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Opinión

TLCAN, Triunfa; Sudamérica se Colapsa

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México recibió a Barack Obama y Stephen Harper en una posición inédita en los años de vida del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN).

Por decirlo de algún modo, nuestro país opera con ventaja en tres pistas: hacia el norte, la nación está lista –o casi– para aprovechar la revolución energética del Siglo XXI; hacia el Sur, ha retomado un protagonismo e incluso liderazgo en América Latina; y en el frente de la globalización, tiene buenas posibilidades de subirse a la ola de un mundo que ha recuperado la capacidad de crecimiento global.

¿Cómo se presentaron  los vecinos del norte? Llegaron con una agenda “estancada”. Ni avances en reforma migratoria, ni en el tema de las visas canadienses, como tampoco hubo algo sobre una inclusión de México y Canadá en las negociaciones de EU con Europa sobre un tratado de libre comercio.

          Es cierto, el Tratado presenta resultados demoledores, pero también deficiencias graves: En un excelente artículo, Juan E. Pardinas apunta: “El manual para críticos del TLCAN se resume en utilizar muchas descalificaciones y muy pocos números. No hay mejor pedagogía que un buen ejemplo: ‘El tratado fue catastrófico, ruinoso y demoledor para el campo mexicano’. Una vez dicho esto se deben omitir a toda costa datos como los siguientes: las exportaciones agroalimentarias de México pasaron de 3 mil millones de dólares, en 1993, a más de 22 mil millones de dólares, en 2012. Hoy el campo mexicano es mucho más productivo y genera más riqueza que hace 20 años”. También destaca deficiencias del Tratado. (http://imco.org.mx/politica_buen_gobierno/tlcan-20-anos/).

ALIADOS DISTANTES

          Me interesa, sin embargo, resaltar la ubicación que el TLCAN le ha dado a México en el escenario latinoamericano.

          Desde su nacimiento, se convirtió en un “modelo” o estrategia de desarrollo distinto, ajeno a América Latina. Se catalogó como el símbolo de alejamiento de México respecto de sus aliados “naturales”, lo países Latinoamericanos. Dos décadas después, la situación cambió.

          El modelo de libre comercio implantado en México se trasformó en una alternativa del crecimiento y desarrollo, con un agregado: el país se ubica como un enlace económico-comercial entre las dos américas: la del Norte, con la América sajona (donde opera el mercado regional más grande y dinámico del mundo); y la del Sur, con la América Latina (donde millones de personas padecen, en este momento. el colapso del populismo económico).

Esa alternativa ya está en marcha, con la Alianza del Pacífico que libera o desgrava el 92% del comercio entre México, Colombia, Chile y Perú, y un 8% del sector agroindustrial a un plazo máximo de 15 años.

TRIUNFO POR DEFAULT

          Para algunos analistas México ganó por “default”. Se trata de un golpe de suerte que coincide con el momento en que se activaron los motores del crecimiento global (se pronostica para 2014 un crecimiento simultaneo de Estados Unidos, Europa y Japón). Estimaciones del Banco Mundial advierten que el PBI mundial repuntará 3.2% en 2014, después de avanzar 2.4% en 2013.

          Sin embargo, hay una debacle estructural y ampliada del populismo económico en Sudamérica. Los países de esa región no tienen condiciones para aprovechar el momento global.

          Argentina vive la vorágine de una economía desgastada por un gobierno intervencionista que terminó por descapitalizar al país, dejándolo sin reservas monetarias para cubrir compromisos y defender su moneda. Hoy los argentinos viven bajo el acecho de la hiperinflación.

Venezuela tampoco está en condiciones de aprovechar el repunte global. Según cifras oficiales, la inflación alcanza 54%, la más alta de toda América. Y a pesar de que el país cuenta con una industria petrolera que aporta 95% de los ingresos por concepto de exportaciones, la economía padece escasez de productos básicos, como el aceite de cocina, la leche y la harina de trigo. Además, hay preocupación de que el país no page sus deudas, lo que llevó a Standard & Poor’s a rebajar la calificación de crédito a B-.

¿RECESION BRASILEÑA?

          Por si fuera poco, Brasil se encuentra en el filo de una crisis. En una nota de Paulo Trevisa y Loreta Chao (publicada el pasado 17 de febrero por The Wall Street Journal), exponen el momento que vive del país:

          “Nuevos datos oficiales sugieren que el crecimiento económico de Brasil se debilitó en los dos trimestres pasados, lo que ilustra el extremo al que ha caído el que otrora fue uno de los mercados emergentes predilectos de los inversionistas”. Advierten que el descenso en la producción industrial y debilidad en las ventas minoristas, “llevará al gobierno a anunciar un crecimiento económico negativo en el cuarto trimestre de 2013, luego de una contracción de 0,5% en el tercer tercero. La mayoría de los economistas define dos trimestres consecutivos de decrecimiento como una recesión técnica”.

          Aunque se trata de cifras preliminares, el simple hecho de hablar de una recesión brasileña representa un duro revés para la Sudamérica gobernada por el modelo de desarrollo bautizado como populismo económico.

          En este escenario se llevó a cabo la cumbre tripartita del TLCAN. Se trataron generalidades sin trascendencia, por lo visto, el TLCAN trabaja en piloto automático desde su nacimiento. No hubo y ni hay capacidad e inteligencia para ponerlo al día.

Agustín Rodríguez  Trejo / elarsenal.net

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