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Opinión

Parole, parole, parole

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El hallazgo de una nueva fosa con restos humanos  en un basurero del municipio de Cocula, Guerrero, refuerza el pesimismo  sobre la suerte de los 43 normalistas desaparecidos.

No hay que olvidar que el Procurador, Jesús Murillo Karam,  reveló,  hace apenas unos días, que policías de Iguala  entregaron los desaparecidos a sus colegas de Cocula , y que estos, a su vez, los pusieron en manos de los delincuentes de Guerreros Unidos.

No nos han dicho cuantos cuerpos encontraron en las fosas de Cocula, ni en que estado están. Pero otra vez la angustiante espera del resultado de los peritajes para saber si son ellos.

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Poco útil la rueda de prensa  que ofrecieron ayer el presidente Enrique Peña y el nuevo gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega.   Los discursos ya no funcionan. Solo exhiben la inoperancia de las autoridades. Parole, parole, parole, como dice la canción italiana.

La gente  quiere resultados. Hoy se cumplen 32 días y nada sobre los 43 que nos faltan. Tampoco del paradero del  prófugo alcalde con licencia, José Luís Abarca, de su esposa, María de los Ángeles Pineda, y del secretario de seguridad pública municipal, Felipe Flores, autores intelectuales de los asesinatos y las desapariciones, según la PGR.

El gran misterio.

Otras dudas por aclarar: ¿Por qué dejaron escapar a Abarca cuatro días después de los trágicos eventos en Iguala, donde también fueron asesinadas seis personas, a sabiendas del pedigree del alcalde y su mujer? ¿El batallón 27 de infantería del Ejército, con sede en Iguala, nada sabia de las actividades ilícitas del riquísimo edil?

Murillo Karam nos dice que capturaron a dos integrantes de la banda Guerreros Unidos  que participaron en la desaparición de normalistas. Ya declararon ante la Siedo. Ojalá que de allí salga la verdad, sea cual fuere. Le urge al país y al mundo.

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Los picudos del PRI  ya agarraron a López Obrador como chivo expiatorio del caso Iguala.  Pero se les puede revertir como un bumeran.  No son momentos de cálculos políticos.

Sin ir mas lejos: ¿Se les olvidó el preso José Luis Reyna? ¿Quién lo puso como gobernador en Michoacán? ¿ Hay algún priista que importante que haya sido sancionado por  proponerlo y apoyarlo como substituto de  Fausto Vallejo? ¿Alguien asumió esa responsabilidad?

Cesar Camacho, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa le echaron montón al líder de Morena,  colgados en las declaraciones del diputado local, Oscar López Bello, en el sentido de que aún cuando fue prevenido de los vínculos de Abarca con la delincuencia organizada,  apoyó la candidatura del matón que llegó  al ayuntamiento.

Lo mismo va para los perredistas. Siempre he respetado a Jesús Zambrano, ex presidente del PRD;  y a Miguel Alonso Raya, coordinador de los diputados de ese partido.  Pero sumarse en estos momentos al linchamiento  de López Obrador huele también a cálculo político.

La senadora Dolores Padierna dijo que, en su momento,  se alertó a Los Chuchos de los siniestros vínculos de  Abarca, pero que estos no quisieron que se le tocara “ni con el pétalo de una rosa”. No hubo desmentido formal.

Chucho Zambrano bien haría en aclarar las versiones que circulan con insistencia en el sentido de que se reunió con Abarca después de que este pidió licencia.

El Peje, obvio, ya se deslindó. Dice que nunca ha visto al  ex alcalde prófugo y que mucho menos lo apoyó.   Hay una contradicción con  López Bello. El diputad local  asevera  que el entonces candidato presidencial de la  coalición de izquierda saludó en 2012, en el templete, a la diabólica pareja Abarca-Pineda. Ni modo que no supiera quienes eran.

Uno de los dos miente.

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Me reuní ayer con el disidente cubano, Guillermo Fariñas, ganador en el 2010 del Premio Sajarov  a la Libertad de Conciencia.  Sabía  de él por los 11 años que pasó en la cárceles de su país natal,  y por la huelga de hambre que ese mismo año hizo, en  su lucha   por  la liberación de los presos políticos en la isla.

Esa  huelga era la 23 que efectuaba en su existencia.  Fueron 135 días en ayuno. Estuvo al borde de la muerte. El sacrificio no fue en vano. Logró la liberación de 116  presos políticos.

Durante dos horas nos platicó el recorrido que lo llevo de ser un soldado convencido de Fidel a convertirse en uno de los disidentes  mas incómodos para el régimen cubano.  Nos ocuparemos de eso en otra ocasión.

El espacio que nos queda lo utilizaremos para contar la experiencia que Fariñas tuvo en Córdoba, Veracruz, con los alumnos del  Tecnológico de Monterrey.

Fue a darles  una conferencia sobre la no violencia y se topó con muchachos acomodados dispuestos a boquear la carretera federal, para exigir  la  aparición de los humildes normalistas de Ayotzinapa.

“Es un tema de solidaridad entre jóvenes”, explicó el ex militar cubano.

Cuenta  que encontró a más de 120 muchachos muy inquietos  por la violencia  que se vive en el país.  Todas sus preguntas giraban alrededor de Ayotzinapa y qué carrera es más conveniente estudiar para combatir, sin recurrir a la fuerza,  ese flagelo que tanto luto ha traído a los mexicanos.

Fariñas mencionó tres:  Sociología, Leyes y  una última, que los descontroló: Contaduría. ¿Porque? “Es necesario combatir el lavado de dinero para pegarle al narco en sus finanzas….”, dijo.

Y más: “Los narcos cometieron un error garrafal al irse contra un segmento de la población como son los jóvenes”, aseveró el activista. “Es la prepotencia de que da la fuerza de la violencia”, concluyó.

* * *

Fariñas  nos contó sobre la impunidad de un  general cubano, Rogelio Acevedo, ex presidente de Aeronáutica Civil. El militar se involucró con una banda de robacoches en México.  Fue hace años. Prestaba aviones para transportar  los vehículos robados en nuestro país.  Lo expulsaron del PC, pero no pisó la cárcel. “Está en su casa”, nos dijo.

Una Hummer  llegó a  la isla procedente de nuestro país. El ministro de transportes, José Luis Sierra, miembro del buro político, se la ofreció a la cantante Halia, con todo y papeles, según el relato de Fariñas.

Ella la aceptó encantada.   Ya iba pintada. Le cambiaron el número de matrícula, pero lo que no sabían los robacoches es que llevaba un GPS integrado que reveló donde estaba el costoso vehículo a la compañía aseguradora.

Y allí se cayó el negocio a los robacoches y se gesto la expulsión de  Acevedo. Pero nada más.

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