Ley Imperfecta

Juristas inmunes a cualquier modalidad de cooptación sostienen que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es una ley imperfecta. Blasfemia, herejía dirán los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Esos que se padrotean a la Justicia, los que han aprendido el arte del buen vivir a las costillas de la dama con un seno al aire, que empuña una espada mellada y una balanza desvencijada y que lleva una venda en los ojos.

Los entuertos que dan sustento a sus convicciones saltan a la vista en los artículos 108 y 110 de la llamada la Carta Magna, documento fundacional que ha sufrido más de 550 reformas. Está más parchada que un pantalón de tallador de lechuguilla del semidesierto coahuilense, pobre extremo jamás redimido por los programas milagro de la señora Robles Berlanga.

El párrafo segundo del artículo 108 establece: “El Presidente de la República, durante el tiempo de su encargo, sólo podrá ser acusado por traición a la patria y delitos graves del orden común”. El párrafo primero de artículo 110 dice: “Podrán ser sujetos de juicio político los senadores y diputados al Congreso de la Unión, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los consejeros de la Judicatura Federal, los Secretarios de Despacho…” Pero el Jefe del Ejecutivo Federal no es destinatario de esta sanción.

En los ambientes cortesanos de la esfera gubernamental, aún existe y se alimenta la peregrina idea de que el poder presidencial tiene un origen cuasi divino. Prevalece una serie de rituales que no nos aparta mucho de las rancias prácticas monárquicas. Los protagonistas se sienten cómodos con esa farsa, pero ahuyentan los señalamientos que los medios críticos orean en la palestra pública. Ordenan desaparecer toda referencia a sus ridículas desmesuras.

El actual jefe del Poder Ejecutivo mexicano celebró sin cortapisas que el Senado de la República aprobó con 97 votos a favor, ocho en contra y dos abstenciones la reforma constitucional que crea el Sistema Nacional Anticorrupción, el cual servirá para prevenir, investigar y sancionar la corrupción en toda la administración pública, los tres órdenes de gobierno y castigar las conductas ilegales de particulares.

Estudiosos de estos temas tan complicados afirman que la reforma presenta deficiencias:

1. No termina con el régimen de excepción del fuero para los servidores públicos, incluido el presidente de la República.

2. Los legisladores votaron la ley sin haber nombrado al fiscal anticorrupción.

El titular de la Auditoría Superior de la Federación, Juan Manuel Portal Martínez, declaró ante los medios de difusión masiva que el Sistema Nacional Anticorrupción entrará en vigor, según cálculos conservadores, en tres años más a partir de la aprobación de la reforma. Esto explica, en parte, el júbilo del presidente Peña Nieto y sus allegados, de lo anunciado en el Congreso, porque para finales de 2018, quizá él y los que lo acompañan en esta aventura de desmantelar el país, se vayan a radicar al extranjero.

Él no pasará penurias: Su esposa, dueña de la famosa Casa Blanca, también es propietaria de un condominio de lujo ubicado frente al mar de Key Biscayne, Florida en los Estados Unidos. ¡Bienvenido el Sistema Nacional ANticcorupción!

POR JOSÉ C. SERRANO  /  elarsenal.net