¿Intrigosos en MVS?

La reputación de la familia Vargas Guajardo es materia de procedimientos judiciales que actualmente ocurren en México y Estados Unidos. Aquí, la disputa por el uso de la marca y los contenidos editoriales de Noticias MVS los confrontan con Carmen Aristegui. Allá, tanto los empresarios como la periodista son señalados como autores intelectuales de una intriga que habría tenido el único propósito de acabar con la carrera profesional de la ex vocera presidencial, Alejandra Sota Mirafuentes.

Los detalles de esta maquinación son descritos próvidamente en la demanda que hace 10 días tramitaron los abogados de la ex funcionaria calderonista ante una corte del distrito este de Virginia, contra Dolia Estevez, corresponsal de Noticias MVS en Washington D.C.

“La disputa de MVS con Sota” se denomina el apartado del documento en el que se expone que MVS habrían orquestado una campaña difamatoria contra Sota Mirafuentes en represalia a la negativa gubernamental de refrendar la concesión de la banda 2.5 GigaHertz del espectro radioeléctrico.

“Frustrado porque Sota y el gobierno de Calderón se negaran a convalidar el tipo de capitalismo de amigos que habían detentado durante tantos años, enriqueciendo a su familia y sus aliados”, sintetiza el indictment, “) Joaquín Vargas buscó atacar y desacreditar a Sota”. En la ejecución de esa revancha habrían intervenido directamente Aristegui y Estévez.

El primer capítulo de esta historia habría ocurrido en la primavera del 2012, tras de una reunión de la entonces vocera presidencial con el presidente de MVS Comunicaciones, en la que el empresario fue informado sobre la decisión de la administración calderonista de no renovar la concesión sobre la banda 2.5.

A partir de entonces, MVS habría activado la campaña contra Sota Mirafuentes y en la que Dolia Estévez habría jugado “un papel fundamental” pues a diferencia de otros empleados de Vargas Guajardo, podía colocar sus materiales en Forbes.com, en inglés. Y no es que Aristegui o sus patrones la hubieran manipulado, sino que la periodista “estuvo consciente en todo momento de la finalidad de la intriga y su papel en la misma. En su ejecución, usó y abusó del nombre de la marca de Forbes para frenar las reformas en México; aprovechó esa plataforma para hablar en contra de aquellos que –como Sota– reformarían el país. No hay otra razón para que Estévez o MVS y los agentes que han participado en la conspiración dañaran y humillaran Sota y evitara que se ganara la vida en base a su reputación después de salir del gobierno.

El documento presentado por los abogados de la ex vocera presidencia refiere que en abril de 2013, Sota Mirafuentes invirtió el dinero que había ahorrado a lo largo de sus 12 años en el servicio público para abrir una consultoría especializada en comunicación –de la que tendría el 70% de las acciones– y mientras un equipo de trabajo ejecutaba el plan de negocios “cuidadamente preparado”, ella se mudaría a Cambridge para enrolarse en la Universidad de Harvard, “para conocer a potenciales clientes y acrecentar su reputación”.

La intriga de MVS entró en una segunda fase y alteró la vida de Sota en Harvard. “Mientras estaba estudiando, Estévez y otros (no se precisa quiénes ni qué intereses representaban) comenzaron a hostigarla”, buscándola en los salones de clase de la Escuela de Gobierno. El acto más grave de esa campaña, de acuerdo a la demanda, es un mensaje de correo electrónico que la periodista habría enviado al ex presidente Felipe Calderón, entonces fellow de la John F. Kennedy.

El ranking elaborado por Estévez con los 10 personajes más corruptos en México del 2013, en el que incluyó a la ex vocera calderonista, “fue la culminación de muchos meses de intimidación”. El daño a Sota –dice la demanda– fue particularmente agudo, porque Sota sufrió desprecio, vergüenza y burlas entre sus compañeros del programa Mason y algunos de sus clientes la abandonaron, entre ellos el entonces presidente del Senado, Ernesto Cordero. “El artículo destruyó la reputación de Sota en México, Estados Unidos y otros lugares”.

“Estévez simboliza la antítesis del periodismo en México y el resto del mundo. A través de esa intriga, MVS, Estévez y otros trataron de dar un castigo ejemplar a Sota, por dañado los intereses económicos de esa empresa”, acusan, “en otras palabras, la intriga buscaba que los aliados del presidente Calderón pagaran y su intención era intimidar a los idealistas y reformadores en México, a fin de que ya no desafiaran al status quo”.

A finales del año pasado, Sota había demandado a Estévez y a los editores de Forbes ante una corte de Nueva York. Y mientras ocurrían las diligencias, sus abogados buscaron una conciliación, pero la corresponsal de Noticias MVS en Washigton D.C. reservó su derecho de hacer valer la falta de jurisdicción, que el juez finalmente decretó el 12 de mayo, aunque preservó el derecho de Sota Mirafuentes de volver a tramitarla.

Ese mismo día, el abogado Richard Meyer acudió a la corte del distrito este del estado de Virginia. En esta reposición del procedimiento, la defensa de la ex vocera presidencial elabora la cronología de la intriga, que habría sido fraguada antes de que terminara el sexenio calderonista y que se extendió durante 2013 y 2014.

Dolia Estevez –a veces sola, otras actuando de manera concertada con terceros– habría obedecido instrucciones de MVS para “hostigar e intimidar, intencional y continuamente” a la entonces estudiante de Harvard, “con el único propósito de herirla personalmente, dañar su reputación y poniéndola como ejemplo de lo que le pasa a los jóvenes idealistas que desafían al status quo”.

Alberto Aguirre M. / Correo electrónico: alberto.aguirre@outlook.com / elarsenal.net