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Opinión

El horario ideal de trabajo (II)

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Basado en los Ritmos Circadianos

Muchas veces obligamos a los empleados a cumplir con una entrega al final del día, así que insisten en sacar adelante esa misión impostergable a lo largo de su ascenso: desde su debilitado raciocinio de las 3pm, hasta alcanzar la siguiente cumbre luego de las 6 de la tarde,… hora de salir en muchas empresas.

Los “trabahólicos” (adictos al trabajo) tal vez sólo hagan una pausa para cenar, lo que consume un par de horas de alerta óptima, luego trabajan durante la noche mientras su desempeño cognitivo y su atención declinan sin remedio. El peor escenario es el del empleado que se aferra a la idea de acabar el trabajo y va desgastándose hasta caer en el más hondo pozo circadiano del día, más o menos a las 3:30 de la madrugada.

Todos estos ejemplos dejan en claro la enorme distancia que separa a la estrategia ideal de trabajo, de lo que la gente hace en realidad.

El patrón clásico de ritmo circadiano es muy común, de hecho es dominante. Sin embargo, hay quienes lo tienen un poco desplazado en un sentido o en otro (hacia la madrugada o la noche). A unos se les llama “gallos madrugadores”, gente de las mañanas que tiende a tener cumbres de alerta a horas más tempranas del día que el promedio de la gente, y a otros se les conoce como “lechuzas” por su tendencia a la noche. A lo largo de nuestras vidas generalmente experimentamos desplazamientos de nuestro ritmo circadiano en ambos sentidos: somos gallos en la niñez, lechuzas en la juventud y nuevamente gallos en la edad avanzada. Pero por supuesto que una persona de cualquier edad puede ser gallo o búho.

Estas diferencias en los ritmos circadianos (llamados “cronotipos”) representan algunos retos y ciertos beneficios. El reto más grande es unificar la carga de trabajo al ritmo circadiano del individuo. Un gallo trabajando en un horario nocturno, o un búho en el turno de madrugada, representan desajustes de cronotipos difíciles de manejar. Los empleados en estas circunstancias no pueden mantenerse alerta aunque les importe mucho lo que estén haciendo.

Las investigaciones de Christopher M. Barnes indican que los desajustes circadianos hacen que se presenten conductas no éticas en el personal, simplemente porque a las víctimas les falta energía para resistir las tentaciones. En el contexto de los grupos de trabajo puede ser difícil conseguir un balance entre gallos y búhos para lograr la mayor eficiencia, pero el puro intento puede aportarnos oportunidades.

Hay organizaciones o procesos que exigen turnos corridos durante todo el día y la noche. Si los gerentes logran que los empleados sincronicen sus cronotipos particulares con los distintos turnos, el trabajo puede ser ejecutado por personas que estén laborando dentro de su ritmo circadiano, o muy cerca de él. Claro, esto requiere conocer el cronotipo de cada empleado y basar la asignación de turnos en esta la información.

El horario flexible da una oportunidad a los empleados de sincronizar sus horarios de trabajo con su propio ritmo circadiano. Sin embargo, los gerentes frecuentemente impiden la oportunidad de aprovechar esta ventaja, castigando a los empleados por trabajar durante horarios de “lechuza”. Barnes encontró que los supervisores tienden a asumir que los empleados que comienzan y terminan el trabajo cuando ya es tarde, son menos conscientes y tienen un peor desempeño –aunque su conducta y resultados sean exactamente los mismos que alcanza una persona que trabaja en el turno clásico del día.

Si quieren optimizar los horarios, los gerentes deben ver más allá de sus propios prejuicios y sincronizar las actividades más importantes con los ciclos naturales de energía de los empleados. Los jefes que hagan esto tendrán trabajadores energéticos, con excelente desempeño, en vez de casi sonámbulos y batallando para no quedarse dormidos. Tus tareas más importantes merecen empleados que trabajen cuando están en su mejor forma.

Christopher M. Barnes es profesor asistente de administración en la Escuela de Negocios de la Universidad de Washington.

Trad.: Antoine Laup S./Alfonso López-Collada G / COLUMNASEN NIVEL BANQUETA / elarsenal.net

 

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