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Opinión

Madero, implacable contra Cordero

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Era de pensar que, ante la fractura en el PAN, Gustavo Madero sería magnánimo en la victoria con Ernesto Cordero y le cedería espacios para recomponer la unidad. Pero no: lo primero que hizo fue cerrar la puerta en las narices al principal delfín corderista, Roberto Gil.

Cordero, a través del diputado Max Cortázar y de Gil, pretendía imponer a Madero que cambiara las coordinaciones en Cámara de Diputados y el Senado, sustituyendo a José Luis Villarreal y Jorge Luis Preciado por… Gil y Cortázar.

¿Por qué? Porque pensó que Madero le debía agradecer que aceptara sin chistar la derrota en las elecciones del domingo pasado para renovar la dirigencia nacional. Por cierto, una derrota aplastante: 56.76 por ciento contra 43.24.

Pero 15 puntos de ventaja son demasiados puntos, como para que Madero le agradeciese que no impugnara su triunfo. Tampoco para que le regalase posiciones serias, después de que lo menos que le dijo en la campaña fue “corrupto” y “vendido”.

Pero aun así, Cordero, Gil y Cortázar hicieron cuentas alegres: Gil se veía como coordinador de los senadores y Cortázar de los diputados. Sobre todo Gil, quien desde las negociaciones de la reforma político-electoral, asumió una postura muy mediática al frente de su grupo parlamentario.

En especial cuando maniobró con su grupo para desconocer al senador Héctor Larios y se puso al frente de las negociaciones, con lo que quedó manifiesto su proyecto de ser el coordinador, lo cual parecía creíble si ganaba Cordero.

Sin embargo, Madero anunció ayer que ratificará a Jorge Luis Preciado y a Alberto Villarreal como coordinadores de bancada en el Senado y Cámara de Diputados, al recibir la constancia de mayoría que lo acredita como ganador en la contienda interna.

Fue su respuesta a Cordero, quien a pesar de haber perdido por paliza, todavía el martes anunció su regreso a su escaño en el Senado y pidió que cambiara la coordinación de la bancada, porque los dirigentes de los grupos parlamentarios “deben reflejar un liderazgo real”.

Para empezar ¿cuál liderazgo real tiene, por ejemplo, Gil? Si llegó a senador sin tener que hacer campaña, pues el Comité Ejecutivo Nacional le dio la tercera posición de sus senadores plurinominales, que son esos que los partidos imponen porque saben que nadie les daría su voto.

Además, es pésimo negociador como para encabezar una bancada: como senador se ha opuesto a todo, emane del PRI o… del mismo PAN. Es el senador del NO, a quien poco interesan las leyes secundarias, que son los temas que importan a Madero.

Así que la operación cicatriz en el PAN no empezó con cesiones de Madero de posiciones clave en el Congreso.

 Por  /elarsenal.net

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