¿No les alcanza el salario?

Para vergüenza de la Economía, sigue vivo y creciendo el sueño de opio que, con respecto al “salario mínimo”, Salomón Chertorivski, Secretario de Desarrollo Económico de la Ciudad de México, le vendió a Miguel Ángel Mancera y al propio Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Sigue vivo y avanzando ese sueño alucinante que también sedujo a los diputados federales, a los senadores y a los congresistas estatales que, entre finales de 2015 e inicios del 2016, aprobaron la reforma constitucional para “desindexar” el salario mínimo, con el absurdo propósito de “elevarlo” a fin de cumplir con el mandato constitucional que, dicho sea de paso, también es absurdo.

El artículo 123 de nuestra Constitución dice, y dice muy mal, lo siguiente: “Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”.

Estamos ante un caso en el que las “leyes del Derecho” quieren pasar por encima de las “leyes de la Economía”. Un contrasentido que se introdujo en la Constitución de 1917 y que, desde entonces, hemos repetido estúpidamente. Un contrasentido que se ha prestado para alimentar la irracional propuesta deChertorivski-Mancera.

Como el famoso Flautista de Hamelín, Chertorivski hizo sonar las notas que engatusaron y amensaron a cientos de políticos que, entre su ignorancia de la Economía y su urgente necesidad de credibilidad, aprobaron una de las reformas más populistas y absurdas de los últimos años. Parte sustancial de nuestra clase política todavía sigue creyendo que el salario se puede manejar a contentillo, valiéndole un cacahuate algunos de los principios básicos de la ciencia económica dominante.

De un plumazo volvimos al “echeverrismo”. Ahí están los políticos populistas de todo signo partidario (el PAN incluido) pensando que basta con la voluntad del gobernante en turno para mejorar el destino de los trabajadores. Erróneamente, el salario se colocó, como si se tratara del sol, en el centro del “sistema planetario” de la economía, y se pretende que el resto de las variables económicas giren en torno a él.¡Absurdo, absurdo y absurdo!

Además, detrás de este error está la intención de “engañar bobos” para ganar popularidad. Se viola la Lógica y se viola la Ética.

¿Qué dice la Economía?

Cierto es que la Economía no es una ciencia exacta, ni siquiera la Economía Neoclásica. La Economía dominante está construida sobre muchos supuestos que continuamente no se corresponden con la realidad, es cierto. Pero es mejor construir conocimientos sobre bases firmes y ordenadas (aunque falibles de tanto en tanto) que sobre ocurrencias y caprichos.

Así, pues, lo que nos dice la Economía es muy claro: el salario es una variable que depende de otras variables, y quien intente manipularlo a capricho para “mejorar” la suerte de los trabajadores, no sólo no logrará mejorarla, sino que podrá empeorarla, causando, además, efectos perniciosos en el conjunto de la economía.

Desde los grandes clásicos de la Economía Política (Montchrétien, Cantillon, Smith, Ricardo, Malthus, etc.) ha quedado en claro que el salario es una variable económica que se ajusta a partir de:

1. a) La demografía, ya que a mayor cantidad de trabajadores menor será el salario que puedan percibir. Si los trabajadores se reproducen demasiado, actúan contra sí mismos, porque la ardua competencia por los puestos de trabajo hará que los salarios bajen. Asimismo, al ser muchos, los trabajadores son fácilmente intercambiables unos por otros.

1. b) La tecnología, ya que las nuevas máquinas sustituyen a muchos trabajadores, y la introducción de nuevas máquinas es una actividad constante en la economía, sobre todo en la economía capitalista. La tecnología es la ciencia que se convierte en máquinas mediante la invención, y nadie detiene el avance de la ciencia ni del ingenio.

1. c) La educación-capacitación, ya que la economía requiere de personal cada vez más y más preparado y calificado. La complejidad del conocimiento avanza aceleradamente, desplazando siempre a los trabajadores rudimentarios, que son la mayoría. Así, pues, sólo los trabajadores calificados pueden aspirar a mejores salarios.

