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Opinión

Piojo: acto fallido

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El técnico nacional entró ayer en una zona de confort, culpando al árbitro por la derrota ante Holanda. Tuvo suerte de que casi todo el país se resignó a la derrota, incluidas las genéticamente cáusticas redes sociales.

Pero llegará el momento en que Miguel Herrera tenga que explicar por qué sacó del partido a Giovanni, cuando hacía 13 minutos que había puesto el 1-0 para México. Tendrá que explicar por qué se asustó con el 1-0 y mandó a sus jugadores a correr para atrás.

La verdad es que hay un trasfondo sicológico en nuestras derrotas que se llama “acto fallido”: un tropiezo provocado por uno mismo por temor inconsciente al triunfo. Lo que se vio en el juego de ayer, es parte de una sicología social vuelta cultura: no nos vemos como ganadores.

Es cierto que al minuto 93 Arjen Robben se tiró dentro del área después de que Rafa Márquez le aplastó la punta del pie derecho, y el holandés exageró tanto su caída que engañó al árbitro portugués Pedro Proeça, quien marcó penal.

Pero México no perdió por eso. Si a esas vamos, al minuto 47 Pedro Proeça no marcó un claro penal contra el propio Robben, cuando dentro del área el mismo Rafa le pateó el tobillo por detrás e inmediatamente Héctor Moreno le dio un hachazo en la pierna izquierda.

La explicación deportiva precisa de por qué perdió México, la dio en El País su enviado José Sámano:

El futbol fue tan cruel con México como infieles con la pelota fueron los mexicanos cuando le hicieron un desplante tras ponerse por delante en el marcador. La selección azteca, que había gobernado el duelo con el balón por bandera, se olvidó de él, se puso al resguardo de su imponente portero y Holanda se lo hizo pagar”.

Pero existe una explicación más amplia: no reconocemos que podemos ser como país una potencia en toda la extensión de la palabra, no queremos comportarnos como triunfadores cuando tenemos todo para serlo.

Ante la derrota de ayer, se impuso el sempiterno “regresan con la frente en alto”, lo cual es injusto especialmente con nuestros niños, porque siguen educándose en un país que glorifica la cultura de la derrota, y que se niega a cancelar su historia de perdedor analizando las causas de ello.

¿Por qué nos cuesta reconocernos como lo que somos: una potencia económica, cultural, histórica… una potencia también en el futbol, con Memo, hoy el mejor portero del mundo; Rafa, siete años titular del BarzaChicharito, que mete 50 goles en Inglaterra o Gio, que mete 10 en España?

Porque somos derrotados por un mal nacional: el acto fallido.

Por nuestra incapacidad para reconocer, nosotros mismos, que somos grandes.

Por  / HOY TE RECOMENDAMOS LEER:elarsenal.net

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