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México

El mensaje de Raúl Castro a Peña

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Foto: Notimex
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Quienes llevan el tema Cuba en Presidencia deben saber que mientras aquí “política es lo que no se ve”, allá “es lo que se ve”. Lo advirtió Moya Palencia, quien era de la estirpe de políticos ilustrados, que “también los hay ahora, pero sobre todo, que los hubo”, según Beatriz Paredes.

El octogenario Presidente Raúl Castro dio una pista al casi cincuentón Enrique Peña durante su toma de protesta: envió como representante a alguien de 51 años: Miguel Díaz-Canel, de los pocos civiles en su primer círculo.

También, de los escasos con alrededor de 50 en un gobierno de personas de 70-80 años: Raúl Castro optó por la cercanía generacional para tratar con Peña.

Y ayer, inició su último mandato legal de cinco años, anunció “el inicio de la transferencia ordenada a las nuevas generaciones” y nombró como segundo a… Díaz-Canel.
Pero ¿interesa realmente un país al que Los Pinos considera desde 1994 un jugador menor en el contexto hemisférico, porque su capacidad de apoyo a movimientos insurgentes es agua pasada?

El propio Raúl Castro (para quien política “es lo que se ve”) se lo preguntó a Peña en Brasil, cuando le pidió: “Invíteme, pero no me vaya a decir: comes y te vas…”

En México, donde política “es lo que no se ve”, se tomó a broma pensando en la conversación telefónica de 2002 entre Fidel Castro y Fox, en la que éste pidió al otro que, en la Cumbre de Monterrey, comiera y se fuera.

¿Para qué querría Raúl Castro venir? Quizá porque lo que más importa a Cuba de México hoy es que le condone 90 por ciento de los casi 500 millones de dólares que le debe. ¿Lo haría Peña?

Cuba es nuestra tercera frontera. Nos separan 113 millas desde Cancún: sólo 18 más que de Miami a La Habana. En ese espacio están las zonas petroleras más ricas del Golfo: la Fosa Oriental y la Occidental.

La Occidental quedó dividida entre México- Estados Unidos en 2000. La Oriental está pendiente de repartición entre México, Estados Unidos y Cuba. Pero un trato Cuba-Estados Unidos de 1977, otorgó a la isla la mejor cuña del yacimiento.

Cuba propuso a México en 2008 “invertir en la exploración y producción a través de contratos en los que asuma el riesgo y, si encuentra, compartir las utilidades”. La oferta cubana abarca un área donde Estados Unidos calcula existen 10 mil-15 mil millones de barriles.

Es un buen negocio. ¿Lo cree así Peña, o hará con Cuba lo que Calderón? Es decir: nada, con el argumento de naftalina de no intervención en los asuntos de otros Estados.

Porque hacer negocios no tiene qué ver con la Doctrina Estrada, eh.

Por: Rubén Cortés

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