Aplicando estos principios elementales de la Economía al caso de México, podemos concluir fácilmente queresulta una patraña querer elevar voluntariosamente el salario mínimo en México so pretexto de beneficiar a los trabajadores, porque México es un país: a) con mucha población que, además, crece de forma irresponsable; b) con una continua introducción de tecnología que hace innecesarios a muchos trabajadores; y c) con una amplia masa trabajadora mal educada y mal preparada que únicamente sirve para trabajos simples, rutinarios y mal pagados, como el de las maquiladoras.

De aquí que resulten insulsas las campañas que actualmente está llevando a cabo el PRD, ya que no atinan a exponer las causas reales de los malos salarios. Dichas campañas sólo apelan al drama familiar del“NO ME ALCANZA”:

https://www.facebook.com/PartidodelaRevolucionDemocratica/videos/10154473713738574/

De aquí, también, que los perredistas se muevan a capricho y sin sustento científico alguno cuando se trata de “fijar” el nuevo salario mínimo: en octubre de 2015, dijeron que el salario mínimo debería subir a 95 pesos, y, en enero de este año, dijeron que a 86.33 pesos. Resulta muy irresponsable que el PRD juegue de esta manera con un tema tan delicado.

Si el PRD quiere, de veras, mejorar el destino de los trabajadores, debe comenzar por estas tres cosas:

1. a) Fortalecer la política de planificación familiar, la aplicación de métodos anticonceptivos y la promoción del aborto entre la clase trabajadora, para evitar que su reproducción irracional e irresponsable la siga manteniendo como mano de obra baratísima, muy sustituible y fácilmente explotable.

1. b) Robustecer la educación técnica y profesional de calidad, así como la capacitación para el trabajo especializado, y dejar de destinar recursos públicos a instituciones costosas e ineficientes como la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).

1. c) Estimular la vinculación entre las escuelas y las empresas reales, las de carne y hueso, para que los muchachos aprendan cómo funcionan las cosas en el mercado en el que, seguramente, saldrán a trabajar.

1. d) Facilitar legal y administrativamente las actividades de auto-empleo, que será una forma cada vez más socorrida de ganarse la vida por parte de la población.

Concluyendo

El PRD está haciendo un papelito lamentable con respecto al salario mínimo, porque no sólo está violando el sentido común. También está violando muchas de las leyes elementales de la Economía.

Si Salomón Chertorivski no tiene cosas mejores qué hacer, que se ponga a idear la forma de apoyar a los miles de capitalinos que, en los próximos meses, tendrán que dedicarse forzosamente al auto-empleo para sobrevivir.

Con la desaceleración económica mundial, la caída del precio del petróleo, el encarecimiento del dólar y la más reciente ola de innovaciones informáticas, muchas empresas se verán precisadas a aplicar recortes de personal en su intento por sobrevivir. Y muy pocas empresas llevarán a cabo nuevas contrataciones, y las que las lleven a cabo será con una tenencia a la baja en materia de salarios.

El desempleo y la informalidad crecerán en los siguientes meses, y no vemos que Salomón Chertorivski se ocupe de este problema. Está muy ocupado echándole aire a un neumático reventado.

Acabo diciendo que en una cosa sí coincido con la propuesta del PRD: debemos desaparecer a la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI). Sólo que yo tengo mis propias razones: no tiene sentido gastar tanto dinero público en una institución que sólo sirve para decirnos, una vez al año, cuántos miserables pesos debemos sumarle al salario mínimo.

Yo siempre sostuve que la única utilidad del “salario mínimo” era la de servir como referencia para el cálculo de cuotas, créditos, multas, tarifas, costos, recargos, etc. Ahora ya ni para eso sirve… ¿Qué hace entonces en nuestra Constitución?

POR CARLOS ARTURO BAÑOS LEMOINE( Profesor UAM-Xochimilco y UPN-Ajusco ) / CIUDADANO CERO /  elarsenal.net