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Opinión

En busca del IFE perdido

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¿IFE o INE? La solución a este dilema ni siquiera está cerca. La oposición de los gobernadores priistas al desmantelamiento de los consejos electorales en sus demarcaciones no inmuta a la bancada panista en la Cámara de Diputados. Su coordinador, Luis Alberto Villarreal, adelantó que el PAN no acompañará una reforma electoral que conserve al IFE y a los 32 institutos estatales en las condiciones actuales, ya que sería una “política de simulación”.

“O vamos a un Instituto Nacional de Elecciones (INE) que absorba las estructuras de los institutos locales y vamos a un Tribunal de Justicia Electoral para que regule, o mejor quedémonos como estamos y no engañemos a nadie, lo peor es generar una expectativa que mañana va a crear una decepción”, advirtió.

¿Y va la reforma político-electoral? El PRD, a través de su coordinador en el Senado, Luis Miguel Barbosa Huerta, anunció que se retira de la mesa de negociaciones, ante el acuerdo suscrito entre priistas y panistas para aprobar una reforma energética que además de los contratos de “utilidad pública”, permita el otorgamiento de licencias y el pago de servicios con hidrocarburos.

Indefinido el futuro del IFE, en el mediano plazo, y sin condiciones para una reforma electoral “de gran calado”, ¿podrán los diputados federales completar el proceso de selección de los cinco consejeros electorales que está en curso?

“Estamos buscando perfiles, no cuotas”, atajó ayer el perredista Aureoles Conejo, quien en su calidad de presidente de la Junta de Coordinación  Política deberá conducir el proceso, “el consejo general del IFE requiere elevar su prestigio y su confianza (sic) y eso solo lo vamos a lograr, si el proceso es limpio, pulcro, sin sesgos partidistas”.

Justo en el seno de la Junta de Coordinación Política de San Lázaro, mañana ocurrirá el primer desenlace del proceso de selección de los nuevos consejeros electorales. Y es que este viernes concluye el plazo para que los siete grupos parlamentarios representados en la Cámara de Diputados envíen sus listados –de hasta 10 aspirantes– al organismo que actualmente preside el perredista Silvano Aureoles Conejo, que inmediatamente después de recibir los expedientes validados por la secretaría general, a cargo de Mauricio Farah Gebara, deberá instalarse “en sesión permanente” y deliberar hasta “alcanzar el máximo consenso posible” para definir a los 28 finalistas.

Y acto seguido –siempre de acuerdo a la convocatoria– “procederán al análisis de los perfiles idóneos” y determinarán a un candidato para cada uno de las cinco vacantes. Para el caso del suplente del ex consejero Sergio García Ramírez, se recomienda considerar a los cinco finalistas del proceso que se interrumpió durante ocho meses.

Si las negociaciones de los coordinadores parlamentarios fracasaran, la Junta integraría cuatro listas, con seis aspirantes cada una, e insacularía a cuatro candidatos, que serían propuestos al Pleno.

“Tratándose de la candidatura a consejero presidente, la Junta deberá realizar todo lo pertinente para alcanzar el acuerdo. En su caso, podrá presentar las candidaturas para consejeros electorales, difiriendo la del consejero presidente para una sesión posterior”, subraya el último inciso del séptimo considerando de la sui géneris convocatoria que omitieron firmar Alberto Anaya y Ricardo Monreal, coordinadores de las bancadas del PT y Movimiento Ciudadano, respectivamente.

Para encabezar al próximo consejo general del IFE –revelan representantes partidistas de las negociaciones– en San Lázaro deberán optar entre un “santón” –alguien de reconocida trayectoria en la academia y el servicio público– o un experimentado ex funcionario formado en el servicio profesional electoral.

Entre los primeros se cuentan el director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Diego Valadés –quien en 2004 y en 2008 figuró entre los aspirantes más consolidados a la presidencia del IFE– y los comentócratas Jorge Alcocer y María Amparo Casar. En el segundo grupo destaca Néstor Vargas Solano, ex consejero  presidente  del Instituto Electoral del Distrito Federal, y las ex magistradas Claudia Pastor y Adriana Favela, quien contaría con el aval del gobernador mexiquense, Eruviel Ávila.

Ellas, junto con la actual presidenta del Instituto Electoral de Zacatecas, Catalina Soto, estarían en la lista del PRI.

Vargas Solano y su antecesor en el IEDF, Javier Santiago, acudieron el pasado martes 5 al recinto legislativo de San Lázaro para entregar los documentos que avalan su nominación. Ellos, junto con el ex presidente del Tribunal Electoral del DF, Adolfo Riva Palacio Neri, estarían en el listado perredista.

Habría un tercer grupo de aspirantes al IFE, cuyo perfil apartidista los convertiría en representantes genuinos de la sociedad civil. Entre ellos destacan el economista Ciro Murayama –con cercanía y ascendencia con José Woldenberg– y los consultores Rolando De Lasse, Patricio Ballados, Gerardo de Ícaza y Roberto Duque Roquero, quienes además de su paso por el IFE y coinciden en ser especialistas en una materia que alcanzado una enorme complejidad técnica.

El cuotismo –el defecto que ha marcado la elección de los consejeros electorales– volvió a imponerse e institucionalizarse. Falta ver si el PAN y el PRD logran colocar a dos consejeros electorales cada uno (el PRI quedaría en posibilidades de nombrar al sustituto de García Ramírez, quien deberá entregar la posición en octubre del 2019) y si los tres grandes partidos alcanzan el consenso –ya sea por un “santón” o por un ex funcionario electoral– que permita al IFE terminar con sus incertidumbres.

Por mandato constitucional, en la Cámara de Diputados recae la responsabilidad de garantizar la estabilidad del IFE. Pero esta convocatoria para nombrar a los nuevos consejeros acentúa la partidocracia.

por  / Correo electrónico: aam@mexico.com / elarsenal.net

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