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Opinión

Comedia presidencial: nueva temporada

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La semana pasada tres mexicanos tuvieron el buen gusto de hacernos saber sus “nobles” intenciones: quieren ser presidentes de México. Margarita Zavala, panista y ex Primera Dama; Miguel Mancera, alcalde capitalino; y el incomparable Rodolfo Neri Vela, astronauta (!). De modo un tanto lunático arrancó la carrera por la Presidencia.

Para los usos y tradiciones mexicanas, resultan un poco prematuros los anuncios mencionados. En tres años -lo que falta para terminar el sexenio actual- pueden suceder demasiadas cosas: buen o mal desempeño de los actuales gobiernos, enfermedad de alguno de los candidatos, escándalos que impidan se concreten sus candidaturas, etcétera.

Margarita anunció con gracia sus intenciones. De sangre liviana, mostró también talento al ser la primera en anunciar su (pre)candidatura. Ahora, Margarita es imprescindible en todas las premoniciones políticas que al respecto se publicarán, por la sencilla razón de que eligió una táctica adecuada: ser la primera en tocar el tema.

El anuncio de Zavala tuvo diversos efectos. Por un lado, obligó a Mancera a anunciar sus respectivos planes (los mismos de Margarita: ser presidente). Pero se vio forzado a ello, si consideramos que don Miguel -es decir, su partido el PRD- acaba de perder media ciudad en las pasadas elecciones en lo que toca a delegados, diputados federales y sobre todo la Asamblea Legislativa de la capital. Con pésimos resultados a cuestas, lo menos indicado era que el perdedor Mancera anunciara su candidatura. Pero lo hizo, en el momento más inoportuno y con una innegable aura de “segundón”: segundo lugar en las elecciones y segundo en el turno de hacer su anuncio -luego de que lo hizo Margarita.

El anuncio de Zavala forzó también al presidente del PAN a retomar el tema de la lucha por la candidatura presidencial de ese partido. Madero, aún líder de Acción Nacional, deberá continuar siendo “imparcial” como líder de los blanquiazules, mientras de modo simultáneo tiene que competir con la nueva candidata panista. La contradicción es patente y continuará hasta que Madero salga de la dirección panista.

Además, el anuncio de Margarita al parecer también inspiró al señor astronauta Neri Vela a declarar que “podría” buscar una candidatura presidencial independiente. Sabemos que Neri, siendo astronauta, ya ha llegado bastante alto. Pero no se conforma y ahora quiere ser presidente. Sin que necesariamente sea la candidatura de Neri un ridículo estrepitoso, puede decirse que la idea de Neri resulta un tanto “lunática”, si recordamos que el señor astronauta carece de experiencia política.

Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla, es otro presunto aspirante panista a la Presidencia. Cuenta para ese noble propósito con el presupuesto poblano, que seguramente será usado esencialmente para apuntalar los planes presidenciales del señor gobernador.

Un caso análogo es el del gobernador chiapaneco Manuel Velasco Coello, que buscará que en un descuido el Partido Verde lo vuelva candidato. Quizá para después declinar en favor del candidato priísta…

Habrá desde luego más contendientes por la presidencia. Andrés Manuel López Obrador ya había anunciado su intención de competir por el puesto en una tercera ocasión, ahora por el partido Morena. Ese partido triunfó en el Distrito Federal, y por ello no es difícil asegurar que López Obrador será candidato, si su salud se lo permite.

Marcelo Ebrard, ex jefe de gobierno, hará también un último intento por alcanzar la candidatura presidencial. Quizá la alcance por el partido Movimiento Ciudadano, dirigido por Dante Delgado, si no indicia o encarcela Mancera a Ebrard. Pero sus posibilidades son muy pocas. Mancera se envalentonó e inició procedimientos contra Ebrard por el probable desfalco en la construcción de la Línea 12 del Metro capitalino y eso hace casi inviables las aspiraciones presidenciales de éste último.

Otro candidato más viable, es el recientemente electo gobernador de Nuevo León, conocido más por su sobrenombre de “El Bronco” que por su propio nombre -y que desafortunadamente yo también he olvidado. No hará públicas sus aspiraciones, como lo hicieron los demás, porque no es oportuno hacerlo tan sólo una semana después de haber ganado la gubernatura. Pero hará todo lo posible por destacar lo suficiente los próximos dos años, para lanzarse como candidato presidencial en el tercer año de su gobierno -de nuevo como candidato independiente.

