol azteca está ahora en dos puñados plenamente identificados: quienes aún se mantienen y aquellos que se están yendo hacia la nueva adquisición de Silvano, que es Movimiento Ciudadano. Sí, el silvanismo desde que firmó el Pacto por México con Enrique Peña Nieto comenzó a llevar al perredismo al precipicio, el uso desmedido del poder, las componendas y la frivolidad en su clase política los alejó de su base. 

En el Congreso -caja de resonancia política del estado-, si bien el diálogo cuevero es el día a día, también es verdad que se dan muestras de hilaridad. 

Imaginemos la escena: una reciente sesión extraordinaria nocturna donde priistas y silvanistas (más que perredistas), se dan golpes de pecho, diciéndose sorprendidos, exclamando “juego sucio”, prácticas deshonestas, intervención del Ejecutivo, trampas legislativas, Juan Carlos Barragán volviendo momentáneamente a la defensa silvanista y proponía -con éxito-, modificar el dictamen -jamás vieron el cambio de estrategia parlamentaria-, mientras que el hermano de Marko Cortés, David, había firmado el dictamen original a discusión, es convencido y  de forma atropellada va a “retirar su firma”. Varios son los mismos diputados que estuvieron en el sexenio anterior, donde todo era risa, agasajos, cargada para colocar al fiscal, al auditor superior, a magistrados, pero tienen todo el derecho a estar irritados, porque los tiempos han cambiado. 

Remate

Desde una oficina capitalina nos confirman que un director de Obras del Ayuntamiento de Morelia, de nombre Pedro Luis Beltrán Cisneros es removido de su cargo. Es más, ya está eligiendo la nueva área a la que se irá. El motivo sería que “picó los ojos” a la recaudación por la obra pública, pero como es importante para tal acción, le dejaron elegir su nuevo puesto y así evitar que la auditoría empiece a husmear.

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