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Opinión

Los pitbulls del DF: las redes y los ciudadanos

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El retiro de la estatua del dictador azerbaiyano de Chapultepec y el freno a la demolición del Polyforum Siqueiros son ejemplos de la fuerza alcanzada en el DF por la ciudadanía activa y el sector constructivo de las redes sociales.

Ayer, la Cámara de Diputados respaldó la decisión del Jefe de Gobierno, Miguel Mancera, de no permitir la demolición del Polyforum, donde un empresario pretendía edificar una torre de 48 pisos, un hotel de 75 habitaciones, 136 departamentos, 38 oficinas y tiendas.

Y el delegado panista en Benito Juárez, Jorge Romero, se comprometió a que el recinto “no sea tocado ni con el pétalo de una rosa” y pidió a la ciudadanía y la comunidad artística no preocuparse por el futuro del Polyforum, que “estén tranquilos”.

Sin embargo, tanto la decisión de Mancera, de la Cámara y del delegado no habrían existido si los vecinos del recinto que guarda a La Marcha de la Humanidad (el mural más grande del mundo), tuiteros y feisbuqueros no hubiesen difundido el caso y defendido al centro cultural.

El sábado, vecinos de la colonia Nápoles (llamados por la organización Vive BJ) hicieron una cadena humana alrededor del Polyforum para protestar por la demolición autorizada en 2010, durante el mandato de Ebrard en el GDF, y del INBA de Consuelo Sáizar,  en el sexenio de Felipe Calderón.

En las redes sociales el movimiento a favor fue incesante y serio, con los hashtag “polyforumsiqueiros”, “polyforum”, “elpolyforumnosemueve” y “hagamoscomunidad”: ejemplo fehaciente de las redes sociales como el derecho ciudadano de poder publicar, leer y opinar.

El retiro de la estatua del dictador Heydar Aliyev de avenida Reforma (hacia el patio de una casa de la colonia Polanco resguardada por la embajada de Azrebaiyán aquí) también fue una victoria de la ciudadanía, traducida en una decisión de Mancera.

El GDF integró, para tratar el tema del odiado pedestal, una Comisión de Análisis compuesta por los ciudadanos Gerardo Estrada, Gabriel Guerra y Guillermo Osorno y mantuvo contacto constante con el Consejo Rector Ciudadano del Bosque de Chapultepec.

La estatua había sido financiada por Azerbaiyán (gracias a un convenio firmado en julio de 2011 entre el GDF y la embajada de Azerbaiyán) a un precio inicial de 65 millones de pesos que, al pasar de los meses, aumentó a 130 millones.

Al final, Mancera retiró la efigie, con todo y sus componentes ostentosos de 10 millones de dólares, pues está hecha de finísimo mármol extraído de los Alpes Apuanos (tonalidades azuladas grisáceas, casi sin vetas) y fue tallada en Florencia, cuna mundial del arte y la arquitectura.

Pero los héroes del Polyforum y de Chapultepec fueron los ciudadanos y las redes.

Son los pitbulls del DF.

Por  / elarsenal.net

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