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Opinión

Los más pobres y el Acuerdo Transpacífico

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La tercera parte de las personas que viven en pobreza alimentaria de América Latina son mexicanas. Destinan todo su ingreso para comprar comida (33 pesos o menos al día), cantidad insuficiente para tener los nutrientes necesarios y estar sanos.

El Coneval establece que la manera de reducir los índices de pobreza es mejorar el ingreso de las familias, receta que topa con la estimación que manifestara el miércoles pasado Christine Lagarde, directora gerente del FMI: América Latina entrará en recesión económica en 2016.

Junto a estas noticias, la semana pasada se dieron a conocer datos importantes sobre el Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica (ATP). El Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villareal, afirmó que el documento será un “gran modelo” para los futuros tratados que se firmen en el contexto internacional. Elogió el TLC, firmado el siglo pasado, y agregó que “hoy con el ATP, México se vuelve a poner a la vanguardia a nivel global en las plataformas de integración del mundo”.

No todos están de acuerdo con el optimista discurso oficial en relación al mayor acuerdo económico jamás concebido… y el más cuestionado. Para empezar, porque se gestó y acordó bajo estricta reserva. Esto ya hizo dudar a muchos, porque… “Si te tienes que esconder para hacer algo, no lo hagas.” No tardó mucho Wikileaks en filtrar una serie de documentos sobre el acuerdo, y se abrió el debate.

Al Dr. José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, A. C., le parece en principio cuestionable que el proceso de negociación haya tenido lugar a puerta cerrada. Fuera del ATP “no se conoce el contenido, no hay información puntual” sobre lo negociado, a pesar de que atañe a 12 países que representan un 40% del PIB mundial.

El Secretario Guajardo, negó que haya secrecía en los acuerdos que terminarán en la firma del Tratado –aunque nadie sabía de ellos antes de que Wikileaks los revelara–, y el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray aseguró ante los Senadores que el gobierno impulsa la coordinación cambiaria para evitar que se den manipulaciones que generen una competencia desleal una vez que entre en vigor. Agregó que el entorno externo se ve complejo, pero con oportunidades sobre todo para el comercio.

El Acuerdo Transpacífico nació a principios de 2006. Estados Unidos entró en 2008 y México en junio de 2012, durante la gestión de Felipe Calderón. Los otros 10 países integrantes son Austria, Burnéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Al divulgarse las negociaciones, el ATP ha recibido firmes críticas y la reprobación generalizada de organismos civiles. Se asegura que este tratado propiciará un comercio inequitativo y que busca la consolidación del poder corporativo mundial por encima de la soberanía de las naciones.

Los documentos filtrados por Wikileaks dejan claro que el ATP atenta contra los derechos humanos en internet, la educación y la cultura, limitará los medicamentos genéricos y violentará la soberanía alimentaria de los Estados. Muchos aseguran que, en el fondo, lo que se está gestando es una guerra económica mundial con la que Estados Unidos busca detener el avance económico de China, país impulsor del tratado BRIC (Brasil, Rusia, India y China).

Para los mexicanos la duda más importante es si el Acuerdo Transpacífico logrará que nuestra economía crezca tanto como la de los países asociados más poderosos y que se cumpla la optimista promesa de que habrá más empleos, o será un remedio que nos enferme más (como sucedió con el TLC). Sólo así podrían salir de la miseria los más pobres de México, un objetivo que con el ATP parece inalcanzable.

POR   / COLUMNASEN NIVEL BANQUETA / elarsenal.net

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