Las Lomas de Chapultepec Las Lomas de Chapultepec

El licenciado Miguel Alemán Valdés gobernó este país del 01 de diciembre de 1946 al 30 de noviembre de 1952. Su estilo de gobernar y de ejercer el poder dejó una impronta perdurable.

Tras consultar las crónicas que describen y explican –en algunos casos? tan suigeneris estilo de administrar la riqueza nacional, nos quedamos con los datos históricos y anecdóticos dedicados a un sexenio señero.

José Agustín Ramírez Gómez, escritor oriundo de Acapulco, Guerrero, asienta en su tríada Tragicomedia Mexicana, que “desde el inicio del alemanismo quedó claro que los grandes favorecidos eran los ricos; y éstos se lucían en grandes bailes ‘de fantasía’ y ‘blanco y negro’ y llamaban la atención con sus extravagancias. Las páginas de sociales cobraron una gran importancia y los ricachones pusieron de moda las Lomas de Chapultepec…el whisky, los cocteles, los abrigos de visón y las cobijas eléctricas. La vieja ‘aristocracia’ (resguardada por el pedigrí de sus apellidos, usualmente dobles como de políticos) trataba de establecer las distancias entre el brote de nuevos ricos, usualmente líderes o arribistas de toda índole”.

Los de a pie nos preguntamos ¿para qué querrían los ricos de ese suntuoso barrio cobijas eléctricas en una comarca ecuatorial? Chifladuras de quienes tenían por costumbre hablar en inglés frente a la servidumbre para que ésta no entendiera lo que las patronas y patrones conversaban sobre negocios no muy aseados y en relación a las aventuras amorosas entre algunos miembros de las mejores familias de esta muy noble ciudad de México y sus alrededores.

En tiempos del presidente Alemán hubo periodistas que denunciaron ante el paisanaje la desmesura de su gobierno. Jorge Piñó Sandoval, en julio de 1948 sacó a la luz pública su revista Presente, con la colaboración del portadista Antonio Arias Bernal, de los caricaturistas Abel Quezada, Ernesto García Cabral y Fa-Cha, y los colaboradores Renato Leduc, José Pagés Llergo, René Capistrán Garza, Tomás Perrín y Jorge Ferretis. La revista pronto se hizo célebre por sus contundentes críticas al gobierno y a los altos funcionarios allegados a Alemán. Entre las denuncias de Piñó Sandoval se contó una investigación de las fabulosas mansiones, a veces palacetes, que en menos de dos años los alemanistas habían logrado construir; entre éstas se hallaban las de Antonio Díaz Lombardo, director

del IMSS, Ramón Beteta secretario de Hacienda, Fernando Casas Alemán, jefe del Departamento del D.F. etcétera.

Los avisos clasificados de acceso restringido dan cuenta de este monumento a la corrupción política: ¡En venta! 3,200 millones de pesos por el palacio del alemanista Ramón Beteta. Lomas de Chapultepec, casa de tres niveles, estilo Luis XVI, 2,250 metros construidos sobre terreno de 5,870 metros cuadrados, nueve recámaras, quince baños, cuatro salas comedor, estancia, sala de juegos, dos amplias terrazas, cuatro chimeneas, jardín arbolado, alberca (mármol de carrara), caballeriza, cava, sótano, invernadero, casa de criados, garaje cubierto, caldera. ¿Una ganga!

Volvemos con José Agustín: “Ya entonces también se podía advertir que, además de sus íntimos llamados el ‘gabinete paralelo’, los beneficiarios del gobierno de Miguel Alemán era el grupo de empresarios conocido como la ‘Fracción de los Cuarenta’ (todos ellos hicieron sus fortunas en esa época), y quizá por eso a la gente le gustaba referirse a ‘Alí Babá y los cuarenta ladrones’. El contratismo en el renglón carretero estuvo reservado para los amigos que no alcanzaron cartera en la administración federal. Los convenios gozaban de vigencia renovable. ¿Cuál apuro?

Cualquiera de nosotros, sin contar con un doctorado expedido por la Universidad de Falfurrias, Texas, puede concatenar la traviesa coincidencia entre el alemanismo y el peñismo. El primer eslabón de la cadena es la zona residencial. Lo demás se da por añadidura.

POR JOSÉ C. SERRANO  /  elarsenal.net