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Opinión

“Yo no les tengo miedo…me sobran”

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Xóchitl Gálvez dio una degustación ayer del folklore que prevalecerá en la campaña por la jefatura de la delegación Miguel Hidalgo, que fue panista desde el año 2000 hasta que el perredista Víctor Hugo Romo la ganó en 2012.

“Yo no les tengo miedo, me sobran… para enfrentarles; el PRD está temblando, con su impugnación me van a hacer más famosa, voy a estar todos los días en los medios y si el PRD quiere seguirme haciendo famosa, pues que me haga famosa”, dijo Xóchitl.

Pero, jolgorio aparte, lo cierto es que ella tipifica un caso de escándalo porque no podrá votar en las elecciones que piensa ganar. Vamos: ni siquiera podrá hacerlo por ella misma, porque su credencial de elector esta domiciliada en Pachuca, Hidalgo.

Claro, para eso también Xóchitl apela a la jarana: “Yo no voy a poder votar, es cierto. Pero sí van a votar mis hijos y mi marido. Ya cuando me toque ser delegada prometo tener la credencial del DF; la verdad, nunca se me había ocurrido”.

Es decir, que nunca se le había ocurrido ser delegada del lugar donde tiene residencia desde hace más de tres años, en la colonia Lomas de Chapultepec, probada por un documento expedido por la actual jefatura delegacional el pasado 9 de marzo.

Pero ese es el problema de jugar con las palabras. Xóchitl lo que quiere es tener algún cargo de elección popular, no importa dónde: lo suyo, lo suyo, es el puesto. ¿Por qué todavía en enero pasado renovó su credencial para votar y la actualizó en… Pachuca?

Claro, porque su idea en enero era ser diputada federal por Hidalgo, pero el dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, la convenció de que mejor fuera candidata a delegada… en el DF. Seguramente, con su proverbial lenguaje coloquial, Xóchitl le respondió: “Pos, va ¡Órale!”

No es que esté mal. En fin de cuentas la democracia lo permite. Se trata de una cuestión ética y la ética es una cuestión personal. Sin embargo, en este caso se trata también de un asunto legal, el cual no acepta, en cambio, la conversación oral y cotidiana, al pelangocho modo de Xóchitl.

Porque el artículo 294 inciso I del Código de Instituciones y Procedimientos Electorales del DF, reformado por la ALDF en junio de 2014, le impide contender:

“Son requisitos para ocupar un cargo de elección popular, estar inscrito en el Registro Federal de Electores y contar con Credencial para Votar, cuyo domicilio corresponda al Distrito Federal”.

Y con la ley no valen las simpatías. Es chistoso escuchar a Xóchitl cuando dice que toma café “orgásmico” por “orgánico”.

Pero la ley tiene una venda en los ojos.

Y la boca cerrada.

POR  / elarsenal.net

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