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Opinión

Un golpe a los caciques

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El SNTE que hasta hace poco era de Gordillo, la CNTE de los maestros vándalos con órdenes de aprehensión, el sindicato de Pemex de Romero Deschamps y el de la FSTSE de Joel Ayala, la UNAM siempre políticamente correcta… todos deberán transparentar el dinero que reciben del estado.

La Cámara de Diputados aprobó ayer la reforma que obliga a todos los organismos que reciben recursos públicos a transparentarlos: instancias gubernamentales, sindicatos, comisiones de derechos humanos y universidades.

Esta reforma amplía la transparencia y la rendición de cuentas, pero también se le otorga al IFAI autonomía plena para que sus resoluciones sean inatacables, aunque el Estado podrá reservar de forma temporal información clasificada como de seguridad nacional.

Es el fin de los caciques sindicales o, en todo caso, de las facilidades que hasta ayer tenían éstos para apañárselas a la hora de apoderarse de los recursos del erario sin tener que rendir cuentas en el nombre de la autonomía sindical.

Una autonomía gracias a la cual el SNTE ha podido tener, sólo en Guerrero a 12 mil maestros “comisionados”, con sueldos de hasta 50 mil pesos, sin dar clases, aun cuando Guerrero, por ejemplo, necesitará 80 años para llegar al promedio académico escolar promedio del DF (7.3).

A este amparo, el SNTE comisionó en 2012 a maestros como “veladores”, “choferes” y “salvavidas” en Campeche, Chihuahua y Sonora, así como comisionados en funciones de “mantenimiento y limpieza” y “afanadoras” con sueldos de 60 mil pesos.

Montones de dinero sin supervisión, como el caso de los 10 mil millones pesos que le dio la SEP al SNTE de Gordillo el año pasado para impulsar un plan de Internet destinado a alumnos de quinto y sexto de primaria, pero de los que 160 millones 925 mil pesos se perdieron.

Con aquel dinero que se esfumó, se habrían podido comprar, en cambio, dos millones 512 mil 449 computadoras para alumnos de quinto grado y dos millones 381 mil 517 de sexto. Un dinero entregado con todas las de la ley al SNTE, pero el SNTE no tuvo que transparentarlo.

Con el SME ocurrió igual hasta que en 2009 el gobierno de Felipe Calderón decretó la extinción y liquidación de la compañía Luz y Fuerza del Centro: el sindicato disponía de 432 millones de pesos anuales por descuento de cuotas a los agremiados, a razón de tres por ciento cada quincena.

Montos manejados a placer por Martín Esparza, líder del sindicato y quien aún controla bienes valuados en 18 mil millones de pesos entre edificios, escuelas, centros vacacionales y de recreación, gimnasios y hasta una duela súper profesional de bambú de 103 millones de pesos, tipo NBA.

Todo eso se acabó… al menos en la Constitución.

por  / elarsenal.net

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