¡Valemadrismo en Instituto Nacional de Perinatología!

En los últimos meses nos hemos enterado del valemadrismo de algunos médicos de hospitales del sector salud, para atender algunos partos o personas que han muerto por no ser atendidos con prontitud.

El caso más reciente se dio en el hospital general de Guaymas, Sonora, al negarle la atención médica al jornalero, José Sánchez Carrasco quien por no ser derechohabiente del nosocomio permaneció por días y murió.

En la actualidad resulta que el valemadrismo de las autoridades hospitalarias del sector salud, no es solamente contra los derechohabientes o no derechohabientes que tienen la mala suerte de toparse con algunos ineptos que en lugar de hacer el juramento a Hipócrates, hacen el juramento a la Hipocresía.

Resulta que hace unos días fue despedido el Doctor Ricardo Adame Pinacho adscrito al servicio de Infertilidad y jefe del mismo del Instituto Nacional de Perinatología, por el hecho de exigirle al director de este instituto las condiciones óptimas para realizar un trabajo de excelencia.

A través de una carta dirigida al Doctor Javier Mancilla Ramírez, director del Instituto Nacional de Perinatología, Adame Pinacho expresó las carencias básicas del servicio de infertilidad del Instituto, las cuales se ven reflejadas en todas las áreas del hospital y que finalmente tienen repercusión directa sobre los pacientes que son atendidos en el Instituto.

Estas líneas generaron, de acuerdo con la misiva enviada a este periodista, que el pasado viernes 8 de noviembre el Doctor Ricardo Adame Pinacho fue expulsado de las instalaciones del Instituto Nacional de Perinatología escoltado por personal de seguridad, por instrucciones del Doctor Mancilla Ramírez.

“La versión “oficial” del despido del médico son supuestas violaciones del contrato colectivo de trabajo, al no contar con la debida certificación para cubrir el puesto que cubría, lo raro del despido y los argumentos oficiales es que dos años después se dieron cuenta que no cubre el perfil.

Las constantes arbitrariedades del director de este Instituto son por demás sabidas y comentadas por los trabajadores en general de Perinatología, que de manera directa acusan al que en el “Instituto Nacional de Perinatología se vive una política de miedo a través de autoritarismo y censura, que se ejerce sobre médicos, residentes, enfermeras, trabajadoras sociales, camilleros, choferes, personal administrativo y todo el personal que labora en el Instituto”.

En un correo enviado a esta sección los trabajadores aseguran que en este instituto se dan múltiples irregularidades, como lo muestran los siguientes fragmentos de la carta enviada.

“En todas las áreas ocurren irregularidades graves todos los días, todo el personal está inconforme, en todos los servicios se ha deteriorado la calidad de la atención debido a carencias básicas lo que propicia un ambiente peligroso para el personal y los pacientes del Instituto. Hemos sido víctimas de despidos injustificados, de manipulación, de amenazas y todo por la ambición personal del Doctor Javier Mancilla Ramírez”.

“Desde el inicio de las funciones de la actual administración ha existido una inconsistencia en los directores de todas las áreas del Instituto, con un cambio constante del personal debido a las incongruencias del director general, lo cual genera una inestabilidad en el organigrama y en el correcto funcionamiento en esta institución”.

“Exigimos la restitución inmediata del Dr. Ricardo Adame Pinacho a su puesto, y la investigación a fondo de lo que sucede en el Instituto Nacional de Perinatología lo cual sin lugar a duda deberá de llevar al cese inmediato del puesto del Dr. Javier Mancilla Ramírez, por abuso, corrupción, falta a los derechos laborales, humanos y a la constitución de nuestro país”.

Atentamente.

La comunidad del Instituto Nacional de Perinatología

Esta carta ya fue enviada a la Secretaría de Salud federal a cargo de la Doctora Mercedes Juan López, quien ha mostrado sensibilidad y mano dura contra el valemadrismo de algunos directores que han dejado morir a personas por no ser derechohabientes.

Bien dicen el adagio popular “a las personas inseguras y mediocres darles poder, es enloquecerlos”, y el adagio se aplica dentro del Instituto Nacional de Perinatología. De por sí los hospitales del sector salud tienen una fama de ser hospitales de muerte lenta, ahora con este tipo de funcionarios que no aceptan sus fallas, a dónde irán a parar las mujeres y niños que son atendidos con materiales e instalaciones que no son las adecuadas para dar el servicio.

Acaso estos funcionarios han olvidado su juramento hipocrático y lo que aplican es el juramento a la hipocresía, ver para creer.

 por Andy Novell F. / elarsenal.net