¿Dios es mujer?

En el marco de estos tiempos navideños, una activista de Femen nos prodigó una escena más de su colectivo exhibicionista.

Femen es un grupo de origen ucraniano, de corte fanático, adscrito a la mitología feminista. A través de su sitio de Internet, este grupo se define como sextremista, ateo y feminista.

Sus integrantes son famosas por irrumpir en actos o espacios, tanto públicos como privados, para “protestar” contra el “machismo”, el “sexismo” y el “hetero-patriarcado” mediante escenas grotescas, escandalosas, vulgares y, en ocasiones, violentas. Siempre buscan provocar una reacción de fuerza por parte de las autoridades para hacerse pasar por “víctimas”: son devotas de una mal entendida performatividad… ¡se dicen víctimas para ser víctimas!

Su táctica es muy sencilla: de forma sorpresiva, las integrantes de Femen recurren con ánimo provocador a la teatralización fugaz frente a objetivos simbólicos o estratégicos (iglesias, conferencias de prensa, actos oficiales, reuniones gubernamentales, etc.), para garantizar la atención de los medios masivos de comunicación. Han aprendido muy bien las técnicas publicitarias del consumismo capitalista.

No es raro que se desnuden del torso y escriban en éste sus “sesudas” consignas: finalmente las tetas (sobre todo cuando son bellas) siempre venden, lo mismo videos pornográficos que brasieres e ideologías. Dicho sea de paso, las chicas Femen suelen exhibir tetas hermosas y bien estilizadas, reproduciendo y reforzando de esta manera los “estereotipos de belleza” que ellas mismas critican y reprueban. Dato curioso.

En Europa, las activistas de Femen ya tienen un historial de provocación escénica considerable. Exhibicionismo estéril, a final de cuentas.

Pues bien, en esta ocasión, y en el marco de las fiestas navideñas de 2017, una integrante de Femen se coló hasta el nacimiento de tamaño real que se dispuso en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, con la intención de sustraer la figura del Niño Dios, al grito de: “Dios es mujer”. Por si no han visto el video, acá se los dejo:

https://www.youtube.com/watch?v=TuPKMVuhUfk

¿Dios es mujer? Vaya consigna para un grupo que se declara “ateo”. Pero bueno, el feminismo nos tiene acostumbrados a la incoherencia, a la incongruencia, a la irracionalidad, al absurdo. ¡Qué más da otra vuelta de tuerca!

Primero habría que probar que “Dios” existe, después que tiene sexo y, finalmente, que ese sexo es de mujer. Misión imposible desde un inicio. Sería una discusión bizantina. Sería un intento fracasado más de la reflexión metafísica, como bien lo dijo Kant.

Para las fanáticas de Femen, la iglesias Católica y Ortodoxa son instituciones “machistas” que denigran a las mujeres, a quienes no les reconocen sus derechos. Dos mitologías en pugna, pues: la mitología feminista versus la mitología cristiana.

¡Ah, todo esto en pleno siglo XXI!

Pero ¿creerán en serio, las activistas de Femen, que esas instituciones dogmáticas dejarán de ser “machistas” tras sus gritos y desnudos frente a las iglesias? Me encantaría que esas activistas trataran de convencer, fuera de las iglesias, a todas las mujeres que asisten a éstas de forma voluntaria y devota. Que les dijeran algo así como: “Vengo a demostrarte que eres una alienada del patriarcado, que eres una víctima del machismo y que no tienes conciencia de género”.

¡Eso estaría chido! Me imagino que sería algo así como los pelitos de lavadero.

A esto hemos llegado, mis queridos lectores, en nuestros tiempos raros y oscuros: enfrentamientos estériles entre mitologías. La ciencia, la racionalidad y el buen juicio se van al carajo.

Lo peor es que las integrantes de Femen ni siquiera se han puesto a pensar en serio el asunto del poder, de la violencia y de la dominación al interior de la mitología cristiana y, por ello, se siguen tragando sus propias farsas.

Al menos deberían leer con atención la Biblia, para que constaten cómo la Virgen María coacciona psicológicamente a su “divino hijito”, Jesús, para que éste termine haciendo lo que su mamá le manda, como convertir el agua en vino en las bodas de Caná. Quizás también les convenga leer el célebre pasaje de Salomé, la bailarina exótica y cachonda que erotiza al rey Herodes Antipas para someterlo, al grado de convertirlo en el asesino de Juan, “El Bautista”. ¡Y si supieran, con respecto a la milenaria historia de la Iglesia Católica, cuántas cortesanas han ejercido influencia en las decisiones vaticanas!

¡Si supieran cuánto poder tienen las vaginas que expulsan hijos y calientan penes!

A las Femen al menos les debería parecer sospechoso el hecho de que sean las mujeres quienes más nutren la feligresía de la Iglesia Católica. Sobre el fenómeno del “poder” realmente entienden muy poco las feministas, muy poco.

En fin, mientras gozamos de buenas viandas y bebidas espirituosas durante el famoso “recalentado navideño”, tenemos que soportar los intentos de “secuestro” del Niño Dios por parte de las feministas fanáticas y exhibicionistas de Femen.

POR CARLOS ARTURO BAÑOS LEMOINE / CIUDADANO CERO, COLUMNAS