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Opinión

“De la autocrítica a la autocomplacencia”

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Me gustó el tono autocrítico del presidente Peña  al inicio de su mensaje con motivo del Tercer Informe de Gobierno.  Parecía anunciar algo diferente.   

Eso de reconocer que la sociedad está lastimada por temas como Ayotzinapa, la fuga del Chapo, la corrupción.,  o por las denuncias sobre conflictos de interés,  en las que se vio involucrado el titular del Ejecutivo, no es cosa de todos los días.   

Habló incluso de la preocupación de la sociedad por la caída de los precios del petróleo  y el “movimiento” del dólar que, si bien son provocados por factores externos,  inquietan a los ciudadanos por  el impacto en su bolsillo.

Pero se quedó corto. Conforme avanzó su larguísima alocución  –duró dos horas–,  el presidente cambió el tono hasta convertirse en autocomplaciente.

Vinieron las cifras que no corresponden con el humor social que describió al arranque de su mensaje.  Según el vamos  bien en combate a la pobreza, educación, seguridad, empleo, salud… 

Se apoyaba en cifras parciales del Coneval o las del INEGI.        

El mensaje político tuvo un destinatario: Andrés Manuel López ObradorEl Peje ya está de nuevo en  las encuestas sobre el 2018. Es competitivo. 

Por eso el presidente se detuvo unos momentos para  alertar a la población contra “populistas y demagogos” que ofrecen “soluciones mágicas”, pero que cuando llegan al gobierno no solo empobrecen a los ciudadanos,  sino que los dividen. 

* * *       

De las diez medidas anunciadas  por el Presidente para la segunda parte de su sexenio, nos brincó la que tiene que ver con los bonos para la educación que se van a colocar en la bolsa, a fin de agregar 50  mil millones de pesos a los programas de “escuela digna”. 

Ya veo la polémica y los señalamientos de que  es una vía para privatizar la educación.

La que más me gustó es la décima. Esa que promete que el gobierno se va a apretar el cinturón para no tocar los programas que benefician a la sociedad. Ver para creer.

El anuncio de la creación de la Secretaría de la Cultura también llamó la atención.  Ya se mencionan nombres para encabezarla.  Escuche dos al vuelo: José Narro, rector saliente de  la UNAM, y  Rafael Tovar y De Teresa, titular del Conaculta.       

* * *

El perredista Jesús Zambrano aprovechó su primer acto en Palacio Nacional como presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, para plantear personalmente  al jefe del Ejecutivo  la necesidad de que los informes se rindan frente al Congreso.

Y es que ese ejercicio de “rendición de cuentas” –así lo manejaron  en presidencia— lo hace actualmente  el Ejecutivo ante un conjunto de invitados proclives al aplauso y no a la crítica. 

Lo platicamos después”, respondió el presidente Peña, según  versión del diputado del PRD a los reporteros.

* * *

El tema lo platicamos ayer con César Camacho, fuera de Palacio Nacional. Le expusimos lo absurdo que nos pareció el extrañamiento que  la diputada Yulma Rocha Aguilar, le hizo a Zambrano, luego de que propusiera el regreso del presidente al Congreso para dar el Informe.   

Lo acusó de “traicionar la confianza” que una mayoría de los diputados depositaron en él.

Camacho reviró:

No fue por eso (el extrañamiento) sino por una reincidencia: desde el día que asumió la presidencia de la mesa directiva,  Zambrano hizo juicios de valor sobre el estado del país”.

 “No le toca. Lo dije que  como diputado puede decir lo que quiera, pero  no como presidente de la Cámara,  y lo volvió a hacer.

 “En el momento en que recibió el Informe dijo que  es evidente que el país no está bien: la corrupción, la desigualdad, la impunidad…”

El diputado del PRI nos recitó de memoria el artículo 22, numeral uno y tres, de la Ley que rige el Congreso, para recordar que el presidente de la mesa directiva no puede expresar opiniones personales o  de grupo.

Aunque, eso sí,  puso énfasis a la hora de decir que el PRI no pedirá la destitución de Zambrano.  “¿Esto lo hace no confiable?  No.  Para nosotros allí acabó el asunto”, dijo.

El presidente de la República no rinde su Informe ante el Congreso desde el 2006, luego del sainete que obligó a Vicente Fox a  entregarlo en el vestíbulo, por no existir condiciones para que  ingresara al salón de sesiones.

Poco después, los panistas propusieron –y lograron—modificar la Ley y eliminar la obligación del mandatario de acudir al Congreso a rendir su Informe

Parece que ahora es el PRI el que no quiere exponer al presidente a las críticas del  Congreso.

Le preguntamos a Camacho su opinión sobre la iniciativa de Zambrano.

Me encantaría.  El problema es que fuimos del día del presidente al día del anti presidente. Aquello era un diálogo de sordos, o sucesivos  monólogos”.

El riesgo de siempre es que algunos no lo cumplan”, advirtió.    

FIN…

POR  / COLUMNA ARSENAL / elarsenal.net

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