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Opinión

El marketing de las reformas

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¿Casualidad o sincronía? Voluntad de hierro es el título de la edición 1554 de El libro vaquero que dedica una cuarta parte de sus 124 páginas a la historieta Luz y gas más barato para todos, bajo el patrocino de la paraestatal Petróleos Mexicanos.

Alguna vez, Paco Ignacio Taibo II definió la paradoja de generar en México la mayor producción de historietas del mundo (Kalimán,ChanocCondoritoLágrimas y risas, entre las más populares) pero las de peor calidad. Desde hace mucho, en las esferas gubernamentales saben que esos títulos, junto con las revistas sobre los chismes del espectáculo y las ediciones para adultos, concentran los mayores tirajes de la prensa en el país.

Y desde hace mucho, la publicidad gubernamental busca propagarse entre las creencias colectivas, más que informar. Y los patrocinadores de este western de bolsillo, literalmente hecho a la medida, usaron la imagen del ex presidente Lázaro Cárdenas para vender la reforma energética entre su público.

“Esta reforma se basa en sus principios”, rezan las viñetas del comic en el Tata Lázaro es protagonista, “él tenía la visión de una industria incluyente, en la que a Pemex se le permitiera hacer equipo con empresas. Queremos volver a incluir sus propuestas –palabra por palabra– a la Constitución”.

Para la difusión del mensaje gubernamental, la administración peñista apuesta por las publicaciones “masivas y populares”. ¿Si TV Notas o Más por Más tuvieran custom publishingtambién llevarían encartes gubernamentales? Con su formato de bolsillo (13 x 15.5 centímetros) El libro vaquero llegó a imprimir 1.5 millones de ejemplares a mediados de la década de los ochentas, bajo la égida de Novedades Editores. Ahora es propiedad de HeVi Editores y alcanza un tiraje quincenal de 250,000 unidades. El caso de la historieta a la medida impresa a principios de noviembre llama la atención porque además del tiraje especial –dirigido a un “publico leal” ubicado en los niveles socioeconómicos C, D y E del cual, tres cuartas partes son hombres– la edición 1554 encapsula una inserción de la campaña sobre prevención de la obesidad del sector en su segunda de forros.

La historieta, literalmente, como refuerzo de la publicidad gubernamental. Los protagonistas de El libro vaquero reflexionan sobre los spots televisivos que anuncian una baja de las tarifas del gas y le energía eléctrica, si prosperan las reformas del Ejecutivo federal.

El relato oficial recae en Armando, un trabajador de Pemex, quien explica a su familia los beneficios de usar gas natural en vez de combustóleo para la generación de electricidad. Y también, de la incursión de la “inversión empresarial” en estas actividades, con la que se generarían más empleos.

Para la modernización de Pemex –insiste– “solo hay de dos sopas: una es endeudarnos, como se hizo en los años ochentas… La otra es la que muchos países como Brasil, Colombia, Noruega y hasta China han elegido: hacer equipo con otras petroleras”.

“No debemos hacer caso de rumores. Lo mejor es informarse. Informarnos representa amar a México. Es ayudar a crecer al país”, sentencia Armando, el empleado de Pemex que aparece en El libro vaquero, quien podría ser la versión unidimensional del modelo Diego Castañeda Cooper, protagonista de la suspendida pauta publicitaria que reclamaba la propiedad del Estado mexicano sobre los hidrocarburos –“el petróleo es nuestro”– y trataba de apropiarse del legado cardenista.

Con el término privatización proscrito del mensaje gubernamental –por el rechazo que genera– y sin mencionar al presidente Enrique Peña Nieto, los abogados Enrique Ochoa Reza, subsecretario de Hidrocarburos, y Andrés Massieu Berlanga, coordinador de estrategia en Los Pinos, más que reorientar los contenidos de la propaganda a favor de la reforma energética, buscan socializarla, que la gente se apropie de sus bondades y defienda el cambio de redacción del artículo 28 constitucional.

Saldos del primer año de la comunicación peñista. Restringida durante los primeros 10 meses de la administración por una racionalidad (sic) presupuestal dictada desde el Salón Tesorería del Palacio Nacional, la propaganda gubernamental ahora fluye a borbotones a pesar de las objeciones expresadas por oficiales mayores y comisarios de la Función Pública ante los voceros de las distintas dependencias de la administración pública federal. Por “órdenes de la superioridad” –que no es otra que Los Pinos– se aceleraron procedimientos administrativos y se prodigaron claves presupuestales para que pudieran gastarse 3,400 millones de pesos en un tiempo récord.

En más de un sentido, el modelo de comunicación social peñista imita las tácticas del calderonismo. Con Eduardo Sánchez como nueva figura –y una dudosa duplicidad de cargos y funciones– y Massieu Fernández en el complemento, la coordinación general de Comunicación Social  de la Presidencia de la República y las unidades de comunicación social de la administración pública federal quedan en un mero plano instrumental.

 

EFECTOS SECUNDARIOS

 

DETERMINANTE. Andrés Manuel López Obrador confirmó que encabezará un cerco en los recintos legislativos, que buscará impedir que el Congreso de la Unión culmine el trámite de la reforma energética. El PAN y el gobierno federal irán juntos en la aprobación de la iniciativa que busca reformar los artículos 27 y 28 constitucionales. Pero antes –a condición impuesta por la cúpula panista– deberá tramitarse la reforma política. Este lunes están citados los senadores para votar el dictamen en comisiones. Inmediatamente después se citaría al Pleno, de modo que el martes estaría aprobada esta reforma. Y enseguida sesionarían las comisiones para dictaminar la energética. Así, a finales de la próxima semana, concluiría el periodo ordinario de sesiones y quedaría listo “el primer piso de reformas legislativas que posibiliten la transformación hacia un mejor futuro”.

 

Por: Alberto Aguirre M. / elarsenal.net

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