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Opinión

CNTE: el crimen de Oaxaca

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“Nos están ahorita llamando para ir a brigadear a los maestros ¡Qué sinvergüenzas son! ¿Para qué se andan comprando sus carros último modelo, sus computadoras o sus teléfonos de última generación?” Así estalló contra los líderes del CNTE una de sus principales aliadas en Oaxaca.

Adriana Linares Arroyo, presidenta de la Coordinadora Estatal de Madres, Padres y Tutores en Defensa de la Educación Pública, apoya a la CNTE, pero les advirtió a los gerifaltes que “si ustedes siguen con sus fregaderas, nosotros los papás vamos a cerrar las escuelas y los vamos a sacar”.

¿A qué se refiere Linares Arroyo con “sus fregaderas”, además de “sus carros último modelo, sus computadoras o sus teléfonos de última generación?” Veamos:

–Rubén Núñez, principal cabecilla de la CNTE, informó el viernes que no darán ni un peso de apoyo a sus cuatro mil 253 miembros que han sido echados por la SEP por no dar clases en Chiapas, Guerrero, Michoacán y Oaxaca.

Sin embargo, la CNTE lo mantiene a él mismo (y a cuatro dirigentes más) desde hace ocho meses, porque sus cuentas se encuentran congeladas al ser investigados por Hacienda (por lavado de dinero y financiamiento al terrorismo), en una de las cuales movía 8.1 millones de pesos al mes.

Los líderes que viven ahora de los miembros de la CNTE son Núñez, Francisco Villalobos, secretario de Organización; Gustavo Manzano, secretario técnico, Aciel Sibaja, secretario de Finanzas (preso); y Claudio Felipe Mendoza, secretario técnico del CAPP.

¿Cómo justifica Núñez que él y sus compinches sí puedan ganar sin trabajar y sus compañeros despedidos no?: “Que nos ayuden a vivir sin salario es un derecho que tenemos nosotros por organizarnos y persistir en la lucha, pero no tenemos por qué ayudarles a los compañeros despedidos”.

–Rubén Núñez pone a “brigadear” y secuestrar casetas de peaje a los miembros de la CNTE, pero paga desde hace ocho años una renta de 287 mil pesos mensuales por un edificio de cristal en Santa Lucía del Camino, Oaxaca, que no es usado en ninguna función.

Se trata de un edificio que no realiza labores, desde que hace ocho meses el gobierno oaxaqueño recuperó la rectoría de la educación en la entidad y Hacienda congeló las cinco cuentas, pero la CNTE ha desembolsado dos millones 870 mil pesos por renta.

A esto se refiere Linares Arroyo como “fregaderas” de la CNTE, aunque se agrega que el surgimiento de esta pandilla, en 1992, provocó que Oaxaca necesite ahora 33 años para equiparar su nivel educativo, por ejemplo, a la CDMX.

Y ocupe el primer lugar nacional de analfabetismo: 54.2 por ciento de su población mayor de 15 años tiene rezago educativo.

Eso es la CNTE: un crimen.

POR  / COLUMNASMESA REVUELTA  /  elarsenal.net

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