¡Misión cumplida!

Este par de vocablos ha colmado de tinta las rotativas de los medios de comunicación impresa nacionales e internacionales; asimismo, satura el espectro radioeléctrico en buena parte de la geografía mundial. Ambas palabras fueron la médula del discurso que el presidente Peña Nieto pronunció ante los reperentantes de la prensa el viernes 8 de enero en el Palacio Nacional.

La rueda de medios dio inicio cerca de las 16:00 horas. Reporteros, fotorreporteros, camarógrafos tuvieron que esperar varias horas antes de que el acto diera comienzo. En grabadoras y libretas quedaron registradas algunas cifras que tienen relevancia para quienes hacen seguimiento puntual de las acciones emprendidas por las instituciones de Seguridad Pública de México; también son importantes para agencias de los Estados Unidos como la DEA y la FBI. Dijo el primer mandatario que de 122 objetivos prioritarios han sido capturados 98 criminales de alta peligrosidad. Si Pitágoras no miente, aún faltan 24 gorrioncillos debidamente instalados en sus jaulas.

Al final de la pieza oratoria, los acompañantes del jefe del Ejecutivo, destinatarios de un efusivo reconocimiento por la hazaña lograda, festejaron el hecho con fuertes abrazos entre sí y con el hombre de Atlacomulco. El metafórico banquete tuvo su recalentado por la noche entre las 21:00 y las 22:00 horas. Hubo cambio de escenarios: primero en el hangar de la Secretaría Marina (Semar) y después en el hangar de la Procuraduría General de la República (PGR).

En la réplica nocturna los oradores fueron el secretario de Gobernación (Segob), Miguel Ángel Osorio Chong y la tituar de la PGR, Arely Gómez González. El funcionario de Bucareli reiteró el reconocimiento oficial a las instituciones que trabajaron coordinadamente en la recaptura de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, El Chapo y Jorge Iván El Cholo Gastelum el viernes por la mañana en los Mochis, Sinaloa. Al concluir su mensaje, el hidalguense le cedió los micrófonos a la ocupante del edificio de avenida Paseo de la Reforma número 211.

Doña Arely Gómez González, entre yerros prosódicos reiterados, fue la encargada de dar los pormenores de las acciones coordinadas por ella a lo largo de casi seis meses. Sintetizó los sucesos ya conocidos, porque los medios  y las redes sociales los dinfundieron ampliamente en el día a día. Con enjundia de la buena narró, como si hubiera estado presente en el sitio de la escena, el episodio del escape de El Chapode un campamento ubicado en el Triángulo Dorado, región que abarca territorios de Chihuahua, Sinaloa y Durango. Con emoción desbordada mencionó que elementos de la Marina le perdonaron la vida al nativo de Badiraguato, porque éste iba acompañado de una mujer adulta y dos niñas. El capo huyó con una pierna herida; rodó por una barranca y, ni en esas condiciones lo pudieron capturar.

Mientras la procuradora tejía su historia, los equívocos verbales no cesaban. Sus pares, alineados en su entorno cercano, esbozaban sonrisitas pícaras. Conocer su intención es un trabajo para los especialistas en el manejo de los nervios del alma.

El mensaje institucional fue contundente en los actos vespertino y nocturno: “No existe delincuente que esté fuera del alcance del Estado mexicano”. Sin ánimo de contrariar a la autoridad en su afirmación, pero no están todos los que son ni son todos los que están. Por lo menos 24 criminales gozan de amplia libertad. Andan por ahí delinquiendo, aterrorizando a la ciudadanía, secuestrando y despareciendo a placer. Faltan más de 27 mil desaparecidos. ¡La misión no está cumplida!

POR JOSÉ C. SERRANO  /  COLUMNAS, MISCELÁNEA / elarsenal.net