Infraestructura VS Reforma

En México, sólo diez por ciento de las 152, 469 escuelas de educación básica cuentan con certificado de calidad de su infraestructura educativa. Y el 20 por ciento de planteles carecen de agua potable, cerca de cuatro mil no tienen energía eléctrica, y de los 40 mil bebederos programados como meta para este sexenio se han instalado menos de tres mil.

Estas cifras no son nuevas, se han venido arrastrando por décadas. Y sexenio tras sexenio, los titulares de la Secretaría de Educación Pública (SEP) se han sacado de la manga engendritos a los que llaman pomposamente reformas.

Sin ir muy lejos, en los últimos quince años han desfilado por la SEP, como secretarios del ramo, Reyes Tamez Guerra, Josefina Vázquez Mota, Alonso Lujambio Irazábal y Emilio Chuayffet Chemor. A los tres primeros les tocó bailar con la más fea, Elba Esther Gordillo Morales, a la sazón, lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). El último se deshizo de ella, apoyado por el ocupante de Los Pinos.

Tamez Guerra, oriundo de Monterrey, Nuevo León, secretario en el sexenio de Vicente Fox Quesada, anunció con fanfarrias el Programa 2001-2006, en el cual se planteaba la ampliación del sistema educativo privilegiando la equidad, la educación de calidad para atender a todos los mexicanos y el impulso del federalismo educativo. El secretario fungió como mayordomo de Elba Esther, quien firmaba acuerdos sin ningún pudor con la presidenta de la fundación Vamos México (sin coma en medio), Marta Sahagún de Fox. Ambas damitas dieron a luz la “Guía para Padres”, una especie de parodia del catecismo del padre Ripalda. El rotundo secretario compensaba tales desaires con sus viajes semanales a tierras regias, donde le entraba con gusto y fervor a la machaca con tortilla de harina.

Josefina Vázquez fue la única panista que enfrentó a Elba. A regañadientes y con el ceño fruncido firmó con la profesora la Alianza por la Calidad Educativa (ACE). Desde el inicio del sexenio de Felipe Calderón mantuvo una relación ríspida con la chiapaneca. Tuvo que ceder la principal subsecretaría de la SEP (Educación Básica) al yerno de Gordillo Morales, Fernando González Sánchez, esposo de Maricruz Montelongo Gordillo. El 3 de abril de 2009, las tensas relaciones entre las dos mujeres tuvieron un punto de quiebre. Calderón removió de su cargo a Vázquez Mota.

El 6 de abril del mismo año, el michoacano presidente nombró como titular de la SEP al maestro Alonso Lujambio Irazábal. Quince días después la lideresa del SNTE y el secretario de Educación se reunieron para acordar la permanencia de la ACE. Tras ocho meses de relaciones tirantes, en enero de 2010 se vislumbró tensión en esa ambivalencia de amor-odio, que desembocó en un primer encontronazo que trajo como resultado la destitución del primer yerno del país: Fernando González Sánchez había sido borrado de la nómina millonaria.

El abogado Emilio Chuayffet Chemor, ha ocupado el cargo como titular de la SEP desde el comienzo del actual sexenio. Su jefe y el entonces procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, le allanaron el camino. Éste último consignó a Gordillo por la comisión de delitos que ameritan pena corporal.

Chuayffet Chemor ha sido el más fiero defensor de la Reforma Educativa nacida en la actual administración federal. Si bien es cierto que no ha tenido que lidiar con el SNTE y su guerrera encarcelada, también los es que la Coordinadora Nacional de trabajadores de la Educación (CNTE) le impide cumplir a cabalidad el mandato de su jefe, de Mexicanos Primero y de la OCDE. A causa de su denodado esfuerzo, el secretario fue ingresado al Hospital Central Militar por padecer una deshidratación leve. Desde su lecho de enfermo, estuvo despachando asuntos de capital importancia relacionados con su quehacer institucional. Una vez egresado del nosocomio castrense, en su hogar ubicado en Metepec, estado de México, atiende la agenda educativa sin menoscabo de las tareas que su cargo le impone.

Los medios que cubren la fuente de la SEP anuncian con insistencia el relevo del abogado Chuayffet. Tal podría ocurrir tras el tercer informe presidencial. Si esto es así, cabe la posibilidad de plantearle al nuevo secretario que haga un alto en el camino para que pose su mirada con detenimiento sobre tantas escuelas destartaladas, ordene su transformación en planteles dignos y, en condiciones más favorables para alumnos y profesores, dé paso a una verdadera evaluación educativa.

POR JOSÉ C. SERRANO  / COLUMNAS, MISCELÁNEA /elarsenal.net