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Opinión

Calderón: 80 mil muertos para nada

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Se entendía que en la mitad del sexenio de Felipe Calderón, uno de sus colaboradores más cercanos (también de los más incompetentes, por cierto) afirmara que si su jefe no hubiera hecho la guerra al crimen organizado, “el próximo presidente de México sería un narcotraficante”.

El 18 de febrero de 2009, el entonces secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateos, advirtió que “el narco era un Estado dentro del mismo Estado”.

Se entendía que dijera aquella barbaridad porque: 1.- La presidencia anterior había sido panista. 2.- Ruiz Mateos no tenía idea de la política, pues antes de entrar a ésta con Calderón era vendedor de autopartes y desde ahí saltó a dirigir la economía de un país de la OCDE.

Lo que es imposible de entender es que Felipe Calderón haya declarado al diario ABC de Paraguay que en México “las organizaciones criminales han adquirido tal grado de sofisticación que se están apoderando de las instituciones”.

Porque lo afirma el ex presidente que dedicó los seis años de su gobierno a combatir al crimen organizado con costo de 80 mil muertes y de la descomposición de las instituciones procuradoras de justicia, que de 103 mil supuestos narcos capturados, debió liberar a 100 mil.

¿Para eso sirvieron seis años del Ejército en las calles, generales y altos mandos policiacos encarcelados injustamente por presunta colaboración con el narco, presentación de capos en horario prime time de TV, montajes televisivos sobre “capturas in fraganti” de secuestradores…?

Lástima que después de un sexenio, el líder de aquella cruzada afirme que  en México “las organizaciones criminales han adquirido tal grado de sofisticación que se están apoderando de las instituciones” y su partido exija la desaparición de poderes en Michoacán.

Sin embargo, con Calderón se registraron reiterados casos fallidos del narco apoderado de las instituciones, como el caso de su zar antidrogas, Noé Ramírez Mandujano, preso más de cuatro años porque lo acusó un testigo protegido al que el gobierno pagaba 50 mil pesos mensuales.

De hecho, los dos sexenios panistas gastaron 163 millones de pesos en testigos protegidos en procesos que se cayeron en tribunales, desde la  Operación Limpieza, pasando por el Michoacanazo y Caso Greg hasta el juicio a los generales.

A lo largo de la administración de Calderón estuvieron en el programa de testigos protegidos unos 300 delincuentes (incluido “Jennifer”, el que hundió a Mandujano y los generales) que recibían 50 mil pesos mensuales, casa, auto, alimentación y escolta.

Por eso, la declaración de Calderón en Paraguay debe ser tomada sólo como parte de la locuacidad de un político joven que ahora, como ex presiente, no sabe qué hacer con su vida en un país donde los ex presidentes son… leones sin dientes.

Por:Rubén Cortés / elarsenal.net

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