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Opinión

#Falsota

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Más en serio que en broma, entre algunos mexicanos egresados de la Escuela Kenedy de la Universidad de Harvard cabildeaban ayer enviar una carta de protesta, dirigida a Amy Davies y Frank Hartmann, directores de Mason Program y del curso de verano, respectivamente, por degradar las maestrías que allí se imparten. Todo, por haber aceptado a Alejandra Sota Mirafuentes como alumna en la maestría de administración pública sin haber concluido sus estudios universitarios.

El escándalo detonado por las revelaciones hechas por el diario El Economista (“Alejandra Sota, a Harvard y sin título”, martes 22 de julio del 2013) daña la reputación de esa institución, sin duda, y abre una serie de interrogantes sobre los trámites realizados por la ex coordinadora de comunicación social del presidente Felipe Calderón para ser admitida en Harvard.

Si bien es cierto que su paso por Los Pinos le otorga un componente de experiencia muy importante, deber una decena de materias en el Departamento de Ciencia Política en el ITAM la desbalancea en su integridad profesional. “No dudo que Sota replique a Fausto Alzati, y por orgullo, pronto regrese a concluir la carrera”, confió un ex compañero suyo.

Pero eso no estaba entre sus planes, incluso al dejar el servicio público. Hace tres meses la ex vocera del gobierno calderonista decidió abrir las puertas de la consultoría en temas de comunicación a algunos de sus amigos de los medios informativos, que instaló en dos plantas de un edificio de la colonia Cuauhtémoc, en el primer cuadro de la Ciudad de México, construido por el arquitecto Mario Pani.

“Perdona que no te haya invitado a Santa Fe”, decía con evidente sorna, “no quise que dieras una vuelta en balde”. Y es que durante el primer trimestre del año, en algunas columnas de trascendidos, se había rumorado que Sota Mirafuentes –con un puñado de ex compañeros suyos del ITAM– había inaugurado un despacho en una de las torres del conjunto Arcos Bosques, el famoso “pantalón de Santa Fe”. Quien tiene oficinas allí es el ex secretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna.

Poco después trascendió que la joven itamita había comenzado a dejarse ver en reuniones del gabinete de Eruviel Ávila, donde –según el testimonio de algunos funcionarios de primer nivel del Estado de México– había exhibido su carácter mercurial y su influencia sobre el gobernador.

Sota Mirafuentes aparecía con frecuencia en los comederos preferidos de la clase política. Llamaba la atención por la camioneta blindada en la que se transportaba y el discreto equipo de guardias presidenciales encargados de su seguridad. Todo indicaba que ella y su esposo, Benjamín Hill Mayoral harían carrera en México, pues el ex titular de la Unidad de Evaluación del Desempeño en la SHCP se incorporó como asociado a CIT, un think tank enfocado a temas de transparencia presupuestal y en ese carácter emprendió un incipiente trabajo de lobby para lograr el respaldo de las fuerzas políticas y colocarse entre los integrantes de la Comisión Nacional Anticorrupción, en ciernes. Su padrino en esta empresa es Juan Pablo Guerrero Amparán, secretario general del IFAI.

En todo caso –refieren amigos de ambos– sus planes en México son en el mediano plazo. Sota Mirafuentes había prometido a su esposo que se mudaría a Boston en caso de que lo admitieran en el Mason. La incorporación de ambos supera un récord que uno de sus antiguos compañeros del ITAM –Armando López Cárdenas, ex secretario de Finanzas del GDF y actual asesor del Jefe de Gobierno– habían establecido hace cinco años, al ser el primer alumno de la HKS en cursar el mismo programa que su padre.

El matrimonio Hill-Sota es el primero en la historia del Mason Program en ser admitido en la misma promoción. En Cambridge, ahora residen en un condominio en Kendall Square –la renta es de 4,500 dólares– y comparten un automóvil sedan semi usado, que les costó 6,000 dólares. Sus finanzas personales no están mermadas pues ambos tramitaron becas para ingresar a Harvard.

EFECTOS SECUNDARIOS

RELEVOS. Poco a poco, el coordinador general de Puertos y Marina Mercante, Guillermo Ruiz de Teresa, ha sustituido a los titulares de las Administraciones Portuarias Integrales. Acaba de hacerlo en la API de Tuxpan, Veracruz, a la que arribará Jorge Ruiz Ascencio en lugar de Lorenzo Sánchez Hevia, quien ocupó el cargo durante tres años.

APUNTALADOS. APP. PPS. de la Autopista Durango-Mazatlán, Grupo Hermes, de Carlos Hank González, es otra de las empresas que intervino en la construcción de la súper carretera Durango-Mazatlán. Tuvo a su cargo el tramo III que incluye a “El Sinaloense”, el túnel inteligente más complejo de México. asimismo, lidera la construcción de la Autopista Lerma-Tres Marías, que será considerada la primera autopista “verde” por su modelo de conservación integral del medio ambiente.


Por: Alberto Aguirre M. / Correo electrónico: aam@mexico.com

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