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Opinión

“Alcaldías imposibles”

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Por más que la anuncian, la reforma política del Distrito Federal no puede salir. Su suerte ha quedado supeditada a los equilibrios precarios de las fuerzas políticas y si queda resuelta en la última semana de sesiones de esta legislatura del Congreso de la Unión, se deberá más a la casualidad que a la racionalidad política.

En real politik, los agoreros del acuerdo político siempre quedan mal. En este caso, la panista Mariana Gómez del Campo y el perredista (¿?) Mario Delgado quedan mal. Terminará esta semana y no habrá formalidad para convertir a la capital de la República en la Ciudad de México.

La reforma al artículo 122 constitucional deberá aterrizar. Tarde o temprano. ¿Desaparecerán los jefes delegacionales para dar paso a los alcaldes? ¿Y los órganos colegiados de gobierno? Eso es lo que está en disputa.

¿Por qué alcaldías y no municipios? El Distrito Federal es una entidad sui generis. Y las dirigencias del PRI y el PAN coincidían en la argumentación para no erigirlo en el estado 32 por su naturaleza permanente como capital de la República, su carácter de sede de los poderes de la Unión; por albergar a las principales dependencias, entidades, organismos y empresas de la administración pública, así como de todos los organismos autónomos del Estado Mexicano y ser la sede de todas las embajadas y organismos internacionales, acreditados en México; además de ser la base de operaciones de organismos, empresas e infraestructura estratégica para el país, como lo son los organismos energéticos (Pemex y CFE); los de comunicaciones (telégrafos, correos y el aeropuerto internacional Benito Juárez); de telecomunicaciones (empresas de televisión abierta y restringida, telefonía abierta y celular) y ser la sede económica, financiera y bancaria del país.

Al no convertirse al Distrito Federal en un estado, consecuentemente no podrá transformarse a las actuales Delegaciones en Municipios, propiamente hablando, sino en una figura que responda a la naturaleza y características de la Ciudad de México, y esta figura es la de las Alcaldías, gobernadas de manera democrática, plural y transparente, con cuerpos colegiados que representen a todas las expresiones políticas y ciudadanas de una demarcación, y no sólo la de un partido o una tribu (como ocurre en la actualidad).

Transformar a las actuales Delegaciones en Alcaldías, supone la necesidad de modificar de raíz del andamiaje jurídico que actualmente prevalece. Esto implica no sólo modificar normativa sustantiva del Distrito Federal, como el artículo 122 constitucional, el Estatuto de Gobierno, y la Ley Orgánica de la Administración Pública local y su reglamento, entre otras, sino que requerirá la creación de nueva legislación, entre la cual sobresalen: Ley Orgánica de Alcaldías de la Ciudad de México. Ley de Ingresos de las Alcaldías de la Ciudad de México (por cada ejercicio fiscal) Ley de Planeación de la Ciudad de México y sus Alcaldías. Ley de Adquisiciones de las Alcaldías de la Ciudad de México. Ley de Obra Pública de la Ciudad de México.

La reforma política que las fuerzas políticas, el gobierno capitalino y la Oficina de la Presidencia han acordado, queda lejos de los objetivos originalmente planteados. La división territorial del Distrito Federal preservará las 16 delegaciones y sus titulares seguirán siendo auxiliares administrativos del Jefe de Gobierno.

Habrá alcaldes, pero no cabildos. Los gobiernos delegacionales adquirirán personalidad jurídica pero aun no tendrán plena autonomía de gestión y presupuestal. La descentralización política, a medias. Y nulo, el federalismo hacendario. Las alcaldías quedarán al margen del cobro de los servicios de agua y predial.

En la víspera, las negociaciones entre las fuerzas políticas fueron dictadas por los escenarios preelectorales. El consenso es que el PRD dejará de ser la fuerza hegemónica en la Asamblea Legislativa, por lo que se incrementó la demanda porque se democratice el gobierno interno de ese órgano legislativo.

En septiembre próximo quedaría instalada una Comisión de Gobierno rotativa de forma anual, podrían formarse grupos parlamentarios sólo con diputados postulados por ese partido político y con un mínimo de cinco integrantes. Y la Contaduría Mayor de Hacienda gozaría de plena autonomía. Hasta el 2016 vendría la instalación del Congreso Constituyente.

EFECTOS SECUNDARIOS

PARTIDA. Por su especialización en la extracción de petróleo crudo y gas natural, Federico Alberto Martínez Salas logró un sólido ascenso en ICA y Gutsa, de la que abrevó para, un holding de servicios en ingeniería y arquitectura de a lo largo de tres décadas se convirtió en una de las principales contratistas de Petróleos Mexicanos y la SCT, en los dos sexenios panistas en Los Pinos. Mientras Tradeco se expandía, el ingeniero brincó al servicio público, donde llegó a ser director ejecutivo del proyecto Cantarell, para PEP. Al llegar a la edad de retiro, regresó a su despacho ubicado en Insurgentes Sur. Hace dos meses, voluntariamente se sometió a una cirugía para sustituir un bypass que resultó exitosa, pero la recuperación del procedimiento quirúrgico se complicó al punto que sus pulmones estuvieron a punto del colapso. Martínez pasó un mes en coma inducido y sus médicos confiaban en su recuperación, aunque efectivamente era de pronóstico reservado. Su viuda Blanca Urmeneta Mainsterrena y sus hijos Natalia Josefina, Blanca y Federico –actual director de Grupo Tradeco– estuvieron al pendiente. Descanse en paz.

LA BODA DEL AÑO. Confirmado: dentro de 10 días serán las nupcias de la cantante y actriz Anahí con el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco. No hubo poder humano que pudiera reagendar la fecha. Habrá matrimonio civil y ceremonia religiosa El testigo de honor será el presidente Enrique Peña Nieto.

POR  / SIGNOS VITALES / elarsenal.net / —Correo electrónico: albertoaguirre@outlook.com

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