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Opinión

¡Un ataque más, hasta cuándo!

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Es lamentable enterarse que nuevamente un compañero es atacado por el trabajo que realiza en la labor periodística, en este caso hablo de Adrián López Ortiz, director general de Grupo Noroeste en Culiacán, Sinaloa.

La noche del pasado miércoles López fue asaltado, golpeado y baleado en “en un ataque evidentemente planeado”.

“El director de esta casa editorial fue obstaculizado por un automóvil, mientras una camioneta le cerraba el paso, en el Bulevar Pedro Infante y Juan M. Zambada, a la altura de las vías del ferrocarril, en el sector Las Flores”, expuso el rotativo.

Narró que dos jóvenes armados y con la cara descubierta lo obligaron a descender de su auto, a tenderse en el suelo y lo golpearon, se apoderaron de sus pertenencias y del automóvil y se retiraron, aunque “uno de ellos regresó para dispararle en las piernas”.

Este ataque ya lo esperaba. Esto lo menciono con conocimiento de causa. Lo presentía, debido al trabajo que realizaba uno de los reporteros que labora en el periódico Noroeste y quien investigaba los nexos que tienen las corporaciones policiacas con el cártel del Pacifico.

Usted se preguntara por qué sé estás cosas, sencillo. Días después de la captura de Joaquín Guzmán Loera, el “Chapo” Guzmán, me traslade a Culiacán a realizar un trabajo periodístico y tuve el gusto de platicar con Adrián en sus oficinas.

La plática giro en torno a la investigación que realizaba el diario sobre los vínculos policías y crimen organizado, una línea de investigación que estaba trabajando también; en este caso me comento que recibió dos llamadas telefónicas al periódico para que dejaran el tema en paz.

Dos llamadas, una para que dejaran de investigar sobre el tema, lo que género que el mismo Adrián se reuniera con funcionarios estatales de seguridad para denunciar los hechos de la llamada y la amenaza. Casualmente después de la reunión de la cuál únicamente sabían los funcionarios y el propio director del diario, se genera otra amenaza.

Sin duda a decir del propio López Ortiz las amenazas eran de propios integrantes de las corporaciones policiacas; en esa teoría coincidí al señalar que si fuera cosa del crimen organizado no se andan con amenazas telefónicas, sino que ellos van directos a la ejecución.

Ahora Adrián López se encuentra convaleciente y esperemos que en unos días este mejor; sin embargo nuevamente surge la duda y la pregunta ¿quién protege a los periodistas? Quizá como lo dice el propio Adrián, él es ingeniero, pero le tomo amor al periodismo y lo hace también que el Noroeste es referencia obligada  en investigaciones sobre el crimen organizado. Es tan bueno en su línea que algunos periodistas que ahí se formaron ahora abrieron su propio medio que se llama Río Doce. Otro medio de referencia en investigación periodística del norte del país.

Tan de referencia que durante la segunda marcha a favor del “Chapo” en Culiacán, policías estatales y ministeriales golpearon a un compañero fotógrafo de este diario. Cómo lo supe, simple ahí estuve presente en la cobertura; aquí me viene a la mente las palabras de Monte Alejandro Rubido, el nuevo Comisionado Nacional de Seguridad, quien aseguro que los periodistas estarían protegidos en su persona y su trabajo periodístico; es hora de que ese dicho se ponga en práctica.

Los que hacemos periodismo de investigación. Los que siempre estamos en las calles en las coberturas y los que vivimos, comemos y soñamos del periodismo estamos conscientes de los riesgos de la profesión. Pero también estamos conscientes que dentro de todo el mecanismo del país, alguien no está haciendo su chamba, en este caso las propias autoridades y me refiero a las estatales que amenazan y lo que es peor cumplen. ¿Hasta cuándo?

por   / elarsenal.net

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