La “regadota” de Legarreta (y de Araiza)

El pasado martes 26 de enero, durante la transmisión del programa de entretenimiento Hoy, que se transmite por el Canal 2 de la empresa Televisa, dos de sus conductores, Andrea Legarreta y Raúl Araiza, externaron algunas ideas incorrectas con respecto a la actual situación del dólar, que, como se sabe, en los últimos meses ha experimentado un aumento imprevisto e inusitado con respecto al peso mexicano. Actualmente, el dólar ronda los 19 pesos, cuando a inicios del sexenio de Enrique Peña Nietorondaba los 13 pesos. Estamos hablando, por tanto, de una devaluación del 46%.

Las partes más importantes de la conversación entre los conductores pueden ser consultadas aquí:

https://www.youtube.com/watch?v=xvGjXuYzUZ0

Los argumentos expuestos por los conductores de Televisa han sido blanco de críticas. Y esto con justa razón, porque parte sustantiva de tales argumentos resulta ser, a todas luces, falsa y tendenciosa.

Primer punto

Comencemos por decir que el “tribunal popular” ha sido un poco injusto con respecto al reparto de responsabilidades, ya que, si bien los dos conductores externaron incoherencias, la carga más pesada ha sido puesta en los hombros de Andrea Legarreta.

Por cierto, nada de esto se ha hecho notar por parte de las personas y organizaciones entusiasmadas por aquello de la “perspectiva de género”. ¿Será porque Andrea Legarreta, no obstante ser mujer, trabaja para Televisa y es afín al Partido Verde Ecologista de México (PVEM)? No quiero pensar mal, pero me desconcierta constatar que en eso de la “defensa de los derechos de las mujeres”, importa mucho de qué mujer se trate.

Segundo punto

Los conductores acertaron en sostener que la crisis del peso depende, en cierta medida, de factores de la economía global, cual es el caso de la desaceleración de la economía china. En la lista de las causas podrían haber agregado: a) la caída del precio del petróleo, b) el débil desempeño económico interno, c) el reacomodo de los portafolios de inversión ante la expectativa de que el banco central de EEUU (Fed) aumente su tasa de interés, y d) la tensión desestabilizadora entre Grecia y el resto de la zona euro. Finalmente, “es la globalización”.

Tercer punto

Pero en donde se equivocaron los conductores de Televisa, y de manera aguda y flagrante, fue en sostener que el aumento del dólar no tendría impacto negativo en la “economía familiar”.

Tras reconocer ambos conductores que la economía de China se ha desacelerado, que EEUU es nuestro principal socio comercial y que el dólar cuesta más que antes, Andrea Legarreta afirmó sin ambages: “No porque suba el dólar sube el precio de todo lo que las familias consumimos” (sic). Y, tras un intercambio de frases, Raúl Araiza termina concluyendo: “Que lo que pasa con el dólar no tendrá impacto negativo en su economía, porque a menos, oh, a ver, si tú estás comprando puras cosas importadas, pues, es obvio que te afecta el dólar (…). El aumento del dólar no afecta negativamente nuestra economía familiar” (sic).

Las inconsistencias argumentativas son claras y apabullantes. Los conductores reconocieron tres cosas, que bien podemos tomar como premisas, a saber: 1. Que la economía mundial está globalizada, 2. Que EEUU es nuestro principal socio comercial y 3. Que el dólar ha subido mucho recientemente.

Si todo lo que las empresas mexicanas importan de EEUU debe ser pagado en dólares (u otros medios de pago indexados al dólar), y si el dólar está más caro con respecto al peso, por supuesto que tenderán a subir todos los bienes y servicios que se paguen en México y en pesos, en la medida en la que esos bienes y servicios incorporen, al menos en parte, componentes importados desde EEUU.

Me resulta absurdo pensar que los empresarios mexicanos, cuya principal motivación (en su calidad de empresarios) es la ganancia, acepten cargar con el aumento del dólar sobre sus espaldas, a objeto de seguir ofreciéndonos las cosas al mismo precio que tenían antes de la devaluación. Es más esperable que los empresarios mexicanos trasladen el aumento del dólar al precio final de los bienes y servicios que comercializan en el mercado nacional.

Hay muchos productos que México importa de EEUU y que, por lógica, tenderán a experimentar un aumento en sus precios; aumento que, casi con seguridad, impactará negativamente a la “economía familiar”. EEUU es el primer destino de las exportaciones mexicanas: hacia allá va el 77.6% de nuestras mercancías. Y también es el primer proveedor de mercancías extranjeras para México: el 50% de nuestras importaciones viene de allá.

