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Opinión

Izquierda barata

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Nuestra izquierda sólo sirve para el alboroto público, la violencia personal y la estridencia legislativa, que desaprovecha la Cámara de Diputados en sermonear consignas de primaria (La patria se defiende, la patria no se vende, lara lalara rara) en lugar de exponer ideas.

La última semana, su orfandad fue estremecedora:

–Con su líder máximo convaleciente, quedo disminuida a una corriente política que depende exclusivamente del mando concentrado en un solo hombre. Sin las fanfarrias de AMLO, la izquierda mexicana es más pedestre todavía, más rudimentaria aún.

–Sabiendo que no tenían votos para tumbar la Reforma Energética del Presidente y el PAN, sus legisladores fueron incapaces de convertir el revés en victoria: perder en votos, pero ganar en argumentos, conceptos, nivel de instrucción, conocimientos, juicio.

Ayer, en la sede alterna de la Cámara, uno de los mejorcitos, Ricardo Monreal, sólo vomitó improperios:

“Nada más están jode y jode”, “rufianes”, “pandilla”, “cobardes”, “tontos”, “súbditos de Enrique Primero de Atlacomulco”…

Ni una reflexión, por ejemplo, acerca de la ronda cero para Pemex para ratificarle las concesiones que tenga, pero que las siguientes se entreguen vía licitación a empresas privadas, público-privadas o a la propia Pemex.

Y eso que en casa de ciegos, el tuerto es Rey: ahora es porro legislativo y bravucón de esquina, pero hace 10 años Time y CNN lo eligieron “Líder del Tercer Milenio” y el Foro Económico Mundial de Davos lo ubicó entre los “Líderes Globales del Mañana”.

Davos lo consideró “alguien menor a 45 años, con posibilidades de hacer la diferencia gracias a su capacidad de influir en la gente, hacer redes sociales y lograr que sea la sociedad la que promueva el cambio ante sus autoridades”.

Pero Monreal dio la cara: unos 30 diputados obradoristas cerraron por dentro los accesos al salón de plenos con cadenas para impedir se discutiera la minuta de reforma.

Los “cobardes” a quienes se refirió Monreal serían ellos, pues se negaron a cumplir la función por la que

cobran 196 mil 15 pesos mensuales que salen del erario. También los “rufianes”, pues representan a uno de los tres poderes de la democracia y ayer se rehusaron a ejercerlo.

Dijeron que estarían escondidos hasta que proceda la consulta popular sobre la Reforma Energética. Sin embargo, debieron hacer el reclamo en la sesión, como Fernando Belauzarán, quien por lo menos se refirió de memoria y, con talento, a los artículos 35 y 40 de la Constitución.

Octavio Paz caracterizó a nuestra izquierda en una polémica con Carlos Monsivais cuando le dijo que era “un hombre de ocurrencias, no de ideas”. Pero Monsivais era un ironista y tenía buenas ocurrencias.

Estos izquierdistas de hoy creen que las ocurrencias son sinónimo emociones baratas.

Y terminan siendo baratos.

Por: Rubén Cortés / elarsenal.net

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