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Opinión

Cinco asesinatos más

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El viernes 31 de julio, a una hora aún indeterminada, un miembro de la comunidad de periodistas fue vilmente ejecutado junto con otras cuatro mujeres. Esto ocurrió en un edificio de departamentos ubicado en la calle Luz Saviñón número 1909 de la colonia Narvarte en la ciudad de México.

La trágica noticia ya le dio la vuelta al mundo. En general, las opiniones sobre el suceso se encaminan a calificarlo como un crimen artero que merece ser investigado seriamente y a profundidad. El multihomicidio no es obra de la casualidad o de la mala suerte, es un acto revestido de agravantes fatales: premeditación, alevosía y la ventaja.

Varias son las líneas de investigación que la autoridad ministerial ha seguido; algunas van perdiendo fuerza en el camino, y por ello, han sido desechadas. Entre las que se mantienen vigentes hay una que apunta directamente a la estructura gubernamental del estado de Veracruz. El fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril, fue reiterativo al mencionar en distintos foros que se sentía amenazado por el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, gobernador de esa entidad. El motivo aparente, o más conocido, fue la publicación de una fotografía tomada por Espinosa Becerril y publicada en la revista Proceso, en la que el mandatario estatal luce un rostro descompuesto por la ira.

El ahijado político de Fidel Herrera Beltrán, ex gobernador de Veracruz, ha construido su propia historia en el ámbito de los gesticuladores. Su padrino fue el ocupante del octavo lugar en una lista de diez personajes de la política mexicana, que la revista Forbes consideraba como los más corruptos en el año de 2013. El primer lugar se lo ganó a pulso Elba Esther Gordillo Morales; muy cerca aparecían Rubén Moreira Valdés, Andrés Granier Melo y Carlos Romero Deschamps. Este último, progenitor de dos vástagos a quienes les gusta disfrutar de los placeres más refinados y costosos del planeta. La hija pasea en aviones privados acompañada de sus perros por cuanto destino turístico se le atraviesa; el cachorro es dueño de autos extremadamente lujosos. La tríada Romero se siente a cubierto de cualquier reclamo de la ley.

El 30 de enero de 2012 algunos medios impresos y ciertos espacios de las redes sociales informaban sobre la detención de dos colaboradores de Duarte de Ochoa por trasladar 25 millones de pesos en avión oficial. Los empleados de confianza de Javiercito fueron capturados en el aeropuerto de Toluca, estado de México, por transportar en una aeronave dos maletas con billetes de alta denominación. Miguel Morales Robles, empleado del gobierno veracruzano mostró un oficio firmado por un funcionario de la tesorería estatal, mediante el cual se justificaba la transportación del dinero, pero no su origen ni destino.

En este penoso asunto intervino la Procuraduría General de la República (PGR), instancia que incautó temporalmente el cuantioso botín. Otro enviado del gobernador, Said Sandoval Zepeda, se puso rudo con la autoridad ministerial de la PGR, al exigir que se le devolvieran los 25 millones de pesos, debido a que dicha cantidad sería utilizada para pagar los servicios que prestaría la empresa Industrias 3, S.A. de C.V., en la organización de la Feria de la Candelaria, el Carnaval de Veracruz y la Cumbre de Tajín.

El asunto sigue sin aclararse. Campean varias hipótesis: el dinero se empleó como parte del financiamiento de la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto; los 25 millones de pesos forman parte del fondo de retiro del gobernador, quien concluirá su mandato el 30 de noviembre de 2016.

El corpulento mandatario, protegido de quien se dice que dio entrada franca en Veracruz al cártel de Los Zetas, tiene frente a sí consignas sociales que le reclaman por la muerte de Rubén Espinosa Becerril: “ Javier Duarte de Ochoa…Si conoces lo que es la dignidad y aún te queda algo de ella…RENUNCIA…

POR  / COLUMNASMISCELÁNEA / elarsenal.net

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