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Opinión

¿Peñismo reloaded?

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El ajuste al equipo peñista ocurrió, después de muchos meses. El Ejecutivo federal estrena una baraja, con miras a la sucesión del 2018, y ratifica su tarea principal para lo que resta del sexenio: frenar –a cualquier costo– el avance del obradorismo.

Disfrazado de relevo generacional, el enroque en el gabinete presidencial revela cuáles son los ánimos y las intenciones en Los Pinos: ni los vaivenes de la economía ni los errores del grupo encargado de preservar la seguridad y el orden en el país podrán variar el curso. El PRI buscará perpetuarse en el poder, o –lo que es lo mismo– no dejar que el líder moral de la izquierda mexicana conquiste la Presidencia.

En la primera etapa etapa del peñismo, Emilio Chuayffet, Jesús Murillo, Juan José Guerra y Enrique Martínez pasan a retiro, con la satisfacción del deber cumplido. Los tres tendrán premio, incluso si optan por integrarse al servicio exterior (los mexiquenses irían a las embajadas de México en España e Italia, de acuerdo a las versiones que ayer circulaban profusamente).

Y de la triada original –Miguel Ángel Osorio Chong, Aurelio Nuño y Luis Videgaray– queda una dupla poderosa, donde el ex gobernador hidalguense queda reducido al mínimo (aunque los rituales del poder lo mantienen como el jefe del gabinete) pues su propuesta para quedar al frente del ISSSTE –que era Nubia Mayorga, actual directora de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas) no pasó los filtros que manejaron en la oficina de la Presidencia.

Videgaray, en mancuerna con José Antonio Meade, se ha apoderado de la mitad del gabinete. Salvo la secretaría de Economía y SEDATU, ambos tecnócratas controlan las dependencias federales que concentran las partidas presupuestales para apoyo a los productores agrícolas y ahora, los padrones de apoyo a los pobladores de las comunidades rurales y urbanas más depauperadas.

De su lado están Enrique de la Madrid y su antecesora, Claudia Ruiz Massieu. Juntos irán a la batalla por el 2018. ¿Y Aurelio Nuño? Su irrupción en el escenario nacional ocurre con más fuerza de lo que pronosticaban sus promotores, quienes recuerda una historia originaria, que data de hace una década: en el piso 18 de la Torre del Caballito –donde despachaba el líder del Senado de la República, Enrique Jackson Ramírez– compartían cubículo el ahora secretario de Educación Pública y el ex consejero electoral, Francisco Guerrero Aguirre. El staff del líder parlamentario estaba complementado por Hanna de la Madrid y Rodrigo Gallard, quienes van a la SEP para construir el proyecto peñista que buscará recuperar el pode político en la Ciudad de México.

¿Una triada 2.0? Nuño, Meade y Videgaray habrían dejado atrás a Osorio Chong, en las preferencias peñistas. Y sumarían a una pléyade de secretarios en las que tendrían que incluirse Virgilio Andrade, Rafael Pacciano –cuya unción solo se explica por su vínculo con Alejandra Lagunes– y Enrique de la Madrid Cordero. La amistad supera la capacidad, establece una máxima de Maquiavelo. Y el peñismo la ha puesto en práctica, aunque en el camino haya dejado damnificados y personajes sin cargo, aunque con poderes extraordinarios, como Andrés Massieu Berlanga, a quienes las versiones más interesadas ubicaban al frente de la Oficina de la Presidencia, sin tomar en cuenta que desde hace un mes funge como un poderoso personaje, encargado del discurso y el mensaje presidencial.

Frank Guzmán, Jorge Corona y Erwin Lino quedarán en Los Pinos y Eduardo Sánchez, junto con Andrés Chao, tendrán un papel relevante en la construcción de la imagen peñista. El realineamiento en el gabinete presidencial busca resolver la paradoja de la sucesión, más que eficientar la acción de gobierno o corregir los vicios de antaño. Videgaray, Osorio Chong y Manlio Fabio Beltrones ahora tendrán que competir con José Antonio Meade, quien sin ser priista se pone al frente de la carrera presidencial del 2018… ¿Y Nuño? Tendrá la oportunidad de convertirse en candidato a la jefatura de gobierno del DF dentro de tres años, aunque la misión para los nuevos encumbrados se antoja difícil, por no decir que imposible.

La reinvención del peñismo, en ciernes. ¿Descartados Ernesto Nemer y Luis Miranda? No todavía, pues una segunda oleada de cambios deberá ocurrir en las próximas horas. El todavía director del IMSS, José Antonio González Anaya, prepara maletas…

EFECTOS SECUNDARIOS

ATISBOS. El ajuste en el equipo presidencial obliga a acelerar los cambios en el gabinete de Miguel Ángel Mancera. Antes de concluya el tercer trimestre del 2015 habrá cambios en las áreas de finanzas, desarrollo económico y obras públicas. De allí saldrá el competidor perredista de Aurelio Nuño.

DUDAS. Mientras ocurría el ajuste en el equipo peñista, en el Senado de la República era admitido el trámite para la ratificación de Miguel Basáñez Ebergenyi como embajador de México en Estados Unidos, quien deberá esta mañana acudirá al Senado de la República. En su comparecencia, el representante peñista tendrá que aclarar las dudas respecto a su estatus migratorio, pues resulta que junto con su esposa, Tatiana, posee propiedades en Massachussets y Florida desde hace una década y, por lo mismo, había adquirido la residencia en Estados Unidos, lo que de facto lo descalificaría para ocupar esa importante posición en el exterior.

POR   / SIGNOS VITALES / elarsenal.net / —Correo electrónico: alberto.aguirre@outlook.com

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