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Opinión

Cumbre de Drogas de la ONU: ¿ahora sí por la legalización?

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Primero la incertidumbre: ¿asistiría o no el Presidente de la República a la Sesión Especial de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas sobre Drogas (UNGASS)? Que siempre sí. ¡Menos mal! ¿Y con qué postura?

Pues, según, que Enrique Peña Nieto, en su calidad de Jefe de Estado y de Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, sostendrá la necesidad de estimular acciones de control de la oferta y de la demanda de drogas, así como de incorporar en las políticas públicas, ante todo, consideraciones de salud pública, prevención del delito y contención de los factores de riesgo, especialmente entre infantes y adolescentes. Nada del otro mundo, pues.

¿Y qué sobre la legalización? Nada, sólo que el Presidente dirá que México está abierto al diálogo y a los acuerdos de alto nivel, para lo cual serán indispensables las aportaciones de la ciencia, sobre todo en el campo de la salud. Al parecer dejará abierta la posibilidad de que se regule la marihuana para fines medicinales, siguiendo el patrón ya establecido en EEUU. Y nada más.

Vaya, Peña Nieto ni siquiera llegará a defender el criterio que ya ha fijado, en juicio de amparo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el sentido de que debe considerarse constitucional (por tanto legal) el consumo de marihuana con fines lúdicos.

De hecho, tampoco resulta esperable un gran avance en lo general. La verdad es que los países que integran la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se mueven con criterios muy pusilánimes y miedosos. Con respecto al tema de las drogas, la ONUes sumamente conservadora y asustadiza.

Tanto y tanto que se habla de democracia, derechos humanos y libre mercado en laONU, como para que esta institución mundial aborde el tema de las drogas fuera de esas grandes coordenadas. ¡Caray, tan fácil que es resolver este tema!

En este mismo espacio he argumentado sobre por qué debemos legalizar no sólo la marihuana, sino todas las drogas (Sobre por qué debemos legalizar todas las drogas, del 23 de febrero de 2016):

http://www.elarsenal.net/2016/02/23/601123/

La argumentación es simple, muy simple. Y es muy fácil de entender cuando se parte de cuatro supuestosa) los derechos humanos, b) el libre mercado, c) la voluntad libre e informada, y d) los derechos económicos de productores, distribuidores y consumidores de drogas. El grueso de las naciones que conforman nuestro planeta, por desgracia, ha diseñado e instrumentado políticas públicas que violan algunos o todos estos supuestos, y, por ello, estamos pagando costos altísimos.

La política predominante a nivel mundial consiste en prohibir y castigar severamente la producción y venta de drogas, así como en reprimir su consumo. Y aunque algunos políticos consideran que resulta “muy moderno” elevar marginalmente la cantidad de droga permitida para el autoconsumo, la verdad es que esta medida es tibia y no resuelve de fondo el problema.

Hay algo que debemos entender muy bien, pero muy bien, cuando de tomar decisiones se trata: las malas decisiones siempre serán responsables de los malos resultados que de ellas se deriven.

Así, podemos decir que la actual política de drogas es la responsable directa de que muchas personas se hayan enriquecido de forma desmesurada produciendo y traficando drogas, mediando casi siempre el uso de la violencia. La política prohibicionista-punitiva debe ser considerada como una muestra clara de los niveles de estupidez a los que puede llegar el ser humano.

Sin prohibición alcohólica no hubiera habido un Al Capone.

La política prohibicionista-punitiva no sólo no ha logrado reducir la producción ni el comercio de drogas: tampoco ha logrado reducir el número de consumidores ni de adictos.

Por si fuera poco, la guerra anti-drogas cada vez requiere de más y más recursos. En términos económicos, la política anti-drogas es un “mal negocio”, porque cada vez absorbe más y más recursos para obtener menos beneficios. ¿Por qué entonces la ONU se obstina en seguir aplicando una política tan estúpida como la política de la prohibición-punición?

Cuando uno, como “ciudadano del mundo”, mira esa forma de proceder por parte de la mismísima ONU, la verdad es que no abriga muchas esperanzas con respecto al futuro del mundo. Porque de la idiotez nada bueno se puede obtener, sobre todo cuando la idiotez es sistemática, continua, general y oficial a nivel planetario.

La ONU será muy la ONU, pero sus políticas anti-drogas están hechas con los pies y por retrasados mentales.

El asunto de las drogas se resuelve muy fácilmente: la legalización completa y total. Hay que sacar el mercado de las drogas del ámbito penal del Derecho para enviarlo al ámbito económico, con especial énfasis en las regulaciones sanitarias, educativas y de salud. En el campo del Derecho Penal quedarán asuntos como la adulteración de sustancias, el consumo forzado y la evasión de impuestos.

Una vez legalizadas todas las drogas, la gente deberá decidir, primero, si las consume o no las consume. Y, si decide consumirlas, deberá ser consciente de los potenciales efectos perniciosos inherentes a los malos hábitos de consumo. Un consumo moderado y espaciado de drogas de buena calidad, puede ser placentero y no peligroso. Un consumo inmoderado y continuo de drogas de mala calidad puede ser muy dañino para la salud, incluso en el corto plazo.

¡Así de simple! Y que cada quien asuma sus costos.

¿Niños? Bueno, los adultos de la familia son responsables del desarrollo integral y armónico de los menores, especialmente las madres y los padres. Y resulta que las omisiones de cuidado ya están consideradas como delitos; delitos cuyas sanciones pueden llegar a penas carcelarias y a la pérdida de la patria potestad.

Y, ciertamente, en apego al realismo debemos considerar el hecho de que muchos adolescentes comienzan a probar drogas a la misma edad en la que comienzan a tener relaciones sexuales: a eso de los 14-15 años. Las nuevas leyes deberán ajustarse a esta realidad.

¿Por qué, entonces, tanto problema con el asunto de las drogas?

La verdad, no espero grandes conclusiones de la Sesión Especial de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas sobre Drogas (UNGASS), y, por ello, debemos seguir insistiendo en que el primer paso para elaborar una política moderna con respecto al mercado de las drogas es soslayar la estupidez planetaria.

Tres son las palabras claves para salir del atolladero en el que nos encontramos:racionalidad, libertad y responsabilidad.

POR   / CIUDADANO CEROCOLUMNAS  / elarsenal.net

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