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Opinión

Ojo: ¡Los pitufos tienen rifles AR-15!

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Imposible regatear al gobierno el éxito que significa que desde el sábado no existan autodefensas en dos de los municipios donde surgieron éstas en Michoacán.

Ahora se llaman Fuerza Rural Estatal y su coordinación con la Policía Federal es un paso hacia la contención de la violencia en ese estado.

Pero tampoco hay que llamarse a engaños: tengan el nombre que sea, se sigue tratando de civiles armados que carecen de preparación militar y de disciplina castrense para acatar órdenes y mando. Por lo tanto, continúan siendo una amenaza, más que una garantía para la seguridad.

Es cierto que el gobierno está resolviendo el problema de la mejor manera que podía: absorbiendo a las autodefensas a la vieja usanza priista, consistente en tener cerca (y no lejos) a quienes le crean dificultades para gobernar.

Mirado de forma más coloquial, la actual administración apeló al adagio beisbolero por excelencia, del manager que saca al box a su mejor pitcher para el juego de hoy, en lugar de reservarlo para el de mañana por decisivo que sea, pues no sabe si el partido de mañana será suspendido por lluvia.

Entonces no olvidemos que los hombres de Papá Pitufo, que desde el sábado cambiaron sus ropas de campesinos por un uniforme militar, son en verdad civiles que portar armas similares a las que usan los miembros de la Policía Federal: rifles AR-15 calibre .223 y pistolas calibre 9mm.

La diferencia es que los policías federales reciben capacitación seis meses antes de salir a realizar las labores de vigilancia; mientras los pitufos no reciben ningún adiestramiento. Además, los federales deben aprobar evaluaciones de control de confianza.

Incluso, las huestes de Papá Pitufo ganarán un salario mensual similar al de los policías federales, que es de 12 mil 500 pesos mensuales, así como las mismas prestaciones que éstos: seguro de vida, aguinaldo, bonos de productividad y créditos de vivienda.

¿Cuánto ganan al mes los policías municipales de Michoacán? Ocho mil 508 pesos, cifra por debajo de la media nacional y por lo cual, apenas en marzo, hicieron paro de labores, porque sólo les pagan 100 pesos por vigilar el estadio, cuando en otros estados se pagan 300.

La única salida posible es que no existan civiles armados en Michoacán. El gobierno habrá cumplido con su tarea, únicamente cuando consiga esto. Porque las alianzas con los pitufos son endebles, pues se basan en concesiones.

No olvidemos que Papá Pitufo sólo desconoció como jefe a José Manuel Mireles cuando el gobierno federal destinó 45 mil 500 millones de pesos (extras del presupuesto estatal) para créditos, becas y obras, básicamente en áreas donde se encuentra la base social de las autodefensas.

Y ahora, hasta mejor armados están.

 Por  / elarsenal.net 

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