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Opinión

Sabotaje calderonista al PAN

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El sábado 18, el expresidente Felipe Calderón Hinojosa tuiteó: “Vieja regla del PAN: los asuntos internos se ventilan internamente. Cuando los presidentes la preservábamos el partido avanzó notablemente”. Hoy no es relevante si avanzó mucho el PAN con Calderón como presidente de ese partido en su momento, pero sí puede verse que con él en Los Pinos, el PAN perdió la presidencia. Es decir, la población reprobó su mandato y el PAN se fue a tercer lugar.

Todo lo demás es secundario, porque deriva de una muy cantada imposición que quiso hacer de Ernesto Cordero como candidato a la presidencia. Al fracasar en su intento, decidió no apoyar, no hacer absolutamente nada como el “panista de primer orden” que se supone era.

Lo principal es que existe una percepción pública muy clara de que su pretendida guerra contra el narco fue un caro error que pintó de rojo el país. ¿Quién defiende hoy la acción “emblema” de su sexenio? ¿Hay alguien que defienda a Genaro García Luna? La gente estaba harta de la inseguridad y por ello optó por otro partido, aunque está claro que también se equivocó con el PRI.

Y hoy vemos que la concepción que tiene el ex presidente Calderón Hinojosa de lo que es un partido político es también errónea, y sólo pone en evidencia que su pensamiento está muy lejos de una democracia real.

¿Cómo que la ropa sucia se lava en casa? El PAN no es un club privado, ni una empresa, ni una secta. Nada de que lo que ahí dentro sucede tiene por qué esconderse. O sea, el tweet de Calderón, en lugar de promover la transparencia, promueve los arreglos en lo “oscurito”. Esto no va bien con el perfil del partido que advierte ser el más ciudadano de cuantos hay en México. Por supuesto que la ciudadanía tiene derecho a saber lo que pasa. Gustavo Madero, líder nacional del PAN, hizo bien en hablar de frente.

Los partidos son financiados por la ciudadanía. Por ello, los partidos no tienen dueños, aunque algunos traten de erigirse como tales. Los partidos se deben a la ciudadanía. No se deben a nadie más. Esta idea de que existen algunos que son miembros de “la nobleza” de los partidos es sumamente antidemocrática.

Los partidos son entidades de interés público. Quienes no lo recuerden -o lo olviden a propósito-, pueden recurrir a la letra del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) para salir de dudas.

A partir de que Madero dio a conocer que el martes 21 se llevaría a cabo una reunión con los senadores panistas, para revisar la agenda parlamentaria y también el desempeño de Ernesto Cordero, se desató toda una serie de especulaciones, que hoy están ya fuera de lugar, una vez que se sabe que a Cordero le ha sido ya notificado que no es más el coordinador del PAN en el Senado. Podría ser sustituido por Ernesto Ruffo, por Héctor Larios, por Juan Carlos Romero Hicks, tres excelentes opciones. No lo sabemos. Nadie lo sabe sino Madero.

He estado platicando con muchos senadores, de todas las corrientes, así como con diputados federales y otros distinguidos panistas, y no guardaban una muy buena opinión respecto a la actuación de Cordero como coordinador de la fracción azul. Muchos pensaban que Madero incluso se había tardado mucho en removerlo. En suma, porque las acciones y declaraciones de Cordero, no representaban la línea del PAN, sino una línea muy diferente, de confrontación, contraria incluso al CEN, que no ayudaba en nada, y que acaso podría responder sólo a los “consejos de Harvard”.

Pero la discusión de fondo no es sobre Cordero, que ya se fue. Es una decisión ya tomada, comunicada y oficializada, según declaró Madero a Milenio en una nota publicada el domingo en la tarde. La discusión debe centrarse en qué imagen debe proyectar el PAN luego de la derrota de 2012, y qué mensajes debe enviar a la ciudadanía. Uno de estos mensajes, sobre todo con las elecciones en 14 entidades en puerta, es el de la unidad del partido. Y a este fin no está contribuyendo mucho el llamado “calderonismo”. Antes bien, la verdad, están saboteado la unidad que debe privilegiarse.

Cordero y algunos otros personajes llevan un tiempo actuando y haciendo declaraciones que corresponden más bien a una hermana república independiente del PAN. Traducción: una cosa es disentir y otra es sabotear. Cordero y algunos de sus fans han actuado como saboteadores de la presidencia de Gustavo Madero, y no pueden argumentar de ninguna manera que lo han hecho por las familias mexicanas, o que han interpuesto el Bien Común a cualquier otro interés.

Lo que realmente sucede, y todos los sabemos, es que el ex presidente Felipe Calderón, aún no acaba de asimilar que su tiempo ya pasó. Y los pocos fans que le quedan, encabezados por Cordero, actúan en todo momento respondiendo fielmente al consejero de Harvard, aún cuando está muy claro que sus consejos no son los más prudentes para la unidad del PAN, ni para ganar las siguientes elecciones. Esto no parece importarles a los calderonistas, sólo parece interesarles el control del partido.

La cosa es que ni los calderonistas ni ninguna otra expresión del PAN son los dueños del PAN. Aunque actúen como si lo fueran. El PAN no tiene dueños. Hay gente engolosinada por el poder que ahora quiere apropiarse a como dé lugar de ese partido.

Son 38 los senadores del PAN. Una parte de ellos dice apoyar a Cordero. Pero la designación del coordinador del grupo parlamentario del PAN en el Senado no se realiza por ninguna votación. Se trata de un simple nombramiento que es facultad exclusiva del presidente del PAN, Gustavo Madero. Conocedores de esto, aquellos senadores que supuestamente firmaron una carta de “apoyo” al ex secretario de Hacienda, con sello calderonista, no están sino abonando a un sabotaje al partido donde militan, ya que es un despropósito exigir que el presidente nacional no haga uso de las facultades legales que le competen al interior del partido, y también, pedir que Cordero permanezca como coordinador, cuando todos sus gestos contradicen a la dirigencia nacional.

Las negociaciones con las distintas fuerzas políticas, con los demás partidos, así como con el gobierno federal, le corresponden al presidente Gustavo Madero. No puede ninguna fracción parlamentaria del PAN hacer negociaciones al margen de la dirigencia nacional, como lo hubiera querido tal vez Cordero. Es una cuestión de orden, disciplina y confianza. Los grupos legislativos del PAN (y en cualquier otro partido) no son independientes, sino que deben expresar las posturas del CEN, y es obvio que debe haber una sola dirección y propuestas claras. De otro modo, sólo habría confusión, como la que está creando el calderonismo ahora.

Veremos sin duda que estos senadores que hoy se dicen fans de Cordero, con cada día que pase, serán menos. ¿Qué harán ahora? ¿Declararse independientes? ¿Inmolarse por el consejero de Harvard? Argumentaban que las “formas” empleadas para remover a Cordero no eran las mejores, pero al mismo tiempo,  llamaron a Madero “militante del PRI”, entre otros apelativos fuera de lugar.

Sin duda, hay una gran soberbia y falta de cálculo político, además de poca lealtad institucional al PAN, por parte de quienes actúan más como fans del consejero de Harvard que como representantes de los intereses ciudadanos que se supone son, y que deberían luchar, antes que por un grupo político, por el Bien Común, por las familias mexicanas, a las que están dejando totalmente de lado en este lapsus de fanatismo.

Por: Raúl Tortolero / elarsenal.net

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