Las posibilidades reales de ser candidato independiente, es lo que anima a algunos de los demás personajes arriba mencionados a lanzar su respectiva candidatura. Las pasadas elecciones de medio término pavimentaron las candidaturas independientes. En esa posible lista de candidatos presidenciales independientes se encuentran no sólo el señor gobernador neoleonés, sino también la propia Margarita Zavala, el candidato astronauta Neri Vela y el propio Ebrard, quien en el límite se podría lanzar también como independiente.

Un último candidato independiente, viable a mi parecer, es el escritor Jorge Castañeda. Fue él quien inició la lucha por las candidaturas independientes, en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Y aunque él mismo se ha auto-descartado (dice que su tiempo ya pasó), creo que la realidad lo va a contradecir y que sus palabras deben tomarse con una pizca de sal.

Es factible también una candidatura presidencial independiente con un candidato de la farándula o del mundo del deporte, como las ya ensayadas por la actriz Carmen Salinas o el exfutbolista Cuauhtémoc Blanco para una diputación y la alcaldía de Cuernavaca, Morelos. Este tipo de candidatos tiene la ventaja de que tienen nombres conocidos; son “marca conocida”, como dicen los publicistas políticos. Pero no necesariamente son tomados en serio por el electorado general.

Habrá otros candidatos a la presidencia, quizá por los partidos pequeños. Tal vez reviva el exrector de la UNAM Juan Ramón de la Fuente, por ejemplo. Pero el más insondable misterio es desde luego quién será el próximo candidato presidencial por el partido del presidente Peña, el Partido Revolucionario Institucional.

Los candidatos obvios del PRI son los secretarios de Gobernación y de Hacienda, Miguel Angel Osorio y Luis Videgaray, respectivamente. Se menciona también al priísta Manlio Fabio Beltrones, que tiene sin embargo el grandísimo defecto de no ser peñanietista.

Sin embargo, es el propio presidente Peña Nieto el más interesado en que no se ventile hoy la cuestión de la candidatura presidencial, ni la de su partido ni la de otras formaciones políticas. Fue por ello que con cierta sutileza el presidente insinuó posibles actos anticipados de campaña por parte de quienes anunciaron sus aspiraciones, la semana pasada. Osorio Chong instruyó a los funcionarios federales para que no se pronuncien al respecto.

Por su parte, el dirigente nacional priista César Camacho Quiroz entendió de inmediato el mensaje presidencial y emitió el “suyo” en el mismo sentido, diciendo que los militantes de su partido el PRI no deben distraerse sino ponerse a trabajar. Es decir, no deben distraerse en “minucias” como… la candidatura presidencial.

Es comprensible que al presidente Peña no le agrade que se ventile el tema de su sucesor, pues todos los pre-candidatos mencionados lo opacan de algún modo cada vez que se pronuncian. Lo anterior, debido a que casi cualquier asunto de importancia, o al menos cualquier proyecto a un plazo mayor de tres años, va a merecer que se comente por los posibles sucesores.

La sola existencia de precandidatos presidenciales le hacen sombra a Peña Nieto. Más, si son candidatos viables y mucho más si son parlanchines y opinan de todo asunto de gobierno.

Por ello “Peña se empeña” en revivir el conocido dístico priísta de que “el que se mueve no sale en la foto”, queriendo decir que el precandidato que maniobre sin la bendición presidencial, fracasará. El viejo adagio priista -lo dijo Fidel Velázquez- sigue siendo válido… pero sólo para los priistas. Quienes no militan en el PRI tienen, desde la semana pasada, vía libre al menos para hacer campaña tras bambalinas.

Como se sabe, la historia se repite, pero como una farsa y en nuestro caso como comedia. En la época dorada del PRI, quien se atrevía a “adelantar tiempos” presidenciales, tenía garantizado el encierro, destierro, entierro o al menos unos muy malos años en su vida.

Ahora en cambio, ni el PRI ni el presidente tienen el suficiente poder para callar o aquietar a los demás precandidatos. De manera que los próximos tres años veremos una comedia de errores consistente en que los candidatos opositores o independientes van a tratar de figurar, declarar y aparecer en “el mayor número de fotos posible”, en campañas presidenciales veladas, mientras que el gobierno y el PRI van a tratar de ponerles zancadillas a dichos candidatos y de que se ignoren o se borren -por parte de los medios- dichas fotografías y declaraciones.

Lo que no es cosa de risa, es que es altamente probable que alguna de las personas mencionadas en este breve escrito, será el próximo presidente de México.

Por: Ah-Muán Iruegas / COLUMNA REALPOLITIK / elarsenal.net

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