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Opinión

Hay presos por hambre y…secuestradores libres

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Pocos países como México a la hora de tener leyes: muchísimas y de vanguardia. Sólo en sus dos primeros años de gobierno el Presidente consiguió del Congreso 11 reformas y, antier, mandó iniciativas para legalizar en todo el país matrimonios gay.

En contraste, sólo en el DF hay 246 presos por hambre: robaron un bolillo, un gansito. Y este mes quedaron libres, por tecnicismos jurídicos al menos cuatro secuestradores, incluido uno de los asesinos de la hija de Nelson Vargas, el cual acecha a otra víctima, según denuncias.

De ahí la relevancia del gesto del Jefe de Gobierno, Miguel Mancera, quien anunció ayer una amnistía para los presos por hambre, y crear una ley que impida condenas carcelarias a quienes roben para comer, sin duda un delito menor que puede ser resuelto con otro tipo de medidas.

Porque estamos obligados, a la actual altura de nuestros avances democrático y socioeconómico, a ser, más que un país de leyes, un país que las aplique con criterio. Por ejemplo, 62 por ciento de los presos de México está por robos menores a dos mil pesos y sin procesos judiciales correctos.

Son casos como los de Jesús Andrade (condenado a ocho años por robar unos alambres para jaula de pericos), Alejandro Mejía (a tres años por robar una tanga usada y un cable para Ipod) o Marco Antonio Vargas (a seis años por robar condones).

En cambio, Isidro Solís Medina, El Chilo, está libre aunque fue señalado por el jefe de una banda de secuestradores como su cómplice (e identificado por cuatro de sus víctimas) como plagiario y asesino de la joven Silvia Vargas Escalera.

Un tribunal federal consideró que El Chilo no había tenido un abogado presente cuando lo reconocieron en la cámara de Gessel, por lo cual anuló todas las pruebas en su contra: 70 tomos de burocracia, 10 tomos de evidencias y videos, entre otras.

También libró la prisión el secuestrador Raúl Martínez Gutiérrez, sentenciado a 60 años, porque un magistrado del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México anuló la sentencia debido a que no fue detenido en flagrancia y entonces los señalamientos en su contra ya no valen.

Martínez Gutiérrez secuestró a tres hermanas durante 28 días y mutiló dos dedos a una y tres a otra. Fueron rescatadas por la policía e identificaron a Martínez Gutiérrez como su secuestrador y fue sentenciado a 60 años, condena que fue ratificada en dos ocasiones. Pero la libró en los juzgados.

Esta disparidad en la aplicación de la ley no es el mejor rostro de un México que busque de verdad ni la justicia social. ¿Presos por hambre y secuestradores libres?

No. No es nuestra mejor cara. Francamente.

POR  / COLUMNASMESA REVUELTA / elarsenal.net

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