Connect with us

Opinión

Oaxaca vuelve a ser tierra de nadie

Published

on

Como el medio año de bloqueos de la APPO que la destruyó en 2006, la capital de Oaxaca vuelve ser tierra de nadie: más de tres mil integrantes de la CNTE y grupos afines mantienen cerrados 18 puntos de acceso a la ciudad, que es una plaza sitiada.

El conflicto ya cobró ocho muertos y 108 heridos y es la principal asignatura de seguridad pública a resolver por el Estado mexicano en este momento, porque se desarrolla en un entorno de insurgencia a gran escala, diseñada con tácticas de guerrilla urbana.

Oaxaca presenta características similares a una ciudad de un país en guerra, como Siria, pues registra desabasto de medicinas, combustibles, insumos, alimentos y se registran saqueos de comercios con pérdidas de 150 millones de pesos.

La insurgencia urbana incendia y destruye transportes oficiales y públicos e impide, en especial, el tránsito de transportes de valores, por lo cual no existe dinero en los bancos y el gobierno estatal y los comerciantes privados no pueden pagar salarios.

El robo y la destrucción, el cierre al paso de insumos básicos para el funcionamiento de escuelas, hospitales y comercios, la falta de actividad en 23 mil comercios provoca pérdidas por 800 mil pesos diarios (28 millones al mes) y mantiene a un millón 300 mil niños sin clases.

Pero lo peor es que, como en el caso Iguala, de nuevo las autoridades gubernamentales se han encontrado entrampadas en una situación de falta de reflejos para explicar con celeridad y claridad lo ocurrido en un conflicto que incluye a policías federales y estatales.

Todavía anoche el secretario estatal de Seguridad Pública, Jorge Ruiz Martínez, y el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo, carecían de explicaciones a lo ocurrido el domingo: no se sabe quiénes son los autores de los disparos que mataron a ocho e hirieron a decenas.

Peor: ambos solicitaron a la población y los medios de prensa toda la información para que las autoridades puedan resolver el caso, a través de la reconstrucción de las escenas de los asesinatos, características físicas de quienes accionaron las armas de fuego…

En un ejemplo de dispersión no solo notable, sino también inquietante porque va perfilando un horizonte parecido al del caso Iguala, en el que la incertidumbre de los primeros días siguientes al hecho provocó que debieran venir a coadyuvar hasta peritos extranjeros.

Pero no se trata sólo de la solución de los casos policiacos: se trata también de que la capital de un estado de la República se encuentra incomunicada por grupos antisistema, que bloquean la autopista Oaxaca-Puebla y la carretera federal 190, que son las entradas y salidas a la capital estatal.

Y no se avizora una pronta solución.

POR  /  COLUMNASMESA REVUELTA / elarsenal.net

Continue Reading

Más leídas