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Opinión

El Bajío Cambia el Paisaje Económico del País; Supremacía Regia, en Jaque

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Antes de que los mexicanos acudieran a las urnas, había una coincidencia entre analistas: el PRI sufrirá una contundente derrota electoral, porqué llega a la contienda en las peores condiciones: un Enrique Peña Nieto (EPN) con los peores índices de impopularidad, escándalos de corrupción, una delincuencia que no cede y una economía que “no crece”. Pero el colapso nunca llegó. Por el contrario, ahora el PRI contará con los espacios legislativos que necesita EPN para operar las reformas y apuntalar la economía. ¿Por qué no se dio el desplome priísta?

Me enfocaré en un punto: la economía, sobre todo porque creo que en ese terreno la oposición y un buen número de analistas se equivocaron y lanzaron en los medios de comunicación una visión fatalista con verdades a medias y sin matizar “detalles” –que no son tan detalles— de lo que sucede en las entrañas de economía.

Aunque parece un contrasentido, el comportamiento de la economía le despejó, quizá debería decir, desactivó problemas que en el papel le debieron detonar al PRI –y sus aliados— en las pasadas elecciones, generándole grandes pérdidas de votos.

EFECTOS TÓXICOS

El pesimismo económico fue –y es– propagado en medios de comunicación. Analistas alimentan la sensación de que México padece una grave crisis que tiende a empeorar. Ese se debe, entre otras cosas, a los recortes presupuestales anunciados por Luis Videgaray –para este año y 2015–, así como por los efectos tóxicos de la caída de los precios internacionales del petróleo y la devaluación del peso frente al dólar.

En términos generales, hay tres versiones de lo que sucede en la economía mexicana. Una dicen que no avanzaeotra, denuncian una nación con crecimiento mediocre; y la tercera sostiene que está estancada. Esos fueron los argumentos genéricos que se manejaron –aún se hacen— en los tiempos de las campañas electorales, los que a su vez sirvieron para vaticinar colapso del PRI.

Veamos el primer argumento. En el primer año de gobierno, es decir 2013, el PIB avanzó 1.4%; en 2014 reportó un aumento de 2.1; y en 2015, se estima, rondará el 2.7 por ciento.

EL MALESTAR VS EPN-PRI

Obviamente, la economía mexicana está lejos de las cuentas alegre que en materia de pronósticos y promesa hizo el gobierno de EPN, pero los datos duros muestran que el país: si crece. Podemos suponer que eso contuvo el avance del malestar vs EPN-PRI.

Segundo argumento: México registra un crecimiento mediocre. Efectivamente, la economía mexicana (sobre todo en el 2013, cuando el PIB sólo avanzó 1.4%) reporta una actividad productiva anodina. Ni en el 2014 ni tampoco 2015 México logrará siquiera lo que prometió EPN para su primer año de gobierno (3.5%).

Si tomamos en consideración el crecimiento general de la economía, perdemos detalles o particularidades que muestran un horizonte nacional distinto. Hay datos duros que muestran una la planta productiva ha redefinido la geografía industrial y potencial productivo del país. De lejos el bosque industrial no permite apreciar el ecosistema productivo que se ha desarrollado por debajo de los grandes árboles. Se revisamos los detalles, vemos que ha nacido –y se está desarrollando a pasos acelerados– un nuevo centro o zona fértil de la competitividad y de poder económico: el Bajío. La región que le está arrebatando el protagonismo a Nuevo León.

¿FIN DE LA SUPREMACÍA REGIA?

En el Siglo XX nacieron y crecieron tres polos fundamentales del desarrollo económico del país: D.F., Jalisco y Nuevo León. Se levantaron como símbolos míticos de industrialismo mexicano. Por décadas funcionaron como motores fundamentales del crecimiento y “progreso” económico nacional.

Ese paisaje se ha alterado. Debajo de ese “crecimiento mediocre” surgió una “nueva” zona económica que crece al ritmo de los llamados tigres asiáticos y por arriba del colapsado grupo de los BRICs. Esa zona fértil es el Bajío mexicano.

En el reporte de Indicadores Regionales de Actividad Económica 2014 de Banamex, se advierte que el PIB de Aguascalientes creció 11.4%; Querétaro 6.2%; y Guanajuato 5.5 por ciento. Estos ritmos de crecimiento, por ejemplo, no se reportan en ningún país de América y el valor del PIB de esos tres estados, sumados, supera el valor del PIB de algunos países latinoamericanos.

No podría decir que este crecimiento explosivo evitó el colapso electoral del PRI, pero sí, al menos suponer, que no contribuyó a disparar el malestar social vs EPN-PRI.

Bien, si tomemos varios indicadores que miden el comportamiento de la económico de región, podemos decir que el Bajío no muestra avances productivos casual o de un golpe de surte, o de temporal. Se trata de mejoras sustanciales en las estructuras productivas de Aguascalientes, Guanajuato y Querétaro (recientemente se agregó San Luis Potosí).

