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Opinión

¿Un año perdido?

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Ayer se cumplió un año del resurgimiento de un dinosaurio que se consideró en un tiempo ya se había extinguido, un año de la gestión del “Golden Boy”, Enrique Peña Nieto, un año de claroscuros.

Un año donde la evaluación y las imágenes son más que evidentes, un año donde despertaron y se formaron grupos subversivos como EPR, Comando Jaramillista, Resistencia Saltillo entre otros.

Un año donde el crimen organizado se fortaleció ante la falta de una estrategia de seguridad y tomo comó rehenes estados como Tamaulipas, Michoacán y Guerrero que ante la incapacidad gubernamental sus habitantes deciden tomar las armas y crear las denominadas comunidades de autodefensa.

Autodefensa que se expandieron en Guerrero y ahora en Michoacán siguen apoderándose de municipios bajo la sombra de ser brazos armados del Cártel de Jalisco Nueva Generación que le disputan la plaza a la Familia y los Caballeros Templarios.

Un año donde los resultados son palpables, falta de reacción inmediata en fenómenos naturales como los huracanes, que dejaron devastados algunos municipios de Guerrero al igual que su puerto Acapulco, municipios donde la primer ayuda que llegó fue la de los héroes anónimos, la enorme solidaridad de los mexicanos que no esperan instrucciones de un gobierno para enviar víveres de todo tipo.

Un año de la llamada imposición de una televisora a la Presidencia del país, imposición para algunos, para otros un ejercicio de la democracia que al menos me consta que las personas a las que les he preguntado por quien votaron, señalan por Peña Nieto.

Un año donde las redes sociales han sido determinantes para difundir cada uno de los errores que ha cometido el actual Ejecutivo federal en diversos eventos, errores la pronunciación hasta confundir Ojinaga con Okinawa.

Un año donde los grupos de choque, los subversivos, los inconformes, los anarquistas convirtieron las caóticas vialidades de la Ciudad de México en campos de batalla urbana, batallas que se han ido extendiendo en cada concentración masiva que se lleva a cabo en la capital del país.

Un año donde los integrantes de la afanosa, desquiciante y cerrada sección 22 de la CNTE dejó su original Oaxaca para trasladar junto con otros estados el conflicto magisterial a la capital del país, donde las pérdidas económicas y de hora a los capitalinos serán recuperadas.

Qué hay de bueno en la actual administración, tal vez haya cosas buenas, no todo es malo; sin embargo, como siempre lo malo es lo que pesa más en todos los aspectos y la transición de poderes se inició con el pie izquierdo que a un año no ha enderezado el camino.

por  / elarsenal.net

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