Bergoglio, ¿de veras un “Papa progresista”?

No son pocas las voces, incluso de ésas llamadas “calificadas”, que lanzan al aire la idea de que Jorge Bergoglio, alias “Papa Francisco”, es un “Papa progresista”. Idea que, de por sí, resulta risible y pueril tratándose del principal dirigente de una institución, la Iglesia Católica Romana, que se ha caracterizado históricamente por ser dogmática, ultraconservadora, ortodoxa y represiva.

Vaya, que llegar a decir que un Papa es “progresista” de suyo es una sonora contradicción.

Tales voces sólo han sido víctimas de la demagogia vaticana y de su propia candidez. Por ello, es preciso colocar en su justa dimensión las expresiones y las actitudes “progresistas” que, de forma ocasional, superficial y populista, ha adoptado Jorge Bergoglio. Para muestra, sólo dos casos: homosexualidad y “dignidad” de las mujeres.

Homosexualidad

Durante una improvisada rueda de prensa aérea, en el año de 2013, Jorge Bergoglio dijo lo siguiente: “Si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad, quién soy yo para juzgarla. El Catecismo de la Iglesia Católica explica y dice que no se debe marginar a esas personas y que deben ser integradas en la sociedad”. De inmediato, los “entusiasmados” aplaudieron las declaraciones papales, aduciendo el “enorme humanismo” de esas palabras. Aquí el video respectivo:

https://www.youtube.com/watch?v=0Kynfiwkigo

La hipocresía vaticana salta a la vista, porque la Iglesia que encabeza Bergoglio por supuesto que ya ha juzgado a los homosexuales, y lo ha hecho de forma condenatoria. Tan es así que estas personas viven como “apestadas” y “enfermas” dentro y para la Iglesia; y la única forma que tienen esas personas para ser “integradas” es bajo un manto de vergüenza y de confinamiento moral.

¿O acaso la Iglesia Católica reconoce a los homosexuales como creyentes con plenos derechos? ¿La Iglesia Católica permite la celebración del “sacramento del matrimonio” entre personas del mismo sexo? ¿La Iglesia Católica ha movido siquiera un dedo para, al menos, ser tolerante ante la adopción de infantes por parte de homosexuales y lesbianas? ¿La Iglesia Católica ha aceptado sin chistar y “de todo corazón” a sus sacerdotes y religiosas homosexuales? ¿La Iglesia Católica ha reconocido el “carisma” de la homosexualidad dentro de sus propias filas?

No, por supuesto que no. Bergoglio incurrió en un deleznable acto de demagogia. Su verdadera postura es la postura oficial de la Iglesia que él mismo comanda. Me refiero a esa postura que manifestó Bergogliohace un año, el miércoles 18 de febrero del 2015, cuando permitió la entrada de un grupo de homosexuales y lesbianas a su audiencia semanal. Se trataba del Ministerio New Ways, originario de los EEUU. Pero, claro, los mandaron a un rincón, tratándolos como lo que son realmente para la Iglesia Católica: unos “apestados”. Y ni siquiera los mencionaron durante el pase de lista de los diferentes grupos asistentes. El Papa mismo nada dijo sobre ellos.

Ésa es la postura real del Papa y de la Iglesia Católica con respecto a las personas homosexuales. Postura que queda más clara cuando Bergoglio habla oficialmente con respecto al matrimonio y a la familia. Para ello, véase el video siguiente:

https://www.youtube.com/watch?v=inE-oChceeM

Así, pues, no hay “progresismo papal” alguno, sino simple demagogia de ocasión.

“Dignidad” de las mujeres

Bergoglio también ha emitido mensajes dizque reconociendo la “dignidad” de las mujeres. Por ejemplo, durante su audiencia del miércoles 29 de abril de 2015, se pronunció contra la “brecha salarial” entre mujeres y hombres, calificándola de “escándalo”. En aquella ocasión, el Papa se preguntó: “¿Por qué se da por sentado que las mujeres deben ganar menos que los hombres? ¡No! Ellas tienen los mismos derechos”. ¿Hablando de derechos de las mujeres el líder de una institución estructuralmente misógina?

Asimismo, ha pedido que las mujeres tengan un mayor papel dentro de la Iglesia. En febrero de 2015, en otro arranque demagógico, Bergoglio dijo: “La Iglesia es mujer, es “la” Iglesia, no “el” Iglesia”, agregando “(…) me gusta describir la dimensión femenina de la Iglesia como seno acogedor que genera y regenera la vida”.

¿De veras el Papa vela por los derechos de las mujeres y su igualdad con respecto a los varones? ¿Por qué, entonces, su Iglesia no permite la ordenación sacerdotal de las mujeres? ¿Por qué su Iglesia mantiene a las mujeres en papeles secundarios, máximo como asistentes, catequistas, cocineras de algún obispo o tristes fabricantes de galletas y rompope? ¿Cuántas teólogas tiene la Iglesia Católica? ¿Cuántas mujeres son rectoras de alguna “universidad católica”? ¿Cuántas mujeres participan activamente en los concilios o en los sínodos?

Al Papa se le olvida que a él lo nombraron sólo varones eclesiásticos de alta alcurnia. Ni una sola mujer pudo siquiera emitir su opinión al respecto. En efecto, como dice Bergoglio, la Iglesia es “la” Iglesia, pero el “Espíritu Santo” que sopla sobre el Alto Clero que elige al Papa es “el” Espíritu Santo: es varón, pues. ¿Quedó claro? La hipocresía vaticana salta a la vista, nuevamente.

Concluyendo

Sin necesidad de ser exhaustivo, queda perfectamente claro que el “progresismo” del “Papa Francisco” es sólo una artimaña retórica más. De tanto en tanto, Bergoglio ha dejado correr algunas palabras para endulzar los oídos de quienes viven marginados dentro de la Iglesia. Palabras dulces para hacerles más llevadera su posición de “apestadas y apestados” dentro de la “Iglesia de Cristo”.

Nunca esperemos “progreso”, pues, de la Iglesia Católica, porque ésta es una organización que nació retrógrada.

Por: Carlos Arturo Baños Lemoine / Profesor UAM-Xochimilco y UPN-Ajusco / CIUDADANO CERO / elarsenal.net/