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Opinión

“El regreso de Andrés Manuel al DF”

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Era la medianoche del jueves 11 de diciembre del 2014.  Carlos Navarrete había llegado cinco minutos antes a primer piso de  la sede del INE, en Periférico y Viaducto Tlalpan.

El tiempo para las coaliciones estaba por agotarse. La llegada, barriéndose, del presidente del PRD era  señal era clara de que el PRD iría solo en las elecciones intermedias del 2015. 

En la sala del INE se encontraban también los integrantes del PT. Desde el mediodía habían buscado al presidente nacional del PRD para  llegar a un acuerdo de última hora con Los Chuchos.

Ellos si estaban interesados en la alianza.  Pero ni el teléfono les contestó. 

Lo primero que hizo el jefe perredistas fue dirigirse a los medios  para darles la noticia. “No se llegó a ningún acuerdo.  No va a haber alianzas”, les dijo.

Luego avanzó hacia el grupo de petistas allí presentes. Se detuvo frente al presidente de ese partido, Alberto Anaya. “¡Tan amigos como siempre!”, le dijo.

En el PT están convencidos de que Miguel Ángel Osorio Chong le dio línea a Navarrete de no hacer alianzas que pudieran en peligro  las gubernaturas del PRI. “Tienen a Abarca para presionar”, aseveró una legisladora de ese partido, presente esa noche en el INE.

Lo mismo ocurrió con el PAN.  Sabemos que Héctor Bautista, secretario general del PRD y aliado de Peña cuando fue gobernador del Estado de México,  operó al interior del amarillo partido para evitar que resurgieran las coaliciones con el azul, que tanto daño le hicieron al tricolor en 2010. Ese año perdió Oaxaca, Puebla, Sinaloa.

De boca de los propios perredistas nos enteramos que Bautista retiro a los consejeros nacionales de ADN cuando se iba a revalorar la posibilidad de aliarse con los herederos de Manuel Gomes Morín. No hubo votación.

En 2015 estarán en juego nueve gubernaturas, las 500 curules en  la Cámara de Diputados Federal, pero también alcaldías y diputaciones locales en 1 a 7 estados de la Republica.

Las encuestas ponen a la baja al PRI. Ayotzinapa, Tlatlaya, La Casa Blanca, Malinalco, el Grupo Higa traen una pesada factura que los ciudadanos se pueden cobrar  en las urnas. Lo saben en Insurgentes Norte.  El gobierno federal usa las armas de que dispone para hacer el control del daños.  Si tomamos en cuenta  las bajas calificaciones del presiden Peña en las encuestas (en el mejor de los casos  cuatro de cada 10 mexicanos   aprueban su gestión)  

* * *

En  Acción Nacional  presentan el fracaso de las alianzas con el PRD como decisión propia. No podía ser de otra manera. “No es cálculo político. Hay temas que nos separan francamente”, dijo Ricardo Anaya, jefe nacional de ese partido.  Dijo cuales: Iguala, la Reforma Fiscal y el freno a la Reforma Política.

Acción Nacional respetará, eso si, los compromisos que tiene amarrados con otros partidos en Jalisco y Campeche. Colima está por verse, puntualizó el joven maravilla.

Imposible pensar que en esa postura azul no hay calculo político, pese a lo que dice  Anaya. Aliarse con el PRD es tanto como compartir la pesada carga de Ayotzinapa, Guerrero. Pagar por los costosísimos errores que llevaron a la diabólica pareja Abarca-Pineda a la alcaldía de Iguala.

Acción Nacional, además, es el único partido grande que se puso a la reforma fiscal que nos iba a llevar al paraíso y que hoy nos tiene con una economía estancada, un dólar sobrevaluado, y la mezcla de petróleo más barata en el último lustro.     

 * * *

El tiempo para las alianzas locales se agota el sábado próximo. La encuesta que  sacó el periódico Reforma el pasado 17 de diciembre encendió las luces de alerta en PRD. Es la vuelta triunfal de Andrés Manuel López Obrador al ligar que o encumbró políticamente: la Ciudad de México  

Sí Morena  encabeza por primera vez las preferencias electorales en la Ciudad de México, bastión del PRD desde 1997. Aparece con el 26 por ciento en la intención del voto para la Asamblea Legislativa del DF. Creció ocho puntos de julio para acá. 

El PRD, en cambio, baja de 29 por ciento en julio pasado a 22 por ciento en diciembre. Pierde seis puntos.   Es el efecto Ayotzinapa y su impacto sobre lo que queda del PRD, tras la salida del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas del partido que fundo hace 25 años.    

Navarrete y los Chuchos mayores están obligados a replantearse las alianzas en el Distrito Federal. Ya no será con el PAN ni a nivel local. Les queda el PT, que en la citada encuesta aparece con el 6 por ciento en la intención de voto para la ALDF.

La suma de porcentajes, en este momento,  pondría arriba la coalición PRD-PT por dos puntos.

Los petistas, a cambio de la coalición, quieren una candidata suya en la delegación Coyoacán: la asambleísta Miriam Saldaña. Y ella, sin duda,  tiene con qué .

FIN.

POR  / elarsenal.net

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