Tengo a mi alcance el libro Balanza comercial de mercancías de México, publicado por el INEGI (enero 2015). Lo comparto con ustedes:http://www.inegi.org.mx/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/continuas/economicas/exterior/mensual/ece/bcmm.pdf

En la página 14 de dicho texto, aparecen algunas de las principales mercancías importadas por México, muchas de las cuales se pagan en dólares por venir de los EEUU. Destacan las siguientes:

• Máquinas y material eléctrico.
• Aparatos eléctricos de telefonía o telegrafía.
• Circuitos de microestructuras electrónicas.
• Aparatos para corte o conexión de circuitos eléctricos.
• Conductores aislados para electricidad.
• Partes para grabadores y emisores de televisión.
• Máquinas para el procesamiento de datos.
• Partes y accesorios para máquinas y aparatos de oficina.
• Motores de diésel.
• Partes de motores.
• Bombas de aire o de vacío.
• Vehículos terrestres y sus partes.
• Partes y accesorios de vehículos.
• Vehículos para transporte de mercancías
• Combustibles minerales y sus productos.
• Gas de petróleo e hidrocarburos gaseosos.
• Plástico y sus manufacturas.
• Partes para muebles, autos, vestidos plásticos.
• Polímeros de etileno.
• Envases de plástico.
• Poliésteres y resinas epóxicas.

 Por lógica elemental, tenderán a subir todas las mercancías que compren ustedes en el mercado nacional, en la medida en la que esas mercancías tengan incorporado algún elemento pagadero en dólares.

Mención especial merecen las mercancías de amplio consumo en los hogares mexicanos. En la página 16 del mismo texto, se demuestra, estadísticamente, que las importaciones de huevo aumentaron 55.9% entre 2014 y 2015, mientras que las importaciones de frijol lo hicieron en el 41.3% para el mismo período. Se trata de dos de los productos alimenticios de mayor consumo popular en México. ¿Y de dónde los importamos cuando nos hacen falta? Claro, de los EEUU, predominantemente.

Si para adquirir alimentos básicos y productos intermedios o acabados debemos importarlos, y si, para importarlos, debemos pagarlos en dólares cuando su origen sea estadounidense, queda clarísimo que pagaremos más por ellos en pesos mexicanos, lo que, obvio es, afectará negativamente a la “economía familiar”.

Por supuesto que Andrea Legarreta y Raúl Araiza leyeron de forma acrítica el texto que les apareció en elteleprompter. Finalmente es su trabajo. Lo que no los exime de cierta responsabilidad, por ser ellos los de la voz.

Entendemos la estrategia del desesperado gobierno de Enrique Peña Nieto y de Televisa (en su papel de aliado): ante las masas, que poco entienden del asunto, los “argumentos” pesan poco; pesan más las personas que los dicen. Entre las masas pesa más la “credibilidad” que se sustenta en la “confianza”, en la “emoción”, en el “sentimiento”. “Si lo dicen Andrea y el “Negrito” Araiza, seguro es cierto”. El show del dólarestaba, pues, dirigido a los millones de personas que, en México, viven con mentalidad de La Rosa de Guadalupe y de Chespirito.

Conclusión

El inusitado aumento del dólar con respecto al peso, por supuesto que impactará negativamente a la economía familiar, en todo o en parte. Si dentro del mercado nacional debemos adquirir bienes y servicios pagaderos en dólares, por supuesto que tales bienes y servicios nos saldrán más caros, digan lo que digan los demás, especialmente los conductores de programas de entretenimiento de Televisa.

Resulta entendible la desesperación del gobierno de Enrique Peña Nieto: quiere mandar señales de tranquilidad a las familias mexicanas. Pero al señor Presidente de la República se le olvida una cosa esencial en el arte de gobernar: las palabras endulzadas nunca logran calmar las amargas realidades.

Y las familias mexicanas, que ya estamos curtidas en esto de las “crisis económicas”, sabemos que cuando el capitán del barco dice: “Es sólo una lluviecita”, de inmediato nos ponemos los salvavidas a sabiendas de que se avecina una tormenta.

¡Qué nos sea leve!

POR CARLOS ARTURO BAÑOS LEMOINE / Profesor UAM-Xochimilco y UPN-Ajusco / CIUDADANO CERO / elarsenal.net