¿Por qué matan a jóvenes en municipios perredistas?

La desaparición de 43 jóvenes en Iguala, el 26 de septiembre de 2014, y de tres jóvenes en Papantla, el pasado 19 de marzo, tienen en común que se produjeron en municipios gobernados por el PRD y las víctimas fueron desaparecidas por policías municipales a las órdenes de esos alcaldes.

El caso Iguala provocó una de las más graves crisis de derechos humanos en la historia contemporánea de México y tuvo para el PRD consecuencias electorales devastadoras en los comicios intermedios:

–Los electores de Iguala (donde el alcalde José Luis Abarca es acusado de ordenar desaparecer a los 43 normalistas) votaron por el PRI para finalizar el control que desde 1993 mantuvo el PRD, que entregó el municipio al crimen organizado. PRI (13 mil 321 votos), PRD (11 mil 423), MC (3 mil 272).

–Resultó el gran perdedor de todo el proceso electoral, pues su votación se redujo en 300 mil sufragios respecto a la elección intermedia de 2009, ya que de 12.20 por ciento pasó a 10.83 y quedó con 56 curules en la Cámara de Diputados.

–El partido entró en liquidación. No sólo porque Morena lo reemplazó como referente de izquierda (al barrerlo en su santuario del DF, quitándole seis delegaciones y la mayoría en la Asamblea), sino porque empezó a ser dirigido por un diletante de la política y no un político profesional: Agustín Basave.

Con la nueva dirección, el PRD se desdibuja como partido de izquierda, convertido en un pastiche de ideologías tras aliarse con el PAN, nuestro único partido de derecha. Pero no sólo eso: el PRD queda expuesto como partido que gobierna donde desaparecen jóvenes.

Ayer, el presidente del PRD no supo contestar sobre la desaparición de los tres muchachos en Papantla: 10 días después del hecho, no se ha comunicado con el alcalde Marco Romero: una displicencia que va a lamentar, igual que su antecesor en el cargo lamentó haber sido displicente con el caso Iguala.

 “¿Ha hablado con el alcalde?”, le preguntaron. “No. Apenas estoy acopiando información”, respondió. ¿Pero no es relevante, es urgente?, le preguntaron. “Lo haré en su momento”, respondió. Es decir, el dirigente nacional del PRD no tiene idea de que puede explotarle una bomba en la cara.

Respuestas que obvian el antecedente de la responsabilidad histórica de la izquierda en la desaparición de los 43 en Iguala: el caso no sólo raspó al PRD, sino también a Morena, que debió eliminar como candidato a gobernador en Guerrero a Lázaro Mazón.

El gobernador perredista Ángel Aguirre renunció y Morena quitó a Mazón porque su relación con Abarca “afectó al partido”. Pero el actual PRD no aprendió nada de Iguala.

Papantla se lo recordará.

POR RUBÉN CORTÉS / MESA REVUELTA / elarsenal.net