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Opinión

La derrota de Pemex

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Malas noticias para Petróleos Mexicanos llegaron ayer, de la Corte de Apelaciones de Nueva York. La falsificación de facturas y los sobornos que habrían pagado directivos de Siemens a funcionarios de la paraestatal, antes y después de la asignación del contrato para la reconversión de una refinería resultaron  “simplemente insuficientes” para soportar la demanda en las cortes estadounidenses.

Después de dos años en los tribunales de Manhattan, los magistrados Peter Hall, Rosemary Pooler y Susan Carney, del Segundo Circuito, resolvieron que los hechos ocurrieron fuera de los Estados Unidos y, por ende, quedaban fuera de su jurisdicción.

Pemex presentó su demanda el 12 de diciembre del 2012 y fue ampliada, seis meses después, ante una corte de Nueva York, con la intención de castigar a aquellos que en representación de  Conproca, Grupo Tribasa y/o de Siemens entregaron sobornos a funcionarios de la paraestatal para obtener el contrato de reconversión de la refinería de Cadereyta, Nuevo León, en un primer momento, y después para evitar que fueran aplicadas las multas que aplicaban –según lo estipulado en el contrato– por el retraso de las obras.

Siemens y la firma coreana SK Engineering crearon Conproca en 1997 con el único propósito de financiar, modernizar y expandir la refinería “Héctor R. Lara Sosa” en Cadereyta, Nuevo León. Para financiar la ingeniería y la construcción del proyecto, esa join venture emitió bonos por 4,374 millones de dólares con vencimiento en 2010.

El proyecto contemplaba la extensión de un gasoducto que conectaría la refinería con Estados Unidos y debía estar en servicio para julio del año 2000. Nunca se terminó a tiempo. El 10 de noviembre de 2000, Pemex otorgó una extensión de contrato a Conproca que amplió el plazo de entrega al 21 de abril de 2001. Ante las fallas, procedía la cancelación anticipada del contrato. Los retrasos, en su mayoría, obedecían a dificultades para obtener derechos de paso y permisos, así como a inundaciones.

Pemex identificó Jaime Camil como el consultor de Siemens al que habría pagado 2.6 millones de dólares, entre en octubre y diciembre de 2004, por sus servicios. Ese dinero presuntamente habría sido usado para sobornar a funcionarios de la paraestatal, aunque los sobornos habrían comenzado a pagarse en 1996 y se extendieron al menos durante una década.

Pemex realizó una investigación para establecer si funcionarios de la paraestatal habían recibido sobornos de representantes de Siemens que determinó que los pagos alcanzaron “altos niveles” dentro de la estructura de la paraestatal y adicionalmente, que Grupo Tribasa fue responsable de pagar los sobornos iniciales (antes de la adjudicación del contrato en 1997) y que personas que actuaron en nombre de SK pagaron sobornos durante el curso de su desempeño en un esfuerzo por resolver disputas relacionadas con los sobreprecios.

En el 2008, Pemex y Conproca buscaron el arbitraje de la Corte Internacional de Comercio. El 11 de enero de 2012 esa instancia falló contra la paraestatal, pero sus abogados alegaron que ese veredicto estuvo basado, en buena medida, en documentos expedidos por los funcionarios de Pemex que recibieron los sobornos y que indican que los sobreprecios fueron aprobados. Entonces, Conproca acudió a la Corte de Nueva York para demandar a Pemex el pago de 530 millones de dólares en capital, intereses e impuestos.

Petróleos Mexicanos demandó y también acudió a las cortes estadounidenses, tratando de revivir la acusación que formuló la SEC en 2008 contra Siemens por prácticas de corrupción. Entre los casos detectados en la investigación están los sobornos pagados a los funcionarios de Pemex.  Siemens acordó con la SEC pagar 1,600 millones de dólares de multas para frenar la demanda en la Corte. En julio del año pasado, el juez de distrito Louis Stanton ya había fallado por la extraterritorialidad del asunto, pero los abogados de la paraestatal mexicana tramitaron la apelación y acreditaron que por lo menos 160 millones de dólares habían sido transferidos desde una de sus cuentas bancarias radicadas en Nueva York, a las arcas de Conproca.

Conproca y la firma coreana fueron representados por los abogados de White & Case, mientras que Siemens contrató a Kirkland & Ellis. Pemex recurrió al despacho Diaz, Reus y Targ que en la última audiencia argumentó que el caso debe seguir adelante porque la cuenta bancaria de Nueva York de Pemex fue una “víctima” de la trama fraudulenta.

Esa audiencia tuvo lugar el pasado 5 de junio. La magistrada Carney invocó una decisión de la Suprema Corte de Estados Unidos en el litigio Morrison versus National Australia Bank, del 2010, que limita el alcance global de las leyes de valores estadounidenses.

EFECTOS SECUNDARIOS

ATORADOS. Ya no son pocas voces al interior del Servicio de Administración Tributaria, que dirige Aristóteles Núñez, que señalan a sus compañeros y altos funcionarios como los responsables de otorgar “facilidades” al agente aduanal Roberto Ruiz Armas para la importación de vehículos y demás mercancías.

Los funcionarios Armando Sandoval, Alberto Machuca, Marco Flavio Rigada y Yolanda Aguirre, se dice, traen compromisos con el citado agente aduanal, y quienes contrariamente al espíritu y directriz de Aristóteles Núñez, se empeñan por dejar mal parada a esa institución y a la propia Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Por  /  Signos Vitales / elarsenal.net

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