Quien Desconoce la Historia, Repite los Errores del Pasado

“El que hace lo mismo de la misma manera, va obtener lo mismo”. Esta fue la frase que utilizó el senador David Penchyna, en un programa de TV, para señalar que hoy el gobierno mexicano trabaja de una manera distinta para no obtener lo mismo, es decir crecimiento económico mediocre, pobreza y desempleo. En ese juego de frases célebres, hay otra que nos obliga a revisas el pasado y el presente: “Quien desconoce la historia, corre el peligro de repetir los errores del pasado”. ¿El gobierno estará haciendo las cosas de otra manera? Creo que no.

Cierto, el Presidente Peña Nieto obtuvo logros reformistas trascendentes e inobjetables. En eso está haciendo cosas diferentes. Pero en su estrategia económica, repite un modelo que demostró su ineficacia en un funesto pasado de México, pero también lo confirma el colapso económico que hoy padece la Euro zona.

¡AGUAS CON LA DEUDA PÚBLICA!

Sobre este tema, en el programa de TV: “Es la hora de opinar”, el amigo Leo Zuckerman ha intentado convencer a Héctor Aguilar Camín y Javier Tello de que el gobierno de EPN camina hacia un retorno al pasado, hacia el populismo económico. Les advierte que el gobierno ha sacado la “tarjeta de crédito” para financiar el “crecimiento”: “Ya pasamos –les explica– de tener una deuda (pública) equivalente al 33% del PIB en el último año de Calderón, al 40% en este sexenio”. Luego lanza una pregunta: “¿Cuánto puede aguantar más (el país)?”. El mismo contesta. “Bueno, EU anda en el orden de 100%, pero es EU; Japón está en el orden del 200% del PIB, pero pues es Japón (…)”

Precisamente, en la explosión de deuda pública está el síntoma clave para entender que el modelo económico de intervencionismo estatal –que funcionó en base al crédito y la deuda– está agotado. Los gobiernos, instituciones financieras, las familias y las empresas han perdido sus garantías o capacidad para endeudarse. Ante lo cual, la otra parte de la fórmula: los créditos, dejaron de funcionar como instrumentos de crecimiento, de producción de riqueza y empleo.

El mal se generó en las estructuras del llamado Primer Mundo, quien ahora pagan las consecuencias: está empantanado en una Depresión económica de largo plazo.

EL ADN INTERVENCIONISTA DE POLÍTICOS

Resulta curioso que en una época que los políticos y seguidores sigan señalando al “neoliberalismo” como el generador de todos los males. Claro, les sirve para ocultar la ineptitud de sus programas de gobierno.

En general los políticos traen un ADN recargado de paternalismo estatal. El hecho es que han convertido al “neoliberalismo” en el villano favorito. Le echan la culpa de todo. A cambio y con mercadotecnia ideológica nos han vendido un remedio “mágico”: el Estado de Bienestar. El cual, por cierto, hoy está en bancarrota en el “Primer Mundo”.

La zona Euro del viejo continente –en especial Grecia, Italia, Portugal y España– nos muestra con nitidez el agotamiento y crisis sistémica del modelo de intervencionismo Estatal que promovió el crecimiento sobre la base del crédito y la deuda. Los gobiernos se convirtieron tanto en aval, emisores de pasivos y créditos así como promotores sociales de deudas. Vayamos a datos duros.

ATRAPADOS Y SIN SALIDA… AÚN

El analista español y autor del libro “El Crash del 2010″, Santiago Niño Becerra destacó en 2012: “Solamente un dato. La deuda privada de España en el año del 96 era del 65% del PIB; año del 2008-2009 es del 230 por ciento (…) La evolución de la deuda ha sido imparable, su crecimiento ha sido meteórico. Y esto puede extrapolarse a cualquier país. A Gran Bretaña, Estados Unidos, a Japón (…) Hoy en día España tiene una deuda del 400% del PIB. Hablo de deuda total, deuda pública, más deuda privada, más deuda de las familias, más deuda de la banca…”

Tiene razón Zuckerman de lanzar advertencias sobre el peligro del incremento de la deuda pública. Por ese camino se vuelve incontrolable y meteórico el crecimiento de los pasivos públicos, privados y sociales. Y es que sacar la tarjeta de crédito para financiar con deuda un gasto público creciente y con déficits constantes lleva al colapso económico. Esto ya lo vivió México en los años de la década del 80. Ni la mayor riqueza petrolera de su historia evitó que la deuda pública provocara la bancarrota del país.

En el siguiente artículo hablaremos de la deuda mexicana. Hoy expondré algunas cifras que exponen la crisis sistémica y global del modelo económico de intervencionismo estatal.

EU, INFECTADO

La realidad es que gracias a las políticas intervencionistas de los gobiernos en la economía, el llamado Primer Mundo agotó la capacidad de endeudamiento del Estado y la sociedad. La globalización aceleró el contagio de esa epidemia económica. EU es uno de los grandes infectados y responsables de la propagación.

Veamos datos duros. Para quienes suponen que en EU opera el libre mercado en su máxima expresión, diremos que eso es un mito. En el vecino del norte la participación del Estado en la economía ha tomado importantes dimensiones: creció hasta aproximarse a un 40% del PIB en 2012.

La Casa Blanca –parafraseando a Zuckerman– ha recurrido a la tarjeta de crédito para sostener en base a deudas el crecimiento del país: la deuda del gobierno federal superó el 100% del PIB desde principios de 2013.

VORACIDAD INTERVENCIONISTA

Para tener una idea de la voracidad intervencionista del gobierno, basta considerar que entre 2000 y 2012 el gasto del gobierno federal creció más del doble, y pasó de 1.79 billones –millones de millones de dólares– a 3.8 billones de dólares. En cuanto al número de programas subsidiados –cifras tomadas del libro la Miseria del Intervencionismo de Axel Kaiser– el Estado aumentó de mil 425 a dos mil 200 en el mismo periodo.

Señala Keiser un aspecto que expone la razón del ADN intervencionista de los políticos: en EU “el sueldo de los funcionarios públicos hacia 2010 alcanzaba un promedio de 83,679 dólares, contra un promedio de 51,986 dólares en el sector privado”.

POLÍTICOS RICOS, PUEBLO POBRE

Recuerdan la frase aquella que decía que en México existían empresarios ricos con empresas miserables; pues ahora sucede que el intervencionismo estatal ha generado políticos ricos y ciudadanos muy pobres.

El mito del liberalismo de EU es una ficción ideológica: cómo sostener esa creencia cuando la deuda pública del vecino del norte casi llegó el 80% del PIB en 2013 y si se aplica recortes fuertes al presupuesto “sólo” llegará a 106% de la producción económica el país en 25 años, informó la Oficina Presupuestaria del Congreso.

Creemos que si bien el modelo de desarrollo capitalista sobre la base de un intervencionismo gubernamental se ha agotado, pero en las entrañas de las fuerzas productivas las cosas se están ajustando y de ahí surgirá en nuevo modelo. Como sucedió tras la Depresión de los 40s.

Hoy el intervencionismo estatal extenuó la capacidad de endeudamiento y liquidó el poder expansivo el crédito.

Por esa razón, no funciona hasta ahora los intentos de Europa de combatir la Recesión a punta de inyecciones de nuevos créditos. Es como si para apagar un incendio se echara gasolina al fuego.

Mantengo la pregunta: ¿El gobierno mexicana está haciendo las cosas distintas o repite un modelo económico del pasado?

Por Agustín Rodríguez Trejo /  La Columna / elarsenal.net