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Opinión

“¿Los Abarca de SLP?”

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Carlos Navarrete Ruiz, quiso vacunar al PRD. El presidente nacional del sol azteca recibió la advertencia –de una fuente gubernamental de primer nivel– sobre la “acción inminente” contra José Ricardo Gallardo Cardona, presidente municipal de Soledad de Graciano, San Luis Potosí.

“Existen señalamientos fundados sobre comportamientos presuntamente irregularidades” del alcalde perredista, quien en las próximas horas se quedará sin fuero. Y es que tramitará una licencia para separarse del cargo de manera indefinida, pero no para comparecer ante la autoridad competente y afrontar las acusaciones, sino para buscar la candidatura al gobierno de aquella entidad.

El alcalde soledense, con el respaldo de sus padres, está al frente de una maquinaria político-electoral que goza de un codiciado respaldo gracias a inusuales acciones populistas, como repartir garrafones de agua potable con su apellido o regalar pantallas planas HD, casa por casa, en las zonas más depauperadas de la capital potosina.

El manejo discrecional del presupuesto municipal lo iguala al resto de los alcaldes priistas y panistas. En lo que resulta novelesco, sin embargo, es en su debilidad por los autos clásicos y en el batallón de guardias que vigila sus residencias y su colección de autos, valuada en varios millones de dólares.

Justo lo aparatoso de su equipo de seguridad llamó la atención de las autoridades judiciales, que han elaborado un detallado perfil sobre José Ricardo y sus padres, quienes eran vistos como empresarios excéntricos y ambiciosos, por la clase política convencional.

“El concepto de empresa no está reñido con la política cuando se trabaja por y para la gente”, ha sostenido José Ricardo, quien en su primera incursión en la política se convirtió en alcalde de Soledad de Graciano, cuando tenía 32 años.

Soledad de Graciano es un municipio conurbado a la capital potosina y desde allí, el joven empresario construyó la plataforma que lo llevó a convertirse en el precandidato mejor posicionado de las fuerzas izquierdistas, que tradicionalmente habían recurrido a ex priistas para competir por la gubernatura.

Hace cinco años, su padre, Ricardo Gallardo Juárez, se convirtió en el primer alcalde perredista de un municipio importante en San Luis Potosí. Abogado que prefirió dedicarse a los negocios –entre ellos, los tractocamiones Atlas– que al litigio, abrazó el perredismo después de que intentara infructuosamente que el PRI apoyara sus afanes político-electorales. En el 2006, convencido por Juan Ramiro Robledo, aceptó ser candidato en Soledad de Graciano, pero fue derrotado.

En el 2009, Gallardo Juárez entregó a su hijo la presidencia municipal, se mudó a la capital potosina y reencausó las empresas familiares, que abarcan una de las principales distribuidoras avícolas en aquella región del país.

Antes de que el CEN perredista emitiera su alerta contra el alcalde, los Gallardo habían enfilado hacia una triple candidatura: el padre buscaría la presidencia municipal de la capital; su esposa, María del Pilar Cardona, iría por Soledad de Graciano y su hijo, a la gubernatura.

Apropiados de las estructuras del PRD en la entidad y en los municipios, también contaban con el aval de Alternativa Democrática Nacional, la corriente partidista encabezada por el actual secretario general del sol azteca, Héctor Bautista. Y durante el primer semestre del año, trabajaron para construir una mega-alianza opositora que involucrara a Nueva Alianza, al PAN y al PVEM, además de las fuerzas de izquierda.

Ese bloque –que busca rentabilizar electoralmente el desprestigio del gobernador Fernando Toranzo– podría nominar al diputado local Eugenio Govea, de Movimiento Ciudadano, o a la senadora panista Sonia Mendoza, quienes de acuerdo a las encuestas también son competitivos. Los Gallardo proponían una “consulta indicativa”. Nadie quiso medir fuerzas con ellos, quienes en última instancia, ofrecieron una “alianza de facto”… siempre y cuando respalden sus aspiraciones.

Con el PAN –que sería la fuerza opositora mejor colocada para encabezar una probable coalición contra el PRI– estaban dispuestos a pactar, siempre y cuando dejaran que Gallardo Juárez fuera el candidato en la capital potosina. “Era una ‘propuesta indecorosa’ que resultaba intransitable dentro del CEN”, confirmó un integrante de la cúpula blanquiazul.

Hace tres años, cuando buscaba la candidatura perredista a la alcaldía de Soledad de Graciano, el joven Gallardo Cardona ganó notoriedad, tras de acudir a una clínica privada a presentar un examen antidoping, de lo que dio cuenta el notario Salvador Pedroza Muñoz. Con ese gesto –explicó– quería garantizar a los electores que es una persona apta para ejercer el cargo. Y desde entonces propuso que los candidatos fueran sometidos a otras pruebas de control de confianza y psicométricas.

Ayer, el alcalde soledense corrigió al CEN perredista. “Fui yo  quien hace días solicitó se aplique el protocolo en materia de legalidad y ética política, en mi calidad de presidente municipal emanado de las filas del PRD”, reviró, “los señalamientos en mi contra se reducen a opiniones interesadas y  sin sustento legal; a declaraciones de prensa, a contenidos periodísticos, a trascendidos tendenciosos y a un manejo perverso en las redes sociales. No existe una acusación formal o señalamiento alguno ante autoridad competente”.

EFECTOS SECUNDARIOS

DETONANTE. Para impulsar el surgimiento y la consolidación de los llamados “negocios sociales”, el INADEM, que dirige Enrique Jacob Rocha, y Ashoka México trabajaron en un esquema que el próximo año dará acceso a 250 millones de pesos del Fondo Nacional Emprendedor, a Pymes con sentido social, de acuerdo a las bases de la convocatoria 3.3 lanzada hace tres meses. Adicionalmente, la Ciudad de México albergará la Global Social Bussines Summit del 2015, a la que acudirán delegados de 50 países. Anteriormente este foro se ha llevado a cabo en Ottawa, Canadá; Kuala Lumpur, Malasia y Seúl, Corea.

— Correo electrónico: aam@mexico.com

POR  / elarsenal.net

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