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Opinión

“Ética de expertos en caso Iguala está en vilo”

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Otra denuncia contra una integrante (ahora por denegación de justicia y desvío de investigación en Guatemala) abre una nueva grieta en la credibilidad de los expertos de la CIDH para investigar el caso Iguala, desde hace más de un año sin resultados.

Claudia Paz y Paz, exfiscal general de Guatemala, es señalada por otra exfiscal de ese país, Gilda Aguilar Rodríguez, por “hacer que las indagaciones” sobre un atentado en su contra “fueran por otro camino” y “negarse a profundizar la investigación para dar con los responsables”.

El atentado ocurrió el 22 de agosto de 2012, días después de que Aguilar Rodríguez se negó a revocar órdenes de aprehensión contra 10 integrantes del Comité de Unidad Campesina (por terrorismo, robo y secuestro), como le ordenó Paz y Paz.

Según Aguilar, “fui informada de que por instrucciones de la Fiscalía General no dijera nada para evitar que señalara a los presuntos responsables, quienes Paz y Paz protegía, al igual que a otros grupos guerrilleros disfrazados de activistas de derechos humanos”.

De manera parecida, en las pesquisas del caso Iguala los expertos de la CIDH (incluida Paz y Paz) desestiman las revelaciones de los 113 policías municipales, sicarios y jefes de cárteles detenidos, acerca del móvil de matar y quemar a los normalistas.

Paz y Paz y los otros desestiman también los resultados del mejor laboratorio del mundo en pruebas de ADN (Universidad de Innsbruck) que ha identificado, como correspondientes a normalistas, dos restos calcinados encontrados en el basurero de Cocula.

Las identificaciones de Innsbruck, así como más de 100 peritos, el Instituto de Biología de la UNAM, el Imperial College de Londres y la Oficina Forense de Norfolk dan certeza a las investigaciones de la PGR acerca de que la mayoría de los cuerpos fueron quemados en el citado  basurero.

En contra de tantos argumentos científicos (incluido el método de extracción de ADN mitocondrial), los expertos sólo han interpuesto en más de un año las suposiciones del profesor José Torero, quien aseguró que “no hay ninguna evidencia de que allí se pudiera incinerar inclusive un solo cuerpo”.

Torero basó sus conclusiones a partir de “alguna variabilidad en la literatura, por la variabilidad de los cuerpos” y en dibujitos de hornos de leña y estimaciones matemáticas, admitiendo que “mi visita al basurero realmente se reproduce en un par de fotos”.

Teoría, la de Torero, no sólo pedestre, sino avalada por expertos cuya ética está en tela de juicio, como Paz y Paz, acusada en su propio país de usar su cargo como fiscal general para encubrir la red de corrupción del expresidente Otto Pérez Molina, actualmente preso.

¿Con qué ética viene entonces a investigar aquí?

Con muy poca.

POR   /  MESA REVUELTA / elarsenal.net

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