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Opinión

El regreso de Felipe Calderón

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Incontinente por la derrota anunciada de su corriente por la dirigencia del PAN, Felipe Calderón regresó a México, tras una estancia como catedrático en Estados Unidos. Y, aficionado a las redes sociales, escogió Faceboock para anunciarlo.

Su esposa, Margarita Zavala, colgó una foto de ella y él junto con el gobernador Rafael Moreno Valle, y dos palabras como leyenda: “En Puebla”. En el retorno, Calderón no se mostró con su martillo dentro del partido, Ernesto Cordero… sino con la estrella emergente del partido.

Luego, ella se fue Bostón y él a Davos.

El mensaje fue claro: seguirá usando a Cordero y a Roberto Gil como golpeadores para reventar, si se puede, a Madero, pero desde ya tiene un nuevo delfín para 2018: Moreno Valle, quien se ha mantenido al margen del pleito interno, mientras hace grandes méritos como gobernador.

No sólo eso: además de haber construido una reputación de político incluyente, negociador y respetado por sus homólogos en el país (23 de todos los partidos asistieron a su III Informe de Gobierno), Moreno Valle mantiene una excelente relación institucional con el Presidente.

Es decir, Calderón cuidó con esmero su vuelta al país, después de entender que había pasado por alto, más de la cuenta, las reglas no escritas que limitan a los ex presidentes a la hora de inmiscuirse en los asuntos de política domestica.

¿Cómo?:

–Junto a Moreno Valle, quien es en el momento actual la figura política más promisoria y limpia del partido.

¿Para qué?

–Para advertir a sus golpeadores que están demasiado salpicados por los embrollos de corrupción dentro del partido, como para que él pueda apoyarlos en público.

¿Por qué?

–Porque necesitará este año un interlocutor de su partido con Los Pinos, y Moreno Valle es uno de los gobernadores mejor conectados con el Presidente Peña, con quien mantiene una magnífica relación institucional y apoyó con entusiasmo sus reformas educativa, fiscal y energética.

Imposible olvidar que a Calderón le espera un año difícil, pues la Suprema Corte comenzará a resolver casos registrados durante el sexto año de su presidencia, relacionados todos con presuntas violaciones a derechos humanos en la guerra que ordenó librar contra el crimen organizado.

La Corte analizará, en especial, el mal uso del programa de testigos protegidos, que con Calderón alcanzó niveles de escándalo: la PGR gasto 163 millones de pesos en unos 300 delincuentes confesos que recibían 50 mil pesos mensuales, casa, auto, alimentación y escolta.

Sin embargo, casi todos los procesos se cayeron en los tribunales: Operación Limpieza, Michoacanazo, Caso Greg Sánchez, Juicio a los generales. El Poder Judicial pondrá lupa a estos y otros casos.

Por cierto, el mismo Poder Judicial al que Calderón acusó de corrupción.

por  / elarsenal.net

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