EL BAJÍO ADULTERA EL PAISAJE

Esos cambios también exponen un reacomodo de la geografía económica de México, reacomodo que nos hace recordar –en las proporciones correspondientes– a lo sucedido en EU durante la administración del Presidente Ronald Reagan. Antes de sus dos administraciones (de 1981 a 1989), la punta de lanza del desarrollo económico del vecino del norte estaba al noreste, del lado de Atlántico y de cara a Europa, encabezada por la industria automotor de Detroit. Después de era Reagan, la punta de lanza de la economía estadunidense se reubicó al suroeste, en el Pacífico y de cara a los países asiáticos: California, encabezado por la industria de las nuevas tecnologías de la informática.

Por los datos duros que reporta el INEGI, en México se está dando un proceso de recomposición productiva de la economía. Si sacamos el promedio del ritmo trimestral de las actividades industriales –trimestre por trimestre, de 2011 a 2014–, vemos que Guanajuato (7.4%), Aguascalientes (8.5%) y Querétaro (7%) prácticamente duplicaron un ritmo de crecimiento de Nuevo León (3.3%) y Jalisco (3.6%). (Estimaciones elaboradas con datos del INEGI, de su Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal). La gráfica es elocuente.

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Es decir, el ritmo de crecimiento promedio durante 16 trimestres (2011-2014) registrado en Aguascalientes, Guanajuato y Querétaro fue superior al registrado en Nuevo León y Jalisco.

PRODUCTIVIDAD RECARGADA

Podríamos decir que mientras la zona Euro era sacudida por el efecto Grecia– y los llamados países BRIC’s (Brasil, Rusia, India y China) despertaban de sus fantasías económicas, en México surgía como una zona: el Bajío, atractiva para los inversionistas y con capacidad competitiva para ganar, como nadie en Latinoamérica, mercados externos.

Los capitales que aterrizaron en la región del centro de México, agregaron –y lo siguen haciendo– tal capacidad productiva que al Bajío (ahora se integra San Luis Potosí) que detonaron un crecimiento regional –y por estados– muy por arriba del tan citado crecimiento “mediocres” de la economía mexicana.

Sin estas precisiones, efectivamente se podría pensar que el país caminaba al colapso económico y a una supuesta la caída electoral del PRI.

El Bajío ha contribuido de un modo importante para el país capte capitales. Los datos duros lo confirman: La Inversión Fija Bruta (IFB) registró un crecimiento récord de 6.6% en el primer trimestre de 2015.

IMÁN DE INVERSIONES PRODUCTIVAS

En cuanto al comportamiento de la Inversión Extranjera Directa (IED), vale decir que hace poco menos de 30 años, por ese concepto México recibía alrededor de mil millones de dólares al año, hoy supera los 20 mil millones. Con las reformas estructurales es probable que llegue a los 30 mil millones de dólares anuales.

El Triángulo Dorado del Bajío ya es la región más exportadora del país. A él se debe en gran medida el auge que vive México en ese renglón, que en estos momentos registra niveles históricos: hace menos de 3 décadas, el país exportaba poco más de 100 millones de dólares al día, pero hoy manda al exterior bienes y servicios por un valor de mil millones de dólares diarios. Y gran parte salen del Bajío.

No hay duda y los datos duros lo demuestran: el país presenta una economía contrastante, donde conviven una región de alta competitividad global, con ritmos superiores al crecimiento general de México, con entidades que vive en la pobreza y que cada vez más alejan de los eslabones productivos que detonan el crecimiento y el empleo. Léase: estados que permanecen sitiados por la CENTE y que, por ejemplo, bloquean la reforma educativa (Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Michoacán).

LA BRONCA DEL BRONCO

Estas entidades, crean la sensación de que –como se advierte en la tercera denuncia que los analistas— la economía mexicana está estancada. Una visión que representa una verdad parcial, pero que no se ajusta a la realidad del Bajío. Pero que al mismo tiempo, muestra un país fracturado, con las graves consecuencias políticas y sociales que ello implica. ¿Cuánto más tolerará el gobierno la corrupción de la CNTE?

Por otra parte, lo pongo como una hipótesis o incluso de pregunta: ¿ese reacomodo en la geografía económica de México, con una evidente pérdida de liderazgo de Nuevo León, explica el triunfo electoral del “Bronco”?

A juzgar por la pérdida de liderazgo económico de Nuevo León, el malestar de los empresarios regios ya se expresó en las urnas. ¿Fue un castigo al PRI por el galimatías o el retazo con hueso que resulto ser la tan esperada reforma fiscal? Recuperar el terreno perdido en materia económica será una de las responsabilidades del próximo gobernador. Menuda bronca del Bronco, ¿no lo cree usted estimado lector?

POR   / rodd133@gmail.com /  / elarsenal.net

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