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Opinión

En México estamos peor que Corea del Norte

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Con la reforma energética que plantea el gobierno, México producirá petróleo en un esquema parecido al de Corea del Norte. Pero con una mezcla de ésta y de la más liberal que propone el PAN, lo producirá en un esquema similar al de Irak.

Las empresas privadas no serían propietaria de los yacimientos y no obtendrían petróleo como pago por extraerlo, sino dinero en efectivo equivalente al petróleo que produzcan por encargo del Estado.

Vamos, ni siquiera se llegará al sistema de contratos de ganancias compartidas, en que los empresarios comparten riesgos y ganancias de los yacimientos, pero el Estado les paga en efectivo en lugar de con petróleo.

Sería insuficiente, pero es lo máximo que se puede aspirar contra elstatus quo que propugnan, AMLO en las calles, y el PRD en el Congreso, bajo un falso nacionalismo que sólo mantiene el petróleo bajo el lecho marino sin producir ganancias.

Aún así, el coordinador del PAN en el Senado, Jorge Luis Preciado, condicionó ayer el apoyo a la reforma energética sólo si la que es aprobada es la del PAN: “Queremos apertura total a la empresa privada, no contratos de utilidad compartida porque así nadie vendrá a invertir”.

¿Cuál es la propuesta del PAN?

—Un nuevo régimen de concesiones manejado por la Secretaría de Energía para exploración y producción en el que participen Pemex, empresas privadas y público-privadas.

—Una ronda cero para Pemex en la que se ratificarían todas las concesiones que tenga hasta ese momento. Las siguientes se entregarían vía licitación a empresas privadas, público-privadas o a Pemex.

—Apertura a empresas privadas en refinación, petroquímica, transporte, distribución y almacenamiento. Participarían Pemex, empresas privadas y público-privadas.

Sin embargo, para detonar la producción petrolera no hay que poner a Pemex a competir con otras empresas, sino poder asociarse a empresas privadas para acceder a tecnología que sólo tienen éstas: en eso lo que necesita Pemex.

Tanto es así que, gracias a ese modelo, otras paraestatales se convirtieron en potencias mundiales. Entre las cinco primeras empresas del mundo, hay tres paraestatales: PetroChina, Petrobras (Brasil) y PDVSA (Venezuela). Las otras dos son privadas: Exxon Mobil y Royal Dutch Shell.

Por eso, el esquema que más se acomoda a México es el de Brasil, que tras una reforma en 2009 permitió la participación privada y en un año recaudó 70 mil millones de dólares y fue el cuarto productor mundial, detrás de Exxon Mobil, PetroChina y Royal Dutch Shell.

Brasil preserva la propiedad, detenta 30 por ciento de la producción, el petróleo descubierto pertenece al Estado y la mayor parte de las ganancias se queda en el país.

Pero lo más seguro es que nos parezcamos a Irak y no a Brasil.

 

Rubén Cortés / elarsenal